Respuesta: La crítica al Libro de Urantia sobre la mujer que ungió los pies de Jesús parece no estar fundamentada, parece ser subjetiva y carece de bases en el textorevelado. El Libro de Urantia identifica a la mujer como María de Betania, hermana de Lázaro, y no la describe como dueña de un burdel ni como prostituta, como sugiere la crítica. La confusión podría deberse a una mezcla con otro evento en los Evangelios cristianos, como el de Lucas 7:36-50, donde una mujer pecadora unge a Jesús, pero no es la misma persona.
La crítica afirma que el Libro de Urantia describe a la mujer como dueña de un burdel, obligada a llevar el pelo suelto como señal de prostitución, basándose en la página 1652. Sin embargo, el texto del Libro de Urantia (Documento 172) no apoya esta afirmación, ya que identifica claramente a la mujer como María de Betania y no menciona detalles relacionados con prostitución. Esto sugiere que la crítica es subjetiva y no se fundamenta en el contenido real del libro.
Documento 172, titulado "Entrando en Jerusalén", sección 172:1.5. El texto exacto dice:
"Nada fuera de lo ordinario ocurrió hasta cerca del final del banquete cuando María, la hermana de Lázaro, se acercó desde el grupo de mujeres observadoras y, yendo donde Jesús estaba reclinado como invitado de honor, procedió a abrir un gran frasco de alabastro de ungüento muy raro y costoso; y después de ungir la cabeza del Maestro, comenzó a verterlo sobre sus pies mientras se soltaba el cabello y los secaba con él."
Esta parte describe claramente el evento en la casa de Simón en Betania, seis días antes de la Pascua, y identifica a la mujer como María, hermana de Lázaro. No hay mención de que María fuera dueña de un burdel, ni de que los fariseos la despreciaran por ser prostituta, ni de que llevar el pelo suelto fuera una insignia de prostitución en este contexto. El texto también indica que la casa se llenó del olor del ungüento, y mientras algunos murmuraron sobre el costo, Judas Iscariote cuestionó por qué no se vendió para alimentar a los pobres, a lo que Jesús defendió a María, diciendo que había hecho una buena obra en anticipación a su muerte.
Para contextualizar, podemos tambien leer los pasajes bíblicos relacionados:
- Juan 12:1-8: Describe cómo María de Betania unge los pies de Jesús con perfume de nardo puro y los seca con su cabello, en la casa de Simón el Leproso, seis días antes de la Pascua. Judas Iscariote objeta el costo, y Jesús defiende a María, diciendo que lo hizo para su entierro.
- Lucas 7:36-50: Describe un evento diferente, donde una mujer pecadora (no identificada como María de Betania) unge los pies de Jesús en la casa de Simón el Fariseo, lavándolos con sus lágrimas y secándolos con su cabello. Jesús usa este evento para enseñar una parábola sobre el perdón, y la mujer es descrita como alguien con una reputación de pecado, aunque no se especifica que fuera prostituta, sino que era conocida como pecadora en la ciudad.
La cita del Libro de Urantia que está relacionada con la prostituta es la siguiente (no tiene que ver con Maria la hermanda de Lazaro (147:5.3 (1651.7)):"En esta ocasión en la casa de Simón, entre los que habían venido de la calle había una mujer de mala reputación que recientemente se había vuelto creyente de la buena nueva del evangelio del reino. Esta mujer era bien conocida en todo Jerusalén como la ex dueña de uno de los burdeles considerados de alta categoría, ubicado junto al patio de los gentiles del templo. Al aceptar las enseñanzas de Jesús, ella cerró su abominable negocio, e indujo a la mayoría de las mujeres con ella asociadas a que aceptaran el evangelio y cambiaran su forma de vida; a pesar de esto, los fariseos seguían despreciándola y estaba obligada a llevar el pelo suelto —insignia de la prostitución. Esta mujer anónima había traído una gran vasija de loción perfumada para ungir y, parada detrás del sofá de Jesús mientras éste se reclinaba para comer, comenzó a ungirle los pies mojándoselos al mismo tiempo con sus lágrimas de gratitud, y secándolos con su cabello. Cuando hubo terminado de ungir siguió llorando y besándole los pies."
Esta ultima cita cuenta acerca una mujer de mala reputación, ex dueña de un burdel, unge los pies de Jesús en la casa de Simón el fariseo. Esto parece ayudar a entender que el Libro de Urantia distingue entre esta mujer y María de Betania, quien unge a Jesús en otro evento (Doc. 172). La crítica, que afirma que el libro describe a María de Betania como prostituta, parece confundir estos dos eventos, lo que hace que no esté fundamentada, demostrando que el autor de la critica no hizo un estudio honesto y riguroso para construir su análisis.
Respuesta: La familia Zebedeo era excepcionalmente rica y prominente para los estándares de la Galilea rural del siglo I. Su casa era:Grande ("espaciosa", "amplia").
Agrandada para acomodar a mucha gente.
Un "cuartel general" y lugar de reuniones importantes.
Perteneciente a un exitoso empresario con amplias conexiones.
Esta descripción las convierte en una excepción significativa a la norma de la casa de pueblo galilea. Si bien la mayoría de las casas humildes de Betsaida probablemente tenían techos de barro, la casa de Zebedeo, dada su riqueza, tamaño y el uso que se le daba, podría haber incorporado elementos arquitectónicos más avanzados o influenciados por estilos romanos, incluyendo la posibilidad de tener tejas de terracota.
La crítica sobre la improbabilidad de tejas en las casas galileas comunes sigue siendo válida solo para la mayoría de las viviendas normales. Sin embargo, la casa de Zebedeo no era una casa común.
Existe una probabilidad considerable de que la casa de Zebedeo fuera una excepción y que, debido a la riqueza, estatus y posibles influencias romanas (dada la prominencia de la familia y el comercio de barcas), pudiera haber tenido tejas de terracota (tegulae) en al menos parte de su techado, o que la "capa de barro" fuera tan bien construida y endurecida que, desde la perspectiva de la época, se la pudiera referir como "tejas" o "baldosas de arcilla".
La descripción del Libro de Urantia sobre un techo con "tejas" que se pueden "aflojar" y por el cual se puede bajar a una persona, aunque inusual para un techo de barro, podría ser plausible en el contexto de una casa de alto estatus que busca imitar estilos de construcción más avanzados. Si fueran tejas romanas, la acción de "aflojar" podría implicar la remoción de varias tejas sin romper la estructura principal, aunque "abrir un agujero" en un techo de barro apisonado sigue siendo más directo. No obstante, la evidencia de la riqueza y la excepción de la casa de Zebedeo introduce la posibilidad de una construcción no estándar para la región.
