Observaciones introductorias
Esta investigación explora la relación entre Melquisedek y el Mesías judío, particularmente con respecto a cómo se usa el Mesías judío en El libro de Urantia. Los pasajes de la Biblia, el Libro de Enoc y los Rollos del Mar Muerto se reúnen para facilitar este estudio.
Este estudio subtopico continúa el trabajo que comencé en 2017, lo que me llevó a crear el Estudio Temático: La profecía y los "signos de los tiempos", la investigación y las perspectivas publicadas por Ernest Moyer inspiraron este esfuerzo más reciente. Mientras que la perspectiva personal de Ernest sobre el tema es precisamente eso, su investigación y estructuración de preguntas ciertamente hizo mi trabajo más fácil y agradable. Parte de ese material se encuentra en la sección de Recursos Adicionales.
Las catorce veces en doce párrafos que El libro de Urantia usa la frase Mesías judío se enumeran al final de esta página, junto con los ocho usos del Cristo. Para algunas personas, leer estos párrafos primero puede ser una buena manera de empezar.
Existen numerosos desafíos al considerar las profecías sobre un Mesías judío desde la perspectiva de El libro de Urantia.
Las profecías a veces son identificadas y validadas específicamente en El libro de Urantia. A veces se hacen referencias a profetas, profecías y/o tipos de profecías de una manera más general. Las profecías se describen como más o menos progresistas con respecto a las tendencias teológicas nacionalistas judías. Las profecías se describen como comprometidas -cambiadas y borradas- de varias maneras.
Las profecías relacionadas con cuando Jesús estuvo aquí hace 2000 años ya no presentan mucha confusión con respecto a Melquisedek, como lo hicieron incluso para Jesús cuando era joven. El desafío consiste en distinguir las profecías que se relacionan con la segunda venida de Jesús (Mikael) de las profecías relacionadas con el futuro retorno de Melquisedek, como vicerregente del Príncipe Planetario de Urantia.
Obviamente, este es un tema bastante complejo que requiere una cantidad significativa de estudio para poder manejarlo bien. Los enlaces le ayudarán a ampliar lo que se presenta y, con suerte, este esfuerzo le inspirará a emprender un estudio aún más profundo y amplio del tema.
Por favor, no dudes en ponerte en contacto con cualquier material adicional que creas que pueda hacer de esta página una mejor ayuda para el estudio.
Fue un reto para Jesús
(1351.1) 122:7.5 El primer día de viaje los llevó al pie del Monte Gilboa, donde acamparon durante la noche junto al río Jordán, enfrascados en muchas conjeturas de qué clase de hijo les nacería; José lo visualizaba como un maestro espiritual y María como un Mesías judío, un libertador de la nación hebrea.
(1390.1) 126:3.6 En el curso de este año halló Jesús en el así llamado Libro de Enoc un pasaje que le sugirió la adopción futura del término «Hijo del Hombre» para designar su misión autootorgadora en Urantia. Mucho había reflexionado sobre la idea del Mesías judío y estaba firmemente convencido de que él no había de ser ese Mesías. Anhelaba ayudar al pueblo de su padre, pero no pensó nunca en conducir a los ejércitos judíos para derrocar la dominación extranjera en Palestina. Sabía que jamás ocuparía el trono de David en Jerusalén. Tampoco creía Jesús que su misión de libertador espiritual o de maestro de los valores morales se limitara únicamente al pueblo judío. Por eso su misión de vida no podía ser de ninguna manera el cumplimiento de los intensos anhelos y de las presuntas profecías mesiánicas de las escrituras hebreas; por lo menos no de la manera en que comprendían los judíos estas predicciones de los profetas. Asimismo estaba seguro de que nunca habría de aparecer como el Hijo del Hombre descrito por el profeta Daniel.
(1390.4) 126:3.9 Por esta época ya había decidido mucho acerca de su obra futura para el mundo, pero nada dijo de estos asuntos a su madre, que seguía aferrándose a la idea de que él sería el Mesías judío.
