Las religiones o cultos no se crean repentinamente, nacen sutilmente y gradualmente, no se debe crear una iglesia de una "nueva religión" del Libro de Urantia, porque es literalmente verdad que "es mucho mejor tener una religión sin iglesia que una iglesia sin religión." El culto y la religión es inevitable, porque cuando algunas personas tienen unas creencias en común con experiencias similares y un simbolismo apropiado, nace un culto. Un culto o religión naciente puede existir independiente de una iglesia. Construir una iglesia y/o una nueva religión, religión o culto cual existe inevitablemente desde el principio solo significa sectarismo. Los grupos de estudio no son iglesias, no son sectas, ni deben fijar doctrinas y formas o tener señores en la cabeza de poder, no existen iglesias validas de la Revelación, porque este culto es mas grande que nosotros mismos y abarca todo los seres humanos en un magnifico ideal, y este culto tiene por centro la experiencia personal; este culto es mayormente personal y la vez unificador y fraternal. En este culto no existe cabeza de autoridad sino el Espíritu en cada uno de nosotros, aun los lideres y maestros son aprendices.
Lo que nos dice el Libro de Urantia es sumamente esclarecedor en estos asuntos:
87:7.6 (966.1) A pesar de los inconvenientes y desventajas, toda nueva revelación de la verdad ha originado un nuevo culto, y aun el nuevo pronunciamiento de la religión de Jesús debe desarrollar un simbolismo nuevo y apropiado. El hombre moderno debe encontrar un simbolismo adecuado para sus nuevas ideas, ideales y lealtades en expansión. Este símbolo enaltecido debe surgir de la vida religiosa, de la experiencia espiritual. Y este simbolismo más elevado de una civilización más elevada debe ser predicado sobre el concepto de la Paternidad de Dios y estar lleno del poderoso ideal de la hermandad de los hombres.
87:7.7 (966.2) Los viejos cultos eran demasiado egocéntricos; el nuevo culto debe ser el fruto del amor aplicado. El nuevo culto debe, como los antiguos, fomentar el sentimiento, satisfacer la emoción y promover la lealtad; pero debe hacer más: debe facilitar el progreso espiritual, enaltecer los significados cósmicos, aumentar los valores morales, alentar el desarrollo social y estimular un tipo elevado de vida religiosa personal. El nuevo culto debe proveer objetivos supremos de vida, tanto temporales como eternos —sociales y espirituales.
87:7.8 (966.3) Ningún culto puede durar ni contribuir al progreso de la civilización social y al logro espiritual individual si no se basa en la importancia biológica, sociológica y religiosa del hogar. Un culto sobreviviente debe simbolizar aquello que es permanente en la presencia de cambio incesante; debe glorificar aquello que unifica las corrientes de una metamorfosis social en constante cambio. Debe reconocer los significados verdaderos, exaltar las relaciones hermosas y glorificar los valores buenos de la nobleza auténtica.
87:7.9 (966.4) Pero la gran dificultad de encontrar un simbolismo nuevo y satisfactorio estriba en que el hombre moderno, como grupo, se adhiere a la actitud científica, evita la superstición y aborrece la ignorancia, mientras que como individuos todos ellos ansían el misterio y veneran lo desconocido. Ningún culto puede sobrevivir a menos que comprenda un misterio poderoso y oculte un bien inalcanzable. Nuevamente, el simbolismo nuevo no debe ser significativo solamente para el grupo sino que también debe tener sentido para el individuo. Las formas de un simbolismo útil deben ser aquellas que el individuo pueda realizar por su propia iniciativa, y que pueda a la vez disfrutar en compañía de sus semejantes. Si el nuevo culto pudiera ser dinámico en vez de estático, verdaderamente contribuiría algo valioso al progreso tanto temporal como espiritual de la humanidad.
87:7.10 (966.5) Pero un culto —un simbolismo de ritos, lemas u objetivos— no funciona si es demasiado complejo. Es necesario además que exista una demanda de devoción, una respuesta de lealtad. Toda religión eficaz desarrolla infaliblemente un simbolismo valioso, y sus devotos harían bien en prevenir la cristalización de tales ritos en ceremoniales estereotipados entorpecedores, paralizantes y sofocantes que tan sólo dificultan y retardan todo progreso social, moral y espiritual. No hay culto que pueda sobrevivir si retarda el crecimiento moral y deja de fomentar el progreso espiritual. El culto es la estructura esquelética sobre la cual crece el cuerpo vivo y dinámico de la experiencia personal y espiritual —la verdadera religión.
Cuando un culto o religión se vuelven instituzionalizadas...
99:6.3 (1092.3) Pero cuando la religión se vuelve institucionalizada, se limita su poder para el bien, mientras que las posibilidades del mal se multiplican grandemente. Los peligros de una religión formalizada son: La fijación de las creencias y la cristalización de los sentimientos; la acumulación de los intereses establecidos con un aumento de la secularización; la tendencia a estandardizar y fosilizar la verdad; la desviación de la religión, del servicio a Dios al servicio a la iglesia (grupo); la tendencia de los líderes a volverse administradores en vez de ministros; la tendencia a formar sectas y divisiones competitivas; el establecimiento de una autoridad eclesiástica opresiva; la creación de una actitud aristocrática de «pueblo elegido»; el fomentar ideas falsas y exageradas de lo sagrado; la rutinización de la religión y la petrificación de la adoración; la tendencia a venerar el pasado, ignorando al mismo tiempo las demandas del presente; la incapacidad de hacer interpretaciones contemporáneas de la religión; el enredo con las funciones de las instituciones seculares; la creación de una discriminación maligna en forma de castas religiosas; el volverse juez intolerante de la ortodoxia; la incapacidad de mantener el interés de la juventud aventurosa y la pérdida gradual del mensaje salvador del evangelio de la salvación eterna.
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