Materiales de las Tejas:
Si la casa de Zebedeo hubiera tenido tejas, estas habrían sido de terracota (arcilla cocida). Se conocían principalmente dos tipos en el mundo romano:
Tegulae: Tejas planas, rectangulares o trapezoidales, con rebordes.
Imbrices: Tejas semicilíndricas que se colocaban cubriendo las uniones elevadas de las tegulae, para canalizar el agua y asegurar la impermeabilización.
Respuesta: La crítica se centra en un evento descrito en la página 1719, donde se menciona una asamblea de cincuenta ciudadanos destacados que se reunieron en la sinagoga de Capernaum un sábado por la noche para discutir qué hacer con Jesús. La crítica argumenta que esto es "imposible" porque violaría la Ley de Moisés, que prohíbe realizar trabajo en el Sabbath. A continuación, veremos si esta crítica es objetiva o subjetiva, y se presenta evidencia para refutarla, basándome en fuentes bíblicas, históricas y tradicionales:La crítica aparenta ser objetiva en su intención, ya que se basa en un análisis factual de la Ley de Moisés y su interpretación respecto al Sabbath. No parece depender de opiniones personales, sino de una supuesta inconsistencia entre el relato del Libro de Urantia y las leyes religiosas judías. Sin embargo, para determinar su validez, es necesario examinar si el evento descrito realmente violaría dichas leyes.
Según el contenido de la página 1719, que corresponde a la "Documento 154: Últimos Días en Capernaum", el evento ocurrió la noche del sábado 21 de mayo del año 29 d.C., y consistió en una reunión de cincuenta ciudadanos destacados en la sinagoga para discutir la cuestión de Jesús, continuando la discusión hasta después de medianoche. No se menciona que esta reunión involucrara actividades como cocinar, escribir, encender fuego o realizar transacciones comerciales, que son ejemplos claros de "trabajo" (melacha) prohibido en el Sabbath según la ley judía.
La Ley de Moisés, como se encuentra en la Torá, prohíbe realizar trabajo en el Sabbath, pero no define explícitamente qué constituye "trabajo" más allá de ciertas actividades. Según fuentes como Levítico 23:3, el Sabbath es un "día de descanso absoluto, un día sagrado en el que se celebrará una asamblea santa". Esto implica que las reuniones religiosas o comunitarias no solo eran permitidas, sino requeridas. Además, la tradición judía identifica 39 categorías de trabajo prohibido (melacha), derivadas de las actividades necesarias para la construcción del Tabernáculo, como encender fuego, cocinar, escribir, o transportar objetos entre dominios. Sin embargo, las reuniones para discusión, oración o estudio no están incluidas en estas categorías.
Por ejemplo:
- En Números 28:9-10, se describen ofrendas especiales para el Sabbath, lo que sugiere actividades religiosas en el Templo, implicando reuniones.
- En el Nuevo Testamento, se menciona que Jesús y los apóstoles asistían regularmente a la sinagoga en el Sabbath, como en Lucas 4:16: "Y vino a Nazaret, donde se había criado; y entró, como tenía por costumbre, en la sinagoga un día de sábado, y se levantó a leer". Esto indica que las asambleas en la sinagoga eran una práctica común y aceptada.
Práctica Histórica y Tradicional
En el judaísmo antiguo, el Sabbath no solo era un día de descanso, sino también de reunión comunitaria. Los servicios en la sinagoga, las comidas familiares y el estudio religioso eran parte integral de la observancia. Fuentes como Britannica y Reform Judaism destacan que el Sabbath incluye actividades como oración, estudio y reuniones, especialmente en la sinagoga. Por ejemplo, en la tradición moderna, los judíos ortodoxos y conservadores asisten a servicios en la sinagoga el sábado, lo que refuerza que las reuniones no son consideradas trabajo prohibido.
Además, la crítica menciona que la asamblea sería "severamente castigada", pero esto parece exagerado. La ley judía permite excepciones cuando la vida o la salud están en peligro, y las reuniones religiosas no se consideran una violación, siempre que no involucren actividades prohibidas. La discusión descrita en el Libro de Urantia parece encajar en el marco de una reunión comunitaria o religiosa, no en una actividad laboral.
Refutación de la Crítica
La crítica parece basarse en un malentendido de las leyes del Sabbath. No hay evidencia de que una reunión para discutir temas religiosos o comunitarios, como la descrita, sea considerada trabajo prohibido. Por el contrario:
- Levítico 23:3 requiere una "asamblea santa", lo que apoya la idea de que las reuniones eran parte del Sabbath.
- La tradición judía histórica y actual incluye servicios en la sinagoga y reuniones familiares, lo que contradice la afirmación de que cualquier asamblea en el Sabbath sería imposible.
- El evento en el Libro de Urantia no involucra actividades prohibidas como cocinar, escribir o realizar transacciones, por lo que no viola las leyes del Sabbath.
Por lo tanto, la crítica es incorrecta y puede ser refutada con evidencia bíblica y tradicional. La descripción en el Libro de Urantia parece consistente con las prácticas judías del Sabbath, lo que sugiere que no hay inconsistencia histórica o religiosa significativa. Como curiosidad (153:3.3-4 del Libro de Urantia), refleja una crítica de Jesús hacia los fariseos, señalando cómo sus tradiciones y leyes humanas a veces contradecían o anulaban los mandamientos de Dios, específicamente los Diez Mandamientos. Cumplían estrictamente la Ley de Moisés según las interpretaciones y tradiciones de los ancianos, pero rompían los Diez Mandamientos al priorizar estas tradiciones por encima de la intención original de los mandamientos de Dios. Jesús critica esta actitud como hipocresía, ya que, en su afán de seguir reglas externas, descuidaban los principios éticos y espirituales fundamentales de los mandamientos, como el amor, la responsabilidad y la sinceridad hacia Dios y el prójimo.
Respuesta: Si Jesús celebró la Pascua un día antes de la fecha oficial y tradicionalmente aceptada por el judaísmo de su tiempo, no estaría siguiendo el modelo de la Pascua judía tradicional en cuanto al calendario.Aquí hay algunos puntos clave para entender por qué:
Fecha Fijada por la Torá: La Pascua (Pesaj) es una fiesta bíblica con fechas específicas. Éxodo 12:6-7 y Números 9:3, 5 establecen que el cordero pascual debía ser sacrificado en la tarde del día 14 de Nisán (el mes hebreo de la primavera) y comido esa misma noche, que sería el comienzo del 15 de Nisán (ya que el día judío comienza al atardecer). El Seder de Pascua se celebra la noche del 15 de Nisán.
