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jueves, 15 de julio de 2021

La actitud de una verdadero hijo de Fe (según la revelación)



La aceptación en la mente de una enseñanza o teoría como verdadera no es fe; es meramente una creencia intelectual; tampoco lo es simplemente la certidumbre ni la convicción. Un estado mental llega a los niveles de fe divina tan sólo cuando inspira y rige efectivamente la manera en que se vive.

La creencia es siempre limitadora y esclavizante; la fe es expansiva y liberadora.
La fe traiciona su propósito cuando presume negar realidades (hechos evidentes y descubiertos) y conferir sobre sus devotos un conocimiento asumido (creer saber lo que no se sabe). La fe traiciona cuando fomenta la traición de la integridad intelectual (caer en falacias lógicas y deshonestidad intelectual) y menosprecia la lealtad a los valores supremos (verdad, belleza y bondad) y a los ideales divinos. La fe genuina nunca escapa del deber de solucionar los problemas reales del vivir humano. La fe viva NO fomenta el fanatismo (entusiasmo y pasión extrema), la persecución (la ofensiva contra los que no comparten lo que creemos) ni la intolerancia (el odio hacia otras personas con diversos conceptos, creencias y corrientes de pensamiento).

La fe autentica NO encadena la imaginación creativa (rellenar huecos de lo que no vemos y no conocemos), tampoco mantiene un prejuicio irracional hacia los descubrimientos de las investigaciones científicas.

La Fe reconoce la verdad verdadera donde quiera que esta este establecida. La verdad divina NO debe ser despreciada o pisoteada solo porque no este presente en un texto revelado. La autoridad de la verdad, no es una imposición autoritaria, sino la experiencia personal en el espíritu vivo. La fe verdadera previene y evita el fetichismo (culto o amor desmedido a supuesto objetos sagrados como libros, amuletos, símbolos, estatuas y demás). El fetichismo venera la aparente verdad por su origen y no por su valor real. La Fe divina reconoce la verdad por su sabor a divinidad. El fetichismo cristaliza la verdad por su origen divino y así mismo desprecia la verdad por su supuesto origen inferior. Solo un hijo de fe, en sintonia con su Espíritu de Verdad reconoce la verdad y vive la verdad, vivir la verdad es el logro más alto de la Fe, y una fe sin vivencia, es mera creencias y en camino a una fe muerta.

La Fe conecta siempre cosas, significados y valores, y esta siempre en perpetuo crecimiento; la fe no es solo la aceptación de un teoría-creencias acerca de lo invisible como cierta, es una vida de significados y valores. El alma morontial carga significados y valores; son tus valores progresivos los que te llevan al otro lado, no el exceso desmedido de conocimiento, se puede tener mucho conocimiento acerca de cosas, significados y valores, y carecerse de verdad, y solo la verdad divina te hace Real como Dios es Real.

"La Fe es la puerta al amor perfecto del Eterno. 
"


*Basado en el  Libro de Urantia

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