(1391.1) 126:3.11 Después de todo, ¿era acaso posible que su madre tuviera razón? En la mayoría de los casos, cuando habían surgido diferencias de opinión en el pasado, ella había tenido razón. Si es cierto que él sería un nuevo maestro y no el Mesías, ¿cómo haría para reconocer al Mesías judío si apareciese éste en Jerusalén durante el tiempo de su misión terrestre? Más aun ¿cuál habría de ser su relación con este Mesías judío? Después de emprender su misión en la vida, ¿cuál habría de ser su relación con su familia, con la comunidad y la religión judías, con el Imperio Romano, con los gentiles y sus religiones? Cada uno de estos problemas importantísimos pasaban por la mente de este joven galileo quien los consideraba seriamente mientras seguía trabajando en el banco de carpintero, ganándose laboriosamente la vida, y ganándola para su madre y otras ocho bocas hambrientas.
Nótese que Jesús tenía un concepto del Mesías judío que estaba suficientemente desarrollado y era suficientemente real para él como para que sintiera la importancia de reflexionar sobre cómo podría relacionarse con un individuo así.
(1396.4) 127:1.7 Para fines de este año ya casi había tomado la decisión de dedicarse públicamente, después de criar a sus hermanos y verlos casados, a su labor de maestro de la verdad y revelador del Padre celestial en el mundo. Sabía que no se convertiría en el Mesías que esperaban los judíos, pero decidió que no valía la pena hablar de estos asuntos con su madre; puesto que sus palabras en el pasado poco o nada habían hecho para convencerla, y recordaba además que su padre no había conseguido nunca hacerle cambiar de opinión, le pareció más práctico permitirle que siguiera abrigando las ilusiones que quisiese. A partir de este año conversó cada vez menos con su madre y con otros acerca de estos problemas. Su misión era tan singular que ningún ser habitante de la tierra podía aconsejarlo respecto a su consecución.
(1521.4) 136:9.1 Habiendo establecido el criterio sobre lo que se refería a sus relaciones individuales con la ley natural y con el poder espiritual, dirigió su atención a la elección de los métodos que emplearía para proclamar y establecer el Reino de Dios. Juan ya había comenzado este trabajo; ¿cómo podría continuar el mensaje? ¿Cómo podría él seguir con la misión de Juan? ¿Cómo debería organizar a sus seguidores para que el esfuerzo resultara eficaz y la cooperación, inteligente? Jesús ya estaba llegando a la decisión final que le prohibiría seguir considerándose el Mesías judío, por lo menos el Mesías tal como lo concebía la mente común de esa época.
(1531.6) 137:5.2 Esa noche después de la cena, en ésta, la casa de Zebedeo y Salomé, se celebró una de las conferencias más importantes de toda la carrera terrenal de Jesús. En esta reunión sólo estuvieron presentes los seis apóstoles; Judá llegó en el momento en que estaban por separarse. Estos seis hombres elegidos habían venido desde Caná a Betsaida con Jesús, caminando como sobre nubes. Estaban pletóricos de esperanza y conmovidos con la idea de haber sido seleccionados para ser los asociados íntimos del Hijo del Hombre. Pero cuando Jesús les aclaró quién era él y cuál habría de ser su misión en la tierra y cómo acabaría tal vez, se quedaron pasmados. No podían entender lo que les estaba diciendo. Se quedaron mudos; aun Pedro estaba anonadado de manera indescriptible. Sólo Andrés, el pensador profundo, se atrevió a replicar a las palabras que Jesús había pronunciado a la manera de consejo. Cuando percibió Jesús que ellos no comprendían su mensaje, cuando vio que sus ideas sobre el Mesías judío estaban completamente cristalizadas, los mandó a descansar mientras caminaba conversando con su hermano Judá. Antes de despedirse Judá de Jesús, le dijo con gran sentimiento: «Mi padre-hermano, nunca te he comprendido. No sé de cierto si eres lo que mi madre nos ha enseñado, y no comprendo plenamente el Reino venidero, pero sé de seguro que eres un poderoso hombre de Dios. He oído la voz en el Jordán, y creo en ti, no importa quién eres tú». Y cuando hubo hablado, se marchó, yéndose a su casa en Magdala.