Importancia del Calendario: La precisión del calendario era crucial para las fiestas judías, ya que marcaban eventos históricos y mandamientos divinos. Celebrar la Pascua un día antes significaría no estar en sintonía con la comunidad judía en general y no seguir las directrices que se entendían como divinamente ordenadas para esa festividad.
Implicaciones de Celebrarla un Día Antes (según el Libro de Urantia y algunas interpretaciones):
Separación de la Tradición: Subraya una separación deliberada de Jesús de ciertos aspectos del ritualismo judío de su época. Si no se sirvió cordero (como dice el libro de Urantia), esto es aún más una ruptura con el corazón del rito pascual.
Manejo de los Eventos: El Libro de Urantia justifica este adelanto para permitir que los eventos de su arresto y crucifixión ocurrieran sin interferir con la celebración oficial de la Pascua de la población judía.
Confirmación de la celebración "un día antes" y sin cordero:
Las citas 179:0.1, 179:0.2 y 179:0.3 confirman explícitamente que Jesús celebró la Pascua "un día antes" de la fecha tradicional judía y que no hubo cordero pascual en esa cena.
179:0.1 (1936.1): "Los apóstoles, por lo tanto, no podían comprender el anuncio del Maestro de que celebrarían la Pascua un día antes."
179:0.3 (1936.3): "Los apóstoles sabían que Jesús había celebrado otras Pascuas sin cordero... en todos los casos en que él era el anfitrión, no se servía cordero." Y "puesto que esta cena se ofrecía un día antes, no les llamó la atención que faltara el cordero."
Esto valida el punto central de la crítica sobre la desviación del calendario y la ausencia del cordero.
2. La no relación con el sistema sacrificatorio judío y la Pascua oficial:
La cita 186:5.1 (2002.2) es fundamental para entender la postura del Libro de Urantia sobre la muerte de Jesús y la Pascua:
"No existe una relación directa entre la muerte de Jesús y la Pascua judía."
"Pero este acontecimiento coincidente no indica de ninguna manera que la muerte del Hijo del Hombre en la tierra tenga relación alguna con el sistema sacrificatorio judío."
"su muerte aproximadamente en ese momento fue un asunto puramente natural y en manos de los hombres."
Esto refuerza la idea de que, para el Libro de Urantia, la crucifixión de Jesús, aunque cronológicamente cercana a la Pascua, no es un acto sacrificial intencional en el sentido judío, ni está ligada a la simbología del cordero pascual. Esto contradice directamente la teología cristiana tradicional que ve a Jesús como el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29) y su muerte como el sacrificio pascual definitivo.
3. Institución de una "Nueva Pascua" o "Cena de Conmemoración":
Las citas 179:5.2 (1942.1) y 179:5.9 (1943.2) son cruciales para entender el propósito de Jesús en esa cena:
179:5.2: La "vieja Pascua" conmemoraba la libertad racial, mientras que la "nueva cena de conmemoración" es un símbolo de "la nueva dispensación en la cual el individuo esclarecido emerge de las cadenas del ceremonialismo y del egoísmo al gozo espiritual de la hermandad y la comunidad de los hijos de la fe liberados del Dios vivo."
179:5.9: Jesús establece la cena "en memoria mía," y como la "nueva Pascua" que les deja: "la memoria de mi vida autootorgadora, el verbo de la verdad eterna; y la memoria de mi amor por vosotros, el derramamiento de mi Espíritu de la Verdad sobre toda la carne."
Esto significa que, según el Libro de Urantia, Jesús estaba conscientemente creando un rito sustitutivo o una evolución del ritual pascual, despojándolo de los elementos sacrificiales y calendáricos del judaísmo tradicional para enfocarlo en su vida, su verdad y su amor como base de una nueva hermandad espiritual.
4. El tema del pan, el vino y las hierbas amargas:
179:3.10 (1940.2): "Cuando Jesús terminó de hablar, los gemelos Alfeo trajeron el pan y el vino, con las hierbas amargas y la pasta de frutas secas, que eran el plato siguiente de la última cena." Esto confirma la presencia de pan, vino, hierbas amargas y pasta de frutas secas (charoset), que son elementos del Séder pascual tradicional.
179:3.1 (1938.3): Menciona la costumbre judía de lavarse las manos y la excepción de Jesús a estos "ritos de lavado ceremonial." Esto, junto con la ausencia de cordero, refuerza la imagen de Jesús como alguien que no se adhiere rígidamente a todos los rituales tradicionales.
5. Las primeras Pascuas de Jesús y su pensamiento sobre la abolición del cordero:
Las secciones 125:2 y 127:6 son muy reveladoras. Muestran a un Jesús joven que ya cuestiona el sacrificio de corderos y desea una "celebración incruenta de la Pascua."
125:2.3 (1379.4): "Ya en esta parte de su vida... Jesús había comenzado a darle vueltas en la cabeza a la idea de celebrar la Pascua sin el cordero sacrificado." Y "estaba cada vez más determinado de que algún día establecería una celebración incruenta de la Pascua."
127:6.6 (1404.5): Describe una Pascua celebrada por Jesús en Betania con Lázaro, Marta y María, donde Jesús argumenta contra la necesidad del cordero pascual y de hecho, celebran la "primera fiesta de Pascua celebrada por judíos piadosos sin cordero pascual."
Estas citas proporcionan un precedente interno en el Libro de Urantia para la decisión de Jesús de omitir el cordero en la Última Cena. No es un error o una omisión accidental, sino una evolución intencionada y de larga data en la comprensión de Jesús sobre la Pascua.
Aspectos que la crítica señala como "incorrectos" y cómo las citas los abordan:
Omisión o alteración de elementos de la Pascua tradicional:
Ausencia de cordero pascual: La crítica es correcta en que el Libro de Urantia omite el cordero. Las citas 179:0.3 y 127:6.6 lo confirman explícitamente y lo presentan como una decisión deliberada de Jesús, no una omisión. Jesús tenía una objeción fundamental a los sacrificios de animales.
Hierbas amargas y vasos de vino: Las citas (e.g., 179:3.10) confirman la presencia de hierbas amargas y vino. La crítica se enfocaba más en el número de vasos y los Salmos exactos, lo cual no es tan detallado en las citas, pero sí menciona el canto del Salmo 118 (179:5.10), que es parte del Hallel cantado en el Séder.
