LA VERDAD SOBRE EL ESPIRITUALISMO (13)

 2:5 LOS DUENDES Y OTROS MIEDOS DE LA INFANCIA 

Los temores de la primera infancia aumentan en gran medida por las palabras descuidadas de los padres irreflexivos, que, en sus métodos irreflexivos de disciplina, y la técnica ignorante de la cultura infantil, constantemente amenazan a sus pequeños con "duendes" y el "coco", como un incentivo para mejorar la conducta personal y corregir el mal comportamiento general, que es una parte tan natural de la experiencia de los primeros períodos de desarrollo de la infancia. Es un error grave asustar a un niño llevándolo a la ventana al anochecer y gritando "boo-dark". 

Qué estados de conciencia antinaturales y desafortunados se inician tempranamente en el cerebro joven por parte de esos ingenuos del "duende" y "coco", como comentarios del tipo: "El policía te cortará las orejas". "el hombre del pantano te atrapará si no tienes cuidado", "si eres travieso el hombre Malo vendrá a buscarte", etc., etc. 

Estas palabras irreflexivas de los miembros mayores de la familia no sólo contribuyen a crear en la mente del niño en crecimiento complejos de miedo nocivos y antinaturales, sino que también sugieren muy pronto a su alma tierna y susceptible la idea de que en la oscuridad acechan cosas insólitas y extraordinarias; que seres inhumanos y sobrehumanos acechan en la Tierra durante la noche; que los espíritus sobrenaturales abundan en este reino, y que están expuestos a abalanzarse sobre nosotros si nos apartamos más o menos del camino convencional y ortodoxo de la vida.

La doctrina de los espíritus buenos y de los espíritus malos se inculca muy pronto en la mente del niño, en el hogar común de los pueblos civilizados, y así se sientan las bases más apropiadas para sus excursiones posteriores en los reinos del espiritualismo supuestamente aplicado, en sus esfuerzos para comunicarse con los muertos y para aprovechar el almacén intelectual del mundo invisible. 

Fuente: https://ubhs.hosted-by-files.com/docs/H/hg19231101_sadlerw_109.pdf