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sábado, 21 de mayo de 2022

¿Soy creyente del Libro de Urantia?

  


 Todos llegamos a la Revelación en una búsqueda sincera de una verdad mejor y más profunda; caímos en un extasis celestial, mientras nos adentrábamos en cada pagina con curiosidad. La profundidad del contenido nos dejó sin palabras; y aun sin terminar la primera fase, llegamos a creer que este libro era divino y que todos debían conocerlo.

Nos volvimos en ese instante en creyentes del Libro de Urantia, extasiados por el contenido y divinidad, mientras arrastrabamos (sin notarlo) viejos resentimientos; todo lo que somos de repente es proyectado en un libro no terminado, al que entregamos toda nuestra fe. Y lo que logramos leer no es la verdad del libro, sino nuestra verdad; ahí somos creyentes de la divinidad, infalibilidad y autoridad del Libro. Por mucho tiempo proyectamos nuestra personalidad en el libro, y hacemos y decimos lo que creemos correcto, pero muchas veces cargado de intolerancia, dogmatismo, fetichismo e ignorancia.


¿Soy creyente del Libro de Urantia? 

Sí, en esa situación soy creyente del Libro, pero no creo la verdad del libro, no vivo la verdad de la revelación...pasan los meses y años, y hasta que me entrego a la lectura seria, hasta que aquellas palabras comienzan a volverse contra mi.

Todos mis prejuicios y miedos, mitos y fantasías quedan expuestas, y dos caminos se abren ante mi

Aceptarlo con dolor...


Oponerme con rencor...

Dar el siguiente paso de la revelación implica sacrificar nuestras ideas preconcebidas, prejuicios y miedos. Una vez que comprendes la revelación muchos supuestos enemigos desaparecen, y los enfoques cambian, tu mente se liberaliza y comienza a trabajar por lo que importa, te vuelves idealista, ideaista y realista.

Llega un momento que como un hijo de fe realmente debes romperte en mil pedazos y renacer. Dejas de depender de la autoridad ilusoria, de la falsa divinidad y de la infalibilidad fetichistica que hemos creído. 
Para conocer la divinidad de la revelación debes ponerla en duda como hecho y redescubrirarla como verdad en tu experiencia personal. No puedes sostener mucho tiempo la autoridad de la verdad en manos de la misma mera creencia de la autoridad divina. La verdad se vive, se experimenta.


101:2:0 (1105.5) La prueba de que la revelación es revelación es este mismo hecho de la experiencia humana: el hecho de que la revelación sintetiza las ciencias aparentemente divergentes de la naturaleza y la teología de la religión en una filosofía uniforme y lógica del universo, una explicación coordinada y continua tanto de la ciencia como de la religión, creando así una armonía de mente y satisfacción de espíritu que responde en la experiencia humana a aquellas interrogaciones de la mente mortal que desea saber cómo cumple el Infinito su voluntad y sus planes en la materia, con las mentes y sobre el espíritu.

159:4:7 (1768.3) «La autoridad de la verdad es la esencia misma que se encarna en sus manifestaciones vivas...



Creyentes y practicantes

No es lo mismo ser creyente que practicante de la Revelacion. El creyente es intelectual, se centra en los hechos (teologías, datos, creencias sobre cosas), pero el que practica se enfoca en la verdad, en la verdad de los valores, en la verdad de los significados ampliados, lo ideal. En producir frutos y multiplicar lo talentos, no para ser un santo, sino para ser mejor y poder aportar algo para un mundo mejor y más unido. No es literal, sabe ver todas las caras de la verdad, no es ciego se adapta a cada situación y cada nivel.

El creyente esta obsesionado con los detalles, con los datos, con la exactitud en la que se maneja lo que dice,  pendiente que otros se ajusten a lo que dice el libro. No esta preocupado porque nos volvamos más unidos y mas sensibles, sino porque los demás crean y se aprenda el libro, como si esto otorgara algun atributo especial. Su cruzada idealista para que otros crean lo vuelve altamente toxico, frio e imponente; pero esta conducta tarde o temprano se aleja del espíritu de la revelacion. No es fin de la revelacion formar cotorras intelectuales que repitan de forma exacta lo que dice el libro como reafirmación de su fe. No es propósito del libro volverse algun nuevo libro sagrado que no se puede alterar.

El practicante se preocupa por alcanzar nuevas verdades en su vida, esta muy centrado en el ahora y en el futuro, trabaja con los hechos y también con la verdad. El creyente vive atrapado en un mundo de fantasia, donde todos deben ser urantianizados y convertidos en lectores, vive atrapado en una realidad desactualizada, no progresa, su único crecimiento es acerca de datos, es intelectual. No trata de formar mejores personas cambiadas por las verdades del libro, sino recipiente fríos repletos de información, que aman más los datos que al prójimo mismo.

El creyente teme a los cambios dentro y fuera, todo descubrimiento le asusta --científico o espiritual--, teme que su creencias sean perturbadas, no progresa, pues su fin es preservar lo que cree intacto. Nada nuevo es real, solo puede ver lo que cree, no puede creer lo que ve.

El practicante aprende dentro y fuera del libro, interconecta ambos mundos, dando vida a las verdades que parecían irracionales en una lectura inexperta. El practicante, vive en constate descubrimiento, cada suceso es una revelación del espíritu, cada hecho es una puerta a lo Divino.

Nos dice el Libro de Urantia:

Documento 176 Capitulo 3

 La verdad está viva; el espíritu de la verdad por siempre conduce a los hijos de la luz a nuevos dominios de realidad espiritual y servicio divino. No se os da la verdad para que la cristalicéis en formas establecidas, seguras y honradas. Vuestra revelación de la verdad tanto se ha de enaltecer al pasar por vuestra experiencia personal que se descubrirá nueva belleza y nuevos frutos espirituales ante todos los que contemplan vuestros frutos espirituales y por ello son conducidos a glorificar al Padre que está en el cielo. Sólo aquellos siervos fieles que crecen así en el conocimiento de la verdad, y que así desarrollan una capacidad de apreciación divina de las realidades espirituales, pueden esperar alguna vez «entrar plenamente en el gozo de su Señor». Qué triste visión para las generaciones sucesivas de los seguidores profesos de Jesús decir, refiriéndose a su mayordomía de la verdad divina: «Aquí, Maestro, está la verdad que tú nos confiaste cien o mil años atrás. Nada perdimos; hemos conservado fielmente todo lo que nos diste; no hemos permitido que se haga ningún cambio en lo que nos enseñaste; aquí está la verdad que tú nos diste». Pero este llamado concerniente a la indolencia espiritual no justifica al mayordomo de verdad vacío en la presencia del Maestro. De acuerdo con la verdad entregada a vuestras manos, el Maestro de la verdad requerirá una rendición de cuentas.


En el próximo mundo se os pedirá que deis cuenta de los dones y mayordomías de este mundo. Sean los talentos inherentes pocos o muchos, es necesario enfrentarse con una rendición de cuenta justa y misericordiosa. Si los dones se usan tan sólo en empresas egoístas y no se presta atención alguna a los deberes más altos de obtener mayores frutos del espíritu, tal como se manifiestan en el servicio de los hombres cada vez más extenso y en la adoración de Dios, tales mayordomos egoístas deben aceptar las consecuencias de su elección deliberada.





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