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sábado, 6 de agosto de 2022

LA VERDAD SOBRE EL ESPIRITUALISMO (11)

 3. CONFIANZA HUMANA




No sólo la mente humana es innatamente curiosa, y el ser humano es naturalmente supersticioso, sino que, extrañamente, el ser humano medio es excesivamente confiado. Muchos individuos, que ya han alcanzado la mayoría de edad, todavía poseen esa confianza que caracteriza al niño, especialmente cuando se trata de asuntos religiosos y supuestamente sobrenaturales. No sólo somos curiosos, temerosos e ignorantes, todo lo cual conspira para hacernos más o menos supersticiosos, sino que también somos peligrosamente confiados. 

Nos han enseñado a creer en los que nos enseñan en nombre de la religión, en los que hablan inspirados ex cathedra, en los que son el portavoz de Dios para su día y generación. Y así, la misma confianza de la fe religiosa y la lealtad al credo teológico sirven para sentar las bases en la mente de la gente común para su creencia ciega en los dogmas del espiritismo y para su fácil engaño por los fenómenos del espiritualismo. 

No se le ocurre a la persona común que el médium (canalizador) espiritualista pueda estar perpetrando un fraude escandaloso sobre sus mentes desprevenidas. No se le ocurre al hombre común que los adivinos puedan estar practicando el engaño sobre ellos, y está aún más lejos de las ideas del hombre de calle que este mismo médium espiritualista pueda estar autoengañado. En todo caso, se manifiesta una disposición generalizada, por parte de la humanidad, a prestarse como víctimas voluntarias, confiadas y confidentes a toda esta propaganda que se centra en el tema central de poner a esta generación de vivos en comunicación con las almas de los que han pasado al Gran Más Allá. 

Fuente: https://ubhs.hosted-by-files.com/docs/H/hg19231101_sadlerw_109.pdf

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