(1552.2) 139:2.13 Pero Pedro persistió en cometer el error de tratar de convencer a los judíos de que Jesús era, después de todo, real y verdaderamente el Mesías judío. Hasta el día de su muerte, la mente de Simón Pedro siguió confundida entre los conceptos de Jesús como el Mesías judío, Cristo como el redentor del mundo y el Hijo del Hombre como la revelación de Dios, el Padre amoroso de toda la humanidad.
(1918.5) 176:4.2 Jesús, en numerosas ocasiones y a muchas personas, declaró su intención de retornar a este mundo. A medida que sus seguidores despertaron al hecho de que su Maestro no actuaria como libertador temporal, y a medida que escucharon sus predicciones sobre la caída de Jerusalén y de la nación judía, comenzaron de la manera más natural a relacionar su retorno prometido con estos eventos catastróficos. Pero cuando los ejércitos romanos arrasaron los muros de Jerusalén, destruyeron el templo y dispersaron a los judíos de Judea, y aún el Maestro no se había revelado en poder y gloria, sus seguidores comenzaron a formular la creencia que eventualmente se asoció el segundo advenimiento de Cristo con el fin de la era, aun con el fin del mundo.
(1914.4) 176:2.3 Respondiendo ulteriormente a la pregunta de Pedro, Jesús dijo: «¿Por qué persistís en considerar que el Hijo del Hombre se sentará en el trono de David y esperáis que se cumplan los sueños materiales de los judíos? ¿Acaso no os he dicho en todos estos años que mi Reino no es de este mundo? Las cosas que contempláis ahora a vuestros pies están llegando a su fin, pero éste será un nuevo comienzo del cual el Evangelio del Reino se expandirá a todo el mundo y esta salvación será para todos los pueblos. Cuando el Reino haya llegado a su fruto pleno, estad seguros de que el Padre que está en los cielos no dejará de visitaros con una revelación cada vez más profunda de la verdad y con una enaltecida demostración de rectitud (righteousness), aun como ya otorgó a este mundo a aquel que se convirtió en el príncipe de las tinieblas, y luego a Adán, que fue seguido por Melquisedek, y en estos días, el Hijo del Hombre. Así pues, mi Padre continuará manifestando su misericordia y mostrando su amor, aun a este mundo tenebroso y malvado....
La colección completa de Rollos del Mar Muerto fue descubierta en un periodo de tiempo, extendiéndose desde 1946 hasta 1956. Cabe destacar el hecho de que la documentación de 1941 afirma que los miembros del Foro habían estado recaudando dinero para la publicación de El libro de Urantia desde 1937.
136:2.2 (1511.1) Cuando Jesús de Nazaret bajó al Jordán para ser bautizado, era un mortal de este mundo que había alcanzado el pináculo de la ascensión evolutiva humana en todos los aspectos relacionados con la conquista de la mente y la identificación del yo con el espíritu. Estuvo de pie en el Jordán ese día, como un mortal perfeccionado de los mundos evolutivos del tiempo y del espacio. Una sincronía perfecta y una comunicación plena se habían establecido entre la mente mortal de Jesús y el Ajustador espiritual residente, el don divino de su Padre en el Paraíso. Un Ajustador como éste, reside en todos los seres normales que viven en Urantia desde la ascensión de Mikael al liderazgo de su universo, excepto que el Ajustador de Jesús había sido preparado previamente para esta misión especial porque había habitado de manera similar en otro sobrehumano encarnado en la semejanza de la carne mortal: Maquiventa Melquisedek.