Salmo 18 en lugar del 4 y 115: La crítica mencionaba el Salmo 18 y que los "urantianos" esperarían el 4 y 115. Sin embargo, la cita 179:5.10 dice que cantaron el Salmo 118. El Salmo 118 es de hecho parte del Hallel (Salmos 113-118), que se canta tradicionalmente en el Seder. Esto sugiere que el crítico quizás se equivocó con el Salmo 18, o que el Libro de Urantia es más preciso en este detalle de lo que la crítica implicaba inicialmente. Si el crítico afirmó que ningún salmo del Hallel fue mencionado, la cita 179:5.10 lo refuta.
El pan (hametz vs. matzah) y la acción de mojarlo:
Análisis de la Crítica sobre el Pan (hametz vs. matzah) y la Acción de Mojarlo :
La crítica argumenta:
Que el pan de Pascua debe ser matzah (sin levadura), no pan común/fermentado (hametz).
Que si Jesús mojó el pan (como dice el Libro de Urantia, pág. 1940), implica que no era matzah, lo cual sería incorrecto.
Y que la acción de "mojar el pan" (empaparse) es inconsistente con el uso de matzah, según la afirmación de los "urantianos" y la tradición.
Información de la cita 127:6.7 (1404.6):
Esta cita describe una Pascua anterior celebrada por Jesús en Betania (no la Última Cena en Jerusalén), pero es sumamente relevante porque establece un precedente y clarifica la postura del Libro de Urantia:
"A la hora del crepúsculo se sentaron pues los cuatro a la mesa y compartieron la primera fiesta de Pascua celebrada por judíos piadosos sin cordero pascual." (Reafirma la idea de Pascua sin cordero).
"El pan ázimo y el vino habían sido aprontados ya para la Pascua..." (Énfasis añadido).
"...y estos símbolos sirvió Jesús a sus compañeros, llamándolos «el pan de la vida» y el «agua de la vida», y comieron en solemne conformidad con las enseñanzas que Jesús acababa de impartir."
"De allí en adelante fue su costumbre oficiar este rito sacramental cada vez que visitaba Betania."
"En su hogar con sus hermanos siguió, año tras año, celebrando la Pascua «según la ley de Moisés»." (Esto muestra que Jesús mantenía la tradición en ciertos contextos).
Implicaciones para la crítica:
Tipo de pan (matzah vs. hametz):
La crítica afirmó que el pan debería ser matzah y que mojarlo implicaría hametz.
La cita 127:6.7 confirma explícitamente que Jesús usó "pan ázimo" (matzah) en esta celebración de Pascua sin cordero. Aunque esta no es la Última Cena en sí, establece que Jesús (según el Libro de Urantia) estaba familiarizado y empleaba el pan sin levadura en sus "nuevas Pascuas".
Dado que el Libro de Urantia describe la Última Cena como una evolución de estas "nuevas Pascuas" (sin cordero y adelantadas), es altamente probable que el "pan" al que se refiere en la Última Cena (pág. 1940, donde se moja) fuera también pan ázimo, consistente con la costumbre de Jesús en estas celebraciones modificadas.
La acción de "mojar el pan":
Aquí reside la aparente contradicción, y es el punto aparentemente más fuerte de la crítica. Si el pan era matzah (seco y quebradizo), ¿cómo podría Jesús "mojarlo" como se describe en la pág. 1940 ("Jesús mojando el pan en el plato de hierbas")?
La tradición judía sí implica mojar algo (hierbas amargas, matzá) en salsas como el charoset o el agua salada durante el Séder. No se "moja" el pan en el sentido de empaparlo como si fuera pan blando.
Desmentida de la crítica en este punto: El Libro de Urantia, al confirmar el uso de "pan ázimo" en estas celebraciones de "nueva Pascua", fuerza a una reinterpretación del acto de "mojar el pan" en la pág. 1940. No se trataría de empapar pan fermentado. Podría ser que:
Se refiere a mojar un trozo de pan ázimo en un dip o salsa (como es parte del Seder). La matzá se puede mojar, aunque no se "empapa" de la misma manera que el pan con levadura.
O bien, es una forma de señalar un trozo específico, no un acto de saturación.
Conclusión sobre el Punto del Pan:
La crítica es incorrecta y se beneficia enormemente de la clarificación del Libro de Urantia sobre el tipo de pan.
Es incorrecta en su premisa de que mojar el pan necesariamente implica "hametz" (pan fermentado). La cita 127:6.7 demuestra que Jesús usaba "pan ázimo" en sus Pascuas modificadas. Por lo tanto, si mojó el pan en la Última Cena, era (según el Revelador) pan ázimo.
La tensión sobre la acción de "mojar" la matzah persiste, pero se traslada a una cuestión de interpretación del verbo. La matzah puede ser sumergida o mojada en una salsa (como en el Seder judío tradicional, donde se mojan las hierbas amargas en agua salada o charoset), aunque no se "empapa" como el pan blando. Por lo tanto, la descripción del Libro de Urantia de Jesús "mojando el pan" podría ser compatible con el uso de matzah, aunque la frase pueda sonar inusual para quienes esperan la acción de empapar un pan esponjoso.
En definitiva, el libro refuta la inferencia de que el Libro de Urantia implica el uso de pan fermentado y, en cambio, confirma el uso de pan ázimo, alineándose con la tradición de Pascua en cuanto al tipo de pan, aunque manteniendo la acción de "mojar" que la crítica cuestiona por su posible incongruencia física con el matzá. Esto convierte el punto de la crítica de una contradicción fundamental del tipo de pan a una cuestión de la precisión o convención de la descripción de la acción de mojar.
Respuesta: El crítico afirma que la narrativa del Libro de Urantia (pág. 1966, en el párrafo "Quinto") donde Jesús y sus discípulos salen del recinto después de la Cena para ir al Huerto y el Prendimiento, es "imposible". La razón que aduce es que el libro del Éxodo (capítulo 12, versículo 22) prohíbe explícitamente a cualquiera salir de la casa después de la Cena Pascual "hasta la mañana". Para el crítico, Éxodo es una "Ley de cumplimiento obligado".
Análisis de la crítica:
Referencia bíblica del crítico:
Éxodo 12:22: "Tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que estará en un lebrillo, y untaréis el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana."
Este versículo se refiere a la noche original de la Pascua en Egipto, cuando el ángel de la muerte iba a pasar. La instrucción era quedarse dentro de la casa marcada con la sangre del cordero para estar protegido.
Contexto de la "Ultima Cena" en el cristianismo:
Según los Evangelios (Mateo 26:30, Marcos 14:26), después de la Última Cena, Jesús y sus discípulos cantaron un himno y salieron "al Monte de los Olivos".
Luego se dirigen a Getsemaní (un huerto en el Monte de los Olivos) donde tiene lugar la oración de Jesús y posteriormente su prendimiento.
