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domingo, 4 de julio de 2021

No soy Dios, aun no...

 


Yo
no soy DIOS... no eres DIOS. DIOS es también Deidad y Divinidad. Es de humildes reconocer nuestros limites, somos dioses en potencia. El hombre solo puede saborear un destello de la Infinidad, el sabor de la divinidad. Ser DIOS implica perfección en verdad, belleza y bondad. Nuestro ideal es alcanzar esa divinidad. Aun somos criaturas en crecimiento...barro moldeable...vivimos en un proceso de modelado del gran Alfarero Universal, lo que realmente seremos aún no se nos ha manifestado, pero cuando sea revelado, gozaremos en escala incremental de la universalidad, eternidad e infinidad de nuestro Padre y Madre. No somos DIOS, pero una parte de DIOS habita en cada uno de nosotros. Aun el Gran Dios, se despoja humildemente de su ilimitabilidad y se posa en estas prisiones de oscuridad, trayendo luminosidad donde solo había tinieblas. No somos aun testigos de la perfección del Eterno, pero caminamos constantemente y crecemos junto a la incompletitud de su estado Supremo, para juntos encontrar la perfección. El Dios Supremo crece con nosotros y nosotros crecemos con Él. El Dios interior nos guía paso a paso hacia la Divinidad. En cuanto a su Infinitud no podemos palparla aun, pero su amor personal es siempre presente, tan omnipresente. Tantas formas, un mismo Dios y un mismo amor, un eterno e infinito Amor.
No tengo que deiditizarme, ni aun divinizarme bajo la ilusión del ego, la grandeza esta en lo pequeño, ser como un niño. Bueno seria volver a ser tan inocentes y confiados como niños. No soy Dios, no soy grande, no soy un maestro, no soy un jefe, no soy luz inmaculada, no soy bueno ni bello ni verdadero...soy solo un niño de Papá. Solo en la pequeñez, se puede admirar la grandeza, toda la belleza; la verdadera adoración se asoma en el asombro del que vuelve a ser una pequeña e inocente criatura, una que refleja en el brillo de sus ojos todos los potenciales de divinidad.


Algún día seré un Dios como DIOS, algún día...por ahora la imperfección es mi próximo y evidente alfa y la perfección mi lejano e inevitable omega, junto con mi tesoro interno, el sueño de divinidad se realizará.

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