(1396.4) 127:1.7 Para fines de este año ya casi había tomado la decisión de dedicarse públicamente, después de criar a sus hermanos y verlos casados, a su labor de maestro de la verdad y revelador del Padre celestial en el mundo. Sabía que no se convertiría en el Mesías que esperaban los judíos, pero decidió que no valía la pena hablar de estos asuntos con su madre; puesto que sus palabras en el pasado poco o nada habían hecho para convencerla, y recordaba además que su padre no había conseguido nunca hacerle cambiar de opinión, le pareció más práctico permitirle que siguiera abrigando las ilusiones que quisiese. A partir de este año conversó cada vez menos con su madre y con otros acerca de estos problemas. Su misión era tan singular que ningún ser habitante de la tierra podía aconsejarlo respecto a su consecución.
(1521.4) 136:9.1 Habiendo establecido el criterio sobre lo que se refería a sus relaciones individuales con la ley natural y con el poder espiritual, dirigió su atención a la elección de los métodos que emplearía para proclamar y establecer el Reino de Dios. Juan ya había comenzado este trabajo; ¿cómo podría continuar el mensaje? ¿Cómo podría él seguir con la misión de Juan? ¿Cómo debería organizar a sus seguidores para que el esfuerzo resultara eficaz y la cooperación, inteligente? Jesús ya estaba llegando a la decisión final que le prohibiría seguir considerándose el Mesías judío, por lo menos el Mesías tal como lo concebía la mente común de esa época.
(1531.6) 137:5.2 Esa noche después de la cena, en ésta, la casa de Zebedeo y Salomé, se celebró una de las conferencias más importantes de toda la carrera terrenal de Jesús. En esta reunión sólo estuvieron presentes los seis apóstoles; Judá llegó en el momento en que estaban por separarse. Estos seis hombres elegidos habían venido desde Caná a Betsaida con Jesús, caminando como sobre nubes. Estaban pletóricos de esperanza y conmovidos con la idea de haber sido seleccionados para ser los asociados íntimos del Hijo del Hombre. Pero cuando Jesús les aclaró quién era él y cuál habría de ser su misión en la tierra y cómo acabaría tal vez, se quedaron pasmados. No podían entender lo que les estaba diciendo. Se quedaron mudos; aun Pedro estaba anonadado de manera indescriptible. Sólo Andrés, el pensador profundo, se atrevió a replicar a las palabras que Jesús había pronunciado a la manera de consejo. Cuando percibió Jesús que ellos no comprendían su mensaje, cuando vio que sus ideas sobre el Mesías judío estaban completamente cristalizadas, los mandó a descansar mientras caminaba conversando con su hermano Judá. Antes de despedirse Judá de Jesús, le dijo con gran sentimiento: «Mi padre-hermano, nunca te he comprendido. No sé de cierto si eres lo que mi madre nos ha enseñado, y no comprendo plenamente el Reino venidero, pero sé de seguro que eres un poderoso hombre de Dios. He oído la voz en el Jordán, y creo en ti, no importa quién eres tú». Y cuando hubo hablado, se marchó, yéndose a su casa en Magdala.
(1552.2) 139:2.13 Pero Pedro persistió en cometer el error de tratar de convencer a los judíos de que Jesús era, después de todo, real y verdaderamente el Mesías judío. Hasta el día de su muerte, la mente de Simón Pedro siguió confundida entre los conceptos de Jesús como el Mesías judío, Cristo como el redentor del mundo y el Hijo del Hombre como la revelación de Dios, el Padre amoroso de toda la humanidad.
(1918.5) 176:4.2 Jesús, en numerosas ocasiones y a muchas personas, declaró su intención de retornar a este mundo. A medida que sus seguidores despertaron al hecho de que su Maestro no actuaria como libertador temporal, y a medida que escucharon sus predicciones sobre la caída de Jerusalén y de la nación judía, comenzaron de la manera más natural a relacionar su retorno prometido con estos eventos catastróficos. Pero cuando los ejércitos romanos arrasaron los muros de Jerusalén, destruyeron el templo y dispersaron a los judíos de Judea, y aún el Maestro no se había revelado en poder y gloria, sus seguidores comenzaron a formular la creencia que eventualmente se asoció el segundo advenimiento de Cristo con el fin de la era, aun con el fin del mundo.