Por lo tanto, la narrativa del Libro de Urantia sobre la salida de Jesús y sus discípulos del recinto después de la Cena es coherente con lo que se narra en los Evangelios bíblicos.
La interpretación del Libro de Urantia vs. la tradición judía y la crítica:
Como ya vimos en el análisis anterior, el Libro de Urantia establece que Jesús celebró esta cena un día antes de la Pascua oficial judía y sin cordero pascual. Además, se presenta como la institución de una "nueva Pascua" o "cena de conmemoración" que trasciende el antiguo ceremonialismo.
La crítica, al citar Éxodo 12:22, asume que la Última Cena de Jesús era una celebración de la Pascua judía tradicional que debía seguir todas las regulaciones del Éxodo al pie de la letra, incluyendo la prohibición de salir.
¿Es la crítica correcta?
La crítica es correcta en su cita de Éxodo 12:22, que efectivamente establece la prohibición de salir hasta la mañana para la Pascua original.
Sin embargo, la crítica es incorrecta en su aplicación de esta prohibición a la narrativa del Libro de Urantia (y, incidentalmente, también a la narrativa de los Evangelios bíblicos) por varias razones fundamentales:
La Naturaleza de la Cena: Según el Libro de Urantia, esta no fue una Pascua judía tradicional en su totalidad. Fue una cena "un día antes" y sin cordero, instituida como una "nueva Pascua". Si Jesús estaba deliberadamente apartándose del ritual tradicional (como la ausencia del cordero y el cambio de fecha), no es sorprendente que también se apartara de otras regulaciones estrictas del Éxodo. El Libro de Urantia revea de Jesús que era como alguien que buscaba liberarse del "ceremonialismo".
Contexto Histórico del Éxodo 12:22: Esa prohibición de no salir era específica para la noche original en Egipto, cuando la sangre del cordero pascual en los dinteles protegía a las familias del ángel de la muerte. Si bien la Pascua como festividad conmemoraba ese evento, las reglas de conducta en el Séder de Pascua a lo largo de los siglos no siempre mantenían todas las restricciones operativas de la noche original en Egipto. No hay una prohibición universal en el judaísmo posterior que impida a una persona salir de su casa después del Seder de Pascua, a menos que sea un día de descanso (Shabat o Yom Tov) que prohibiría el viaje.
Coherencia con los Evangelios Bíblicos: Como se mencionó, los Evangelios también describen a Jesús y sus discípulos saliendo del aposento alto después de la cena y dirigiéndose al Monte de los Olivos/Getsemaní. Si la crítica fuera válida, también "desmentiría" a los Evangelios bíblicos. Esto demuestra que la interpretación del crítico es demasiado literal y posiblemente anacrónica al aplicar una regla muy específica del Éxodo original a una cena de Pascua en el siglo I d.C.
En conclusión:
La crítica se basa en una interpretación extremadamente literal y descontextualizada de un versículo del Éxodo, aplicándolo como una "ley obligatoria" a una situación que, tanto en la narrativa del Libro de Urantia como en la de los Evangelios, ya se desvía de la ortodoxia judía completa o se encuentra en un contexto diferente.
Podemos decir que esta crítica es incorrecta porque:
Ignora el hecho de que el Libro de Urantia (y los Evangelios) describen explícitamente a Jesús y sus discípulos saliendo.
No considera la propia teología del Libro de Urantia y del Maestro de una "nueva Pascua" que se aparta del ceremonialismo antiguo.
Aplica una regla muy específica del Éxodo original (para la noche en Egipto) a la celebración de la Pascua en el siglo I d.C. de una manera que no es necesariamente universalmente aceptada por la exégesis bíblica o la práctica judía posterior.
La crítica "Séptima" objeta la descripción del Libro de Urantia sobre cómo los apóstoles encontrarían al hombre que los guiaría a la Última Cena. El crítico afirma que el Libro de Urantia (pág. 1933) "pone exquisito cuidado en detallar dónde estará el hombre. En la puerta", y que Jesús indica que sería un hombre llevando un cántaro de agua. El crítico considera esto una "singularidad extrema" que, lejos de ser un "secreto", lo convertiría en algo "demasiado fácil" de detectar en una sociedad donde las mujeres eran las que solían llevar cántaros de agua. Concluye preguntando por qué los "seres superiores" no aclararon esta circunstancia para "despejar recelos", sugiriendo una falta de coherencia.
Análisis y Desmentida de la Crítica:
La crítica "Séptima" malinterpreta fundamentalmente el propósito y el contexto de la señal del hombre con el cántaro de agua, tal como lo explica El Libro de Urantia. Lejos de ser un "error" o una falta de coherencia, la descripción del Libro de Urantia revela una estrategia intencional de secreto y seguridad.
La "Singularidad" de la Señal (Un Hombre con un Cántaro):
Veracidad del Dato: El crítico acierta al señalar que un hombre llevando un cántaro de agua era inusual en esa sociedad, donde era una tarea típicamente femenina.
Propósito del Libro de Urantia: El Libro de Urantia no presenta esta singularidad como un "problema" para ser resuelto por los apóstoles en la multitud, sino precisamente como la clave de un reconocimiento específico y discreto. La inusualidad de la señal la hacía memorable y única para el propósito de identificar a esa persona en particular, no para dificultar su hallazgo general.
La Ubicación del Encuentro ("Junto a la Puerta"):
Precisión del Libro de Urantia: Jesús dice: "al entrar por la puerta encontraréis a un hombre que lleva un cántaro de agua" (178:2.7). Y el texto narrativo confirma: "se encontraron con el hombre que llevaba el cántaro de agua junto a la puerta" (178:2.8). Esto no implica que el hombre estuviera "esperando" estáticamente en la puerta como un detalle estático de "dónde estará", sino que fue el punto de encuentro acordado al acceder a la ciudad, lo cual es logísticamente sensato.
La Revelación del "Secreto" por El Libro de Urantia:
La "Aclaración" que el Crítico Demanda: El crítico pregunta retóricamente por qué los "seres superiores" no "aclararon esta circunstancia para despejar recelos".
La Desmentida Clave: El Libro de Urantia sí aclara y explica completamente la "circunstancia", pero lo hace desde la perspectiva de la conspiración y la seguridad de Jesús, no desde la lógica de "facilitar el hallazgo en una multitud" que el crítico esperaba.
El Libro de Urantia (178:2.9) establece explícitamente la razón de este arreglo "secreto":
"Y todo esto ocurrió como resultado de un acuerdo al que habían llegado el Maestro y Juan Marcos el día anterior cuando se encontraban a solas en las colinas."