(1914.4) 176:2.3 Respondiendo ulteriormente a la pregunta de Pedro, Jesús dijo: «¿Por qué persistís en considerar que el Hijo del Hombre se sentará en el trono de David y esperáis que se cumplan los sueños materiales de los judíos? ¿Acaso no os he dicho en todos estos años que mi Reino no es de este mundo? Las cosas que contempláis ahora a vuestros pies están llegando a su fin, pero éste será un nuevo comienzo del cual el Evangelio del Reino se expandirá a todo el mundo y esta salvación será para todos los pueblos. Cuando el Reino haya llegado a su fruto pleno, estad seguros de que el Padre que está en los cielos no dejará de visitaros con una revelación cada vez más profunda de la verdad y con una enaltecida demostración de rectitud (righteousness), aun como ya otorgó a este mundo a aquel que se convirtió en el príncipe de las tinieblas, y luego a Adán, que fue seguido por Melquisedek, y en estos días, el Hijo del Hombre. Así pues, mi Padre continuará manifestando su misericordia y mostrando su amor, aun a este mundo tenebroso y malvado....
Paralelos del Mar Muerto
La sección Autor-Editor del sitio web de Paul Sumner dice lo siguiente:
Uno de los frutos de mis exploraciones fue un artículo de estudio que publiqué durante 1986-95 llamado Yashar, que maduró hasta convertirse en este sitio web y se puso en línea en 1998. Otra fue mi tesis sobre el Concilio Celestial en la Biblia Hebrea, el Judaísmo y el Nuevo Testamento.
A partir de mis estudios, me he centrado en la arqueología teológica. Es decir, he buscado descubrir las profundas corrientes de la teología bíblica hebrea que fluyen hacia el Nuevo Testamento. Mi propósito en el sitio es describir algunas de mis experiencias explorando la hidrología espiritual. . . .
Es mi propósito ayudar a los expatriados que han dejado el judaísmo y el cristianismo y que finalmente han aceptado que "aquí no tenemos una ciudad duradera". Intuitivamente sabemos que hay "un país mejor" y "una ciudad que tiene fundamentos", diseñados y construidos por Dios. Lo bueno es que no somos los primeros expatriados en soportar este anhelo. Todo está descrito en Hebreos 11 y 13.
Sumner tiene un artículo en la sección de Rollos del Mar Muerto de su sitio web llamado: Melquisedec: ¿Angel, Hombre o Mesías? 11QMelchizedek (11Q13). Aquí hay algunos extractos para inspirar el estudio de todo el artículo y los materiales relacionados:
El siguiente artículo examina a Melquisedek a través del lente de un fragmento de un pergamino de la biblioteca Qumran de los Rollos del Mar Muerto (11Q-Melquisedek o formalmente 11Q13). Este documento abre una ventana importante a las interpretaciones bíblicas y a las contemplaciones espirituales de un grupo de sacerdotes judíos de Jerusalén, que vivían un siglo antes de Yeshúa de Nazaret.
Sus doctrinas especulativas sobre Melquisedec pueden ser objeto de crítica en el libro de Hebreos en el Nuevo Testamento, especialmente en el capítulo 7. . .
Introducción al 11Q13
Esta obra del siglo I a.C. está compuesta por trece pequeños fragmentos de la Cueva de Qumrán 11. Toma la forma de un midrash escatológico, o interpretación, sobre partes de Isaías. Ve la proclamación de la libertad de Isaías a los cautivos al final de los días (Isaías 61:1) como parte de un "año de jubileo" general (shenat ha-yovel). . .
Orígenes celestiales
El autor de 11QMelch dice que el agente de la salvación del futuro Jubileo será un libertador celestial, Melquisedek. En este pergamino, es un ser divino exaltado, al que se le aplican títulos bíblicos generalmente reservados sólo para Dios: El y Elohim (los cuales también se aplican a seres angelicales o divinos en las Escrituras). . .