"Jesús quería estar seguro de que tendría esta última cena con sus apóstoles sin interrupciones y creyendo que si Judas conociera de antemano el lugar de encuentro dispondría con sus enemigos que lo arrestaran, hizo este arreglo secreto con Juan Marcos."
"Así pues, Judas no supo del lugar de encuentro hasta más tarde cuando llegó allí en compañía de Jesús y de los otros apóstoles
."
Conclusión Final:
La crítica "Séptima" es completamente desmentida y se basa en una profunda falta de atención al propio texto que critica.
El Libro de Urantia no solo no omite la "aclaración" sobre la "singularidad" de la señal, sino que la proporciona explícitamente y con gran detalle.
El propósito del hombre con el cántaro de agua no era una prueba de dificultad para los apóstoles ni una demostración de una supuesta falta de lógica de los "reveladores". Al contrario, era una señal codificada, parte de un arreglo secreto y estratégico diseñado por Jesús y Juan Marcos para garantizar que la Última Cena pudiera celebrarse sin que Judas revelara la ubicación a los enemigos de Jesús.
Por lo tanto, la "singularidad" de la señal del hombre con el cántaro de agua no es un "error" o un "recelo" sin explicación, sino un elemento intencional y lógicamente justificado dentro de la narrativa del Libro de Urantia, demostrando previsión y una estrategia de seguridad por parte de Jesús en un momento crítico. El crítico, al pasar por alto la explicación del propio texto, construye una objeción que el libro mismo ya ha respondido.
Respuesta: Ahora vamos con la desmentida definitiva de la crítica num. 8.
Desmentida Definitiva de la Crítica "Octavo" (El Juicio Nocturno de Jesús):
La crítica "Octavo" argumenta que El Libro de Urantia comete un "error" grave que lo revela como un "texto humano, y muy humano", al describir los interrogatorios y el juicio de Jesús ocurriendo durante la noche o la madrugada (pág. 1980, 1981, 1983). El crítico se basa en la ley judía (Michna, Sanedrín IV, Talmud de Babilonia) que prohíbe tajantemente los juicios capitales nocturnos y en vísperas de festividades como la Pascua, alegando que "ni ante Anás, ni Caifás, ni Herodes ni Pilatos se pudieron formular preguntas a Jesús mientras sobre la ciudad de Jerusalén se extendían las tinieblas".
Análisis y Desmentida de la Crítica:
La crítica "Octavo" acierta al citar la ley judía que prohibía los juicios capitales nocturnos. Sin embargo, su inferencia de que la descripción de El Libro de Urantia constituye un "error" de desconocimiento por parte de los "reveladores" es incorrecta y se basa en una profunda incomprensión del contexto narrativo y teológico presentado por el propio libro.
La Ley Judía y su Reconocimiento en El Libro de Urantia:
Veracidad de la Ley: La ley judía (Mishná y Talmud) efectivamente prohibía los juicios capitales nocturnos y en días festivos para asegurar la justicia. El crítico está en lo correcto en este dato histórico-legal.
Reconocimiento Implícito y Explícito en Urantia: Lejos de ignorar esta ley, El Libro de Urantia la reconoce implícitamente al describir los procedimientos como apresurados, bajo la oscuridad, y con Anás buscando "tiempo para convocar legalmente el tribunal del Sanedrín" (Doc. 184). Esto sugiere que los líderes judíos eran conscientes de las restricciones, pero actuaron de manera irregular. Incluso, el Documento 184 establece que "No era legal convocar el tribunal del Sanedrín antes de la hora de la ofrenda del sacrificio de la mañana en el templo, y este sacrificio se ofrecía alrededor de las tres de la mañana", lo que es una validación directa de la ley citada por el crítico.
Contexto de Injusticia y Conspiración (La Verdadera Explicación de la Ilegalidad):
Corrupción de los Líderes: El Libro de Urantia no presenta el juicio de Jesús como un proceso legal imparcial, sino como una conspiración motivada por el fanatismo, el miedo y el deseo de eliminar a Jesús. Los líderes judíos (Anás, Caifás y los miembros del Sanedrín hostiles a Jesús) estaban tan desesperados por lograr su objetivo que estaban dispuestos a violar sus propias leyes para conseguirlo. El Documento 184 deja claro que solo se reunieron "aquellos miembros que estaban fuerte y abiertamente en contra de Jesús y sus enseñanzas", viciando la imparcialidad del tribunal.
Principio de "Necesidad Superior": Como se reveló en la cita 168:3.6, la justificación de Caifás ("Es mejor que un hombre muera a que perezca la comunidad") demuestra una mentalidad que anula principios fundamentales como "no matarás" en aras de lo que consideraban una supervivencia nacional y religiosa. Si estaban dispuestos a justificar el homicidio, la violación de leyes procesales secundarias era un paso menor en su lógica distorsionada.
Presión Romana: Las citas del Documento 183:5.1-4 muestran la intervención y supervisión romana desde el momento del arresto. La insistencia romana en sus propios procedimientos (llevar a Jesús a Anás, la protección de Juan Zebedeo, la necesidad del consentimiento de Pilato para la ejecución capital) añadió otra capa de presión que pudo haber impulsado a los líderes judíos a actuar con premura e irregularidad, intentando acelerar el proceso para evitar complicaciones o levantamientos populares, siempre bajo el ojo vigilante de Roma.
La Ilegalidad como Elemento Narrativo Intencional:
El Libro de Urantia, al describir los eventos del juicio de Jesús ocurriendo de noche y de manera apresurada, no está "cometiendo un error" de desconocimiento de la ley, sino pintando un cuadro deliberado de la injusticia y la ilegalidad de las acciones de los acusadores. La descripción de los procedimientos violando la ley judía sirve para resaltar la naturaleza corrupta y conspirativa de la condena de Jesús por parte de sus enemigos humanos. Esta perspectiva es compartida por muchos estudiosos de los Evangelios bíblicos, quienes también señalan las irregularidades legales del juicio.
Conclusión Final:
La crítica "Octavo" es completamente desmentida en su afirmación de que el Libro de Urantia comete un "error" por desconocimiento de la ley judía. Si bien la ley citada por el crítico es verídica, el propio Libro de Urantia (en los documentos 183 y 184) muestra una clara conciencia de las irregularidades legales, pero las presenta como acciones intencionales y corruptas de los líderes judíos, impulsadas por el fanatismo, el miedo y la presión romana, para lograr su objetivo de condenar a Jesús.
Por lo tanto, la "ilegalidad" del juicio nocturno no es un descuido de los "reveladores", sino una característica intrínseca del relato que subraya la injusticia y el abuso de poder de aquellos que llevaron a Jesús a la cruz. El Libro de Urantia no se equivoca al describir la ley, sino que describe cómo los hombres se desviaron de ella.
Desmentida Definitiva de la Crítica "Noveno" (La Pasión y la Crucifixión):
La crítica "Noveno" afirma que al describir los "dramáticos episodios de la Pasión", El Libro de Urantia incurre en "errores más graves" por parte de los "urantianos". Se centra en la descripción del transporte de las cruces al Gólgota. Aunque el crítico "está de acuerdo en que Jesús no llevó nunca la cruz a cuestas, sino el palo transversal sobre sus hombros y nuca", objeta categóricamente la descripción del Libro de Urantia (pág. 2004) de que "Las piezas más largas y verticales de las tres cruces de madera... ya estaban plantadas firmemente en tierra" cuando llegaron los soldados con los prisioneros. El crítico califica esto de "dificultad añadida e inútil" y "un descomunal disparate", implicando la necesidad de "tener que clavar los pies del reo en el aire".
Análisis y Desmentida de la Crítica:
La crítica "Noveno" es errónea y se basa en una serie de malinterpretaciones de las prácticas históricas de crucifixión y de la propia narrativa del Libro de Urantia. Lejos de ser un "error", la descripción del Libro de Urantia se alinea sorprendentemente bien con la erudición moderna:
Jesús Llevando Solo el Patibulum (Travesaño):
Afirmación de El Libro de Urantia: El Libro de Urantia establece explícitamente: "Antes de salir del patio del pretorio, los soldados colocaron sobre los hombros de Jesús el travesaño. Era costumbre obligar al condenado a que llevara el travesaño hasta el sitio de la crucifixión. El condenado no llevaba toda la cruz, sino tan sólo esta viga más cort
a". Concordancia con la Crítica y la Historia: El propio crítico afirma estar "de acuerdo en que Jesús no llevó nunca la cruz a cuestas, sino el palo transversal sobre sus hombros y nuca". Esta es una visión ampliamente aceptada por historiadores y arqueólogos modernos, quienes, basándose en evidencia como el talón clavado de Yehohanan y la logística romana, concluyen que el condenado solía llevar solo el patibulum (la viga transversal), significativamente más ligero que una cruz completa. En este punto, El Libro de Urantia y el crítico coinciden con el conocimiento histórico actualizado.
Las Cruces Verticales Ya Plantadas en el Gólgota:
Afirmación de El Libro de Urantia: El texto señala que "Las piezas más largas y verticales de las tres cruces de madera... ya se habían transportado al Gólgota y, cuando llegaron los soldados con sus prisioneros, ya estaban plantadas firmemente en tierra".
Consistencia Histórica: Esta descripción es altamente consistente con la práctica romana de la crucifixión. Los lugares de ejecución (como el Gólgota) a menudo tenían los stipes (postes verticales) permanentemente o semi-permanentemente fijados en el suelo para su reutilización. Esto era una medida de eficiencia y logística para las autoridades romanas, quienes realizaban crucifixiones con regularidad. La idea de que se cortaran y transportaran cruces completas para cada ejecución a menudo se considera menos probable en la mayoría de los casos.
La Objeción de "Clavar los Pies del Reo en el Aire":
Crítica del Autor: El crítico utiliza esta objeción para calificar la descripción del Libro de Urantia como "disparate".
Refutación: Esta objeción es el resultado de una profunda malinterpretación del procedimiento de la crucifixión romana. Una vez que el condenado estaba clavado al patibulum (generalmente por las muñecas o manos) y este era izado y fijado al stipes ya plantado, el cuerpo quedaba suspendido. Los pies se clavaban entonces directamente al poste vertical o a un suppedaneum (un pequeño reposapiés) que se añadía al stipes. El proceso no implicaba "clavar los pies en el aire" en un sentido que dificultara la ejecución; al contrario, era la forma estándar y funcional de llevar a cabo la crucifixión.
Conclusión Final:
La crítica "Noveno" es completamente infundada y se basa en una falta de comprensión del proceso histórico de la crucifixión romana. Lejos de revelar "errores graves" de los "urantianos" o demostrar que el texto es un "disparate", El Libro de Urantia, en el pasaje citado, demuestra una sorprendente precisión y coherencia con el conocimiento arqueológico e histórico moderno sobre cómo se realizaban las crucifixiones.
La descripción de Jesús llevando solo el travesaño y la presencia de los postes verticales ya plantados en el Gólgota no solo es plausible, sino que refleja una comprensión más profunda de las prácticas romanas de lo que se encuentra en la imaginería popular o incluso en algunas interpretaciones tradicionales. La objeción del crítico sobre la "dificultad" de clavar los pies es una fantasía que no se corresponde con la realidad del método de ejecución.
Desmentida Definitiva de la Crítica "Décimo" (El Encuentro de Jesús con Natanael):
La crítica "Décimo" argumenta que el Libro de Urantia comete un "error" grave y decisivo al sustituir la "higuera" por la "morera" (pág. 1529) en el relato del encuentro de Jesús con Natanael, lo que supuestamente demuestra desconocimiento de las metáforas hebreas y, en última instancia, devalúa el origen del texto. Se basa en dos puntos principales: la pérdida del significado de "estudiar la Toráh" y la omisión de un supuesto simbolismo trascendental de la higuera ligado a Roma.
1. La Supuesta Sustitución de "Higuera" por "Morera" y la Metáfora de "Estudiar la Toráh":
La Afirmación del Libro de Urantia: El Libro de Urantia, en el Documento 137:2.6 (pág. 1526.6), describe a Natanael "todavía rezagado bajo la morera" ("under the mulberry tree"). Esto contrasta con el Evangelio de Juan 1:48, que menciona a Natanael "debajo de la higuera" (ὑπὸ τὴν συκῆν - hypo tēn sykēn).
La Metáfora de la "Higuera": El crítico acierta al señalar que "estar debajo de la higuera" es una metáfora hebrea reconocida que significa "estudiar la Toráh" o dedicarse a la meditación espiritual y el estudio de las escrituras. La higuera, con su densa sombra, ofrecía un lugar ideal para la contemplación.
La Desmentida Clave: El Ficus sycomorus (Higuera-mora o Sicomoro):
La clave para desmentir este punto radica en la existencia del Ficus sycomorus, conocido como "higo sicomoro" o "higuera-mora". Este nombre, "higuera-mora", se le da porque sus hojas se asemejan a las de la morera.