¿El Sumo Sacerdote Angélico?
. . . Pero lo cierto es que los "Cantos" representan una jerarquía de sacerdotes angélicos que sirven en el templo celestial. Están rodeados de otros seres divinos conocidos como elim o Elohim (dioses, seres divinos) o santos, espíritus, príncipes y ministros. Y Melquisedec parece ser un líder de esta asamblea de siervos.
En el llamado "Pergamino de Guerra" (1QM 13,10; 16,6-8; 17,7), Melquisedec aparece como el arcángel Miguel (Mikael), que es "el príncipe de la luz" (1QM 13,10-11; cf. 1QS 2,20-22; CD 5,17-19) y "el ángel de la verdad [de Dios]" (1QS 3,24). La erudita en pergaminos Carol Newsom dice, "parecería muy plausible que Melquisedek se identifique con el séptimo y más alto de los príncipes principales, ya que Mikael se identifica habitualmente con el más alto de los arcángeles".
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Cita Curiosa del LDU:
Notece que Melquisedek y Mikael se presentan y se profetiza como la misma persona, ahora observemos estas citas...
123:2:1 Poco más de un año después del regreso a Nazaret, el niño Jesús llegó a la edad de su primera decisión personal y sinceramente moral; y para entonces llegó a morar en él un Ajustador del Pensamiento, el don divino del Padre del Paraíso. Este Ajustador había servido anteriormente a Maquiventa Melquisedek, o sea que ya había obtenido una experiencia en relación con la encarnación de un ser supramortal en la semejanza de la carne mortal. 136:2.2 (1511.1) Cuando Jesús de Nazaret bajó al Jordán para ser bautizado, era un mortal de este mundo que había alcanzado el pináculo de la ascensión evolutiva humana en todos los aspectos relacionados con la conquista de la mente y la identificación del yo con el espíritu. Estuvo de pie en el Jordán ese día, como un mortal perfeccionado de los mundos evolutivos del tiempo y del espacio. Una sincronía perfecta y una comunicación plena se habían establecido entre la mente mortal de Jesús y el Ajustador espiritual residente, el don divino de su Padre en el Paraíso. Un Ajustador como éste, reside en todos los seres normales que viven en Urantia desde la ascensión de Mikael al liderazgo de su universo, excepto que el Ajustador de Jesús había sido preparado previamente para esta misión especial porque había habitado de manera similar en otro sobrehumano encarnado en la semejanza de la carne mortal: Maquiventa Melquisedek.
93:3:7 Melquisedek enseñó que en algún momento futuro otro Hijo de Dios vendría en la carne así como él lo había hecho, pero que nacería de una mujer; y por eso numerosos maestros futuros sostendrían que Jesús era un sacerdote, o un ministro, «para siempre según el orden de Melquisedek».
93:3.8 (1017.2) Así pues Melquisedek preparó el camino e inició la etapa monoteísta en la tendencia mundial para el autootorgamiento de un verdadero Hijo del Paraíso del Dios único, a quien él tan vívidamente describió como el Padre de todos, y a quien él representó a Abraham como el Dios que acepta al hombre en términos sencillos de fe personal. Y Mikael, cuando apareció en la tierra, confirmó todo lo que Melquisedek había enseñado sobre el Padre del Paraíso.'
93:3.8 (1017.2) Así pues Melquisedek preparó el camino e inició la etapa monoteísta en la tendencia mundial para el autootorgamiento de un verdadero Hijo del Paraíso del Dios único, a quien él tan vívidamente describió como el Padre de todos, y a quien él representó a Abraham como el Dios que acepta al hombre en términos sencillos de fe personal. Y Mikael, cuando apareció en la tierra, confirmó todo lo que Melquisedek había enseñado sobre el Padre del Paraíso.'
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Continua en una segunda parte...
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