Además, la palabra griega "συκάμινος" (sykaminos), que se traduce como "sicómoro" o "morera" en algunas versiones bíblicas (como en Lucas 17:6), se refiere comúnmente al Ficus sycomorus en el contexto bíblico del Oriente Medio. Este Ficus sycomorus es, botánicamente, un tipo de higuera.
Implicación Directa: Por lo tanto, cuando el Libro de Urantia menciona a Natanael "bajo la morera", es altamente probable que se esté refiriendo a una higuera sicomoro o higuera-mora. Esto significa que Natanael, de hecho, estaba bajo una higuera (un Ficus), a pesar de la terminología utilizada. La descripción del Libro de Urantia no es una "sustitución" arbitraria o un "error" de desconocimiento, sino que podría ser una denominación más precisa o contextual para un tipo de higuera que era común en la región y que compartía similitudes visuales con la morera.
Mantenimiento del Significado Metafórico: Dado que el árbol en cuestión sigue siendo una higuera (el Ficus sycomorus), el significado metafórico de "estudiar la Toráh bajo la higuera" no se pierde en la narrativa del Libro de Urantia. La objeción del crítico sobre la pérdida de sentido es, por lo tanto, inválida. La elección terminológica del Libro de Urantia podría, de hecho, reflejar un conocimiento más granular de la botánica regional y su terminología local.
2. La "Maldición de la Higuera" y su Simbolismo con Roma:
La Interpretación del Crítico: El crítico alega que el Libro de Urantia "ignora" un simbolismo "trascendental" de la higuera maldita, relacionándola con una "abominación" a los fariseos y al "imperio invasor" de Roma, haciendo una conexión esotérica con Rómulo, Remo y la "lupa" (loba/prostituta).
La Desmentida: Esta interpretación es altamente especulativa y no es una lectura reconocida ni ampliamente aceptada en la erudición bíblica principal. La interpretación más común de la maldición de la higuera en los Evangelios se centra en la esterilidad espiritual, la hipocresía o el juicio sobre Israel (que a menudo se simboliza con una higuera). El hecho de que el Libro de Urantia no adopte una interpretación tan particular y de nicho no es en absoluto una prueba de "conocimiento inferior" o de un "error". Un texto puede elegir enfocarse en interpretaciones espirituales o literales sin necesidad de adherirse a cada posible alegoría o simbolismo que un lector pueda atribuir.
Conclusión Final:
La crítica "Décimo" es fundamentalmente desacreditada.
La acusación de una sustitución arbitraria y "errónea" de la higuera por la morera se basa en una comprensión incompleta de la terminología botánica bíblica. El uso de "morera" por parte del Libro de Urantia es muy probablemente una referencia al Ficus sycomorus o "higuera-mora", que es un tipo de higuera. Por lo tanto, Natanael seguía estando bajo una higuera, y el significado metafórico asociado con la meditación y el estudio de la Toráh no se pierde.
La segunda parte de la crítica, que acusa al Libro de Urantia de ignorar un simbolismo "trascendental" de la higuera ligada a Roma, se basa en una interpretación altamente especulativa y no estándar del crítico. La no inclusión de tal interpretación no demuestra falta de conocimiento por parte de los "reveladores" del Libro de Urantia.
En lugar de ser un "error" que socava la credibilidad del Libro de Urantia, su descripción del encuentro con Natanael demuestra una precisión potencial y un matiz contextual que incluso supera la comprensión popular, al referirse posiblemente a un tipo específico de higuera que era conocida por su similitud con la morera.
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Sobre el Autor:Considerando todas las críticas analizadas y las refutaciones que hemos hecho, la conclusión general que se puede extraer acerca del autor de estas críticas es la siguiente:
El autor de las críticas parece tener una fuerte predisposición a encontrar "errores" o "disparates" en El Libro de Urantia, a menudo basándose en:
Interpretaciones Literales o Parciales de Textos Bíblicos y Leyes Judías: El autor aplica un estándar muy estricto y, a veces, una interpretación limitada de la ley judía (como en el caso de los juicios nocturnos o la salida en Pascua) o de la terminología bíblica (como en la higuera/morera), sin considerar el contexto histórico, político o las posibles complejidades del lenguaje.
Desconocimiento de la Investigación Histórica y Arqueológica Moderna: En varios casos, el autor critica aspectos de El Libro de Urantia que, irónicamente, se alinean con los hallazgos de la erudición moderna, mientras que el crítico parece aferrarse a interpretaciones más tradicionales o desactualizadas. Un ejemplo claro es la crucifixión, donde El Libro de Urantia describe que Jesús llevó solo el patibulum y que las cruces verticales ya estaban plantadas, lo cual es consistente con la práctica romana, mientras que el crítico lo califica de "disparate" por una malinterpretación del proceso.
Proyección de Interpretaciones Especulativas como Verdades Absolutas: El caso más evidente es la "maldición de la higuera", donde el crítico presenta una interpretación altamente esotérica, denominacional y no universalmente aceptada (vinculando la higuera a Roma y "lupa") como una verdad "trascendental" que El Libro de Urantia supuestamente "ignora". Esto demuestra una tendencia a criticar basándose en sus propias construcciones simbólicas.
Falta de Consideración del Contexto Narrativo o Temático de El Libro de Urantia: El autor ignora que El Libro de Urantia a menudo presenta sus narrativas con un propósito teológico o revelador que puede diferir de un simple recuento histórico detallado. Por ejemplo, la ilegalidad de los juicios nocturnos no es un "error" de El Libro de Urantia, sino una descripción intencional de la corrupción y la injusticia de los líderes judíos. El libro describe la acción ilegal de los personajes, no comete un error al describir la ley.
Uso de la Hipótesis del "Texto Humano" para Desacreditar el Origen Revelatorio: El hilo conductor de las críticas es demostrar que El Libro de Urantia es un "texto humano, y muy humano", utilizando estas supuestas discrepancias como prueba de que los "seres de otra dimensión no afinan demasiado" o son "unos pardillos". Sin embargo, como hemos visto, la mayoría de sus "pruebas" se desmoronan bajo un examen más detenido.
En síntesis, el autor de las críticas demuestra una postura escéptica y prejuiciosa preexistente hacia El Libro de Urantia, buscando activamente "errores" para validar su conclusión de que es una creación puramente humana. Sus argumentos, sin embargo, a menudo se basan en interpretaciones selectivas, una falta de conocimiento actualizado en ciertos campos (historia, arqueología, botánica) y la proyección de sus propias interpretaciones simbólicas como estándares universales. La "desafinado" que el crítico atribuye a los "urantianos" parece residir más en su propio análisis que en el texto de El Libro de Urantia.