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viernes, 4 de mayo de 2018

Descubrimiento de antiguas ruinas en Israel apoyan versión bíblica del rey David

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De acuerdo a los resultados de las muestras datadas mediante radiocarbono, esta estructura dataría de la época del rey David.







Algunos arqueólogos y expertos han dudado del relato bíblico porque no han podido encontrar ninguna evidencia de civilización que data de la época en que se supone que David gobernó, según la Biblia: «no hay fortificaciones, obras públicas o señales de estadidad». «Hasta hace 25 años nadie dudaba de que el rey David era una figura histórica», agrega el profesor Avraham Faust, director de la excavación arqueológica. «En los últimos 25 años más o menos, sin embargo, la historicidad de David, y especialmente el tamaño de su reino, son objeto de acalorados debates».
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Eso ya no sería cierto, empero, después del reciente hallazgo. «El nuevo descubrimiento en Tel ‘Eton, ubicado en Judea Shephelah al este de las colinas de Hebrón, parece sugerir que el reino de las tierras altas controlaba áreas más grandes de lo que algunos estudiosos creen», continuó Faust, según lo informado por Breaking Israel News. La ciudad descubierta ha sido identificada como la ciudad bíblica de Eglón, una ciudad cananea que luchó contra Israel.


​La historia de David figura en la Biblia, en los Libros del profeta Samuel y en el Libro de los Salmos.​ David fue uno de los grandes gobernantes de Israel y padre de otro de ellos, Salomón. Es venerado como rey y profeta en el judaísmo, el cristianismo y el islam.
​La historia de David figura en la Biblia, en los Libros del profeta Samuel y en el Libro de los Salmos.​ David fue uno de los grandes gobernantes de Israel y padre de otro de ellos, Salomón. Es venerado como rey y profeta en el judaísmo, el cristianismo y el islam.

El profesor Faust explicó el significado del descubrimiento con mayor detalle: «Nosotros, por supuesto, no encontramos ningún artefacto que dijera “Rey David” o “Rey Salomón” pero descubrimos que en el sitio hay señales de una transformación social que sufrió la región, incluida la construcción de un gran edificio en un plan conocido por los arqueólogos como “la casa de cuatro habitaciones” que es común en Israel, pero es raro que exista en las zonas de dominio cananeo y filisteo. Esto parece enviar un mensaje claro sobre la identidad de los constructores: la política israelita procedente de las tierras altas».


La Estela de Tel Dan descubierta entre 1993 y 1994 en el norte de Israel, es hasta ahora la única mención no-bíblica del rey David. En ella un tal Hazael de Damasco alardea de sus victorias sobre el rey de Israel y su aliado el rey de la «Casa de David».
La Estela de Tel Dan descubierta entre 1993 y 1994 en el norte de Israel, es hasta ahora la única mención no-bíblica del rey David. En ella un tal Hazael de Damasco alardea de sus victorias sobre el rey de Israel y su aliado el rey de la «Casa de David».

Y dado que estos cambios tuvieron lugar en el momento en que se suponía que David gobernaba en las tierras altas, el vínculo, según los expertos, es plausible. «Si alguien piensa que esto no certifica que hubo un rey con el nombre de David, quizás deberíamos encontrar otro nombre para llamar al monarca que logró unificar las tierras altas de Judá y las bajas llanuras costeras filisteas durante su reinado», concluye Faust.

Fuente: http://mysteryplanet.com.ar/site/descubrimiento-de-antiguas-ruinas-en-israel-apoyan-version-biblica-del-rey-david/

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Dice el Libro de Urantia:

97:9.3 (1072.1) La historia hebrea pretenciosa comienza con la unión de los clanes del norte por acción de Saúl para resistir a un ataque de los amonitas contra la tribu de los galaaditas, al este del Jordán. Con un ejército de poco más de tres mil derrocó al enemigo, y esta empresa fue la que condujo a las tribus de las colinas a hacerle rey. Cuando los sacerdotes exilados reescribieron esta historia, aumentaron el ejército de Saúl a 330.000 personas y agregaron «Judá» a la lista de las tribus que habían participado en la batalla.

97:9.4 (1072.2) Inmediatamente después de la derrota de los amonitas, Saúl fue hecho rey por elección popular de sus tropas. No participaron sacerdotes ni profetas en este asunto. Pero los sacerdotes más adelante introdujeron en el registro la idea de que el profeta Samuel coronó a Saúl rey de acuerdo con directivas divinas. Esto lo hicieron para establecer un «linaje divino» para el reinado judaíta de David.

97:9.5 (1072.3) La mayor de todas las distorsiones de la historia judía tuvo que ver con David. Después de la victoria de Saúl sobre los amonitas (que él adscribió a Yahvé) los filisteos se alarmaron y comenzaron a atacar a los clanes norteños. David y Saúl nunca podían ponerse de acuerdo. David, con seiscientos hombres, entró en una alianza filistea y marchó a la costa de Esdraelón. En Gat los filisteos ordenaron que David se retirara; temían que se pasara a Saúl. David se retiró; los filisteos atacaron y derrotaron a Saúl. No podrían haberlo hecho si David hubiese sido leal a Israel. El ejército de David era una colección políglota de descontentos, formado en su mayor parte por inadaptados sociales y fugitivos de la justicia.

97:9.6 (1072.4) La trágica derrota de Saúl en Gilboa disminuyó la importancia de Yahvé entre los dioses a los ojos de los cananeos vecinos. Ordinariamente, la derrota de Saúl habría sido adscrita a la apostasía de Yahvé, pero esta vez los editores judaítas la atribuyeron a errores rituales. Requerían la tradición de Saúl y Samuel como antecedentes del reinado de David.

97:9.7 (1072.5) David, con su pequeño ejército, se estableció en la ciudad no hebrea de Hebrón. Dentro de poco sus compatriotas le proclamaron rey del nuevo reinado de Judá. Judá estaba formado principalmente de elementos no hebreos: los ceneos, los calebitas, los jebuseos y otros cananeos. Eran nómadas —pastores— y por consiguiente creían en la idea hebrea sobre la propiedad de la tierra. Mantenían las ideologías de los clanes del desierto.

97:9.8 (1072.6) La diferencia entre las historias sagrada y profana está bien ilustrada por las dos versiones distintas sobre el nombramiento de David como rey tal como se las encuentra en el Antiguo Testamento. Los sacerdotes, sin darse cuenta, dejaron en este registro una parte de la historia secular de cómo sus seguidores inmediatos (su ejército) le hicieron rey, preparando posteriormente el prolongado y prosaico relato de la historia sagrada en el que se ilustra cómo el profeta Samuel, por instrucción divina, seleccionó a David de entre sus hermanos y mediante ceremonias solemnes y elaboradas le ungió formalmente rey de los hebreos y luego lo proclamó sucesor de Saúl.

97:9.9 (1072.7) Muchas veces los sacerdotes, después de preparar sus relatos ficticios de las negociaciones milagrosas de Dios con Israel, dejaron borrar completamente las declaraciones sencillas y reales que ya existían en esos registros.

97:9.10 (1072.8) David intentó mejorar su posición política casando primero con la hija de Saúl, luego con la viuda de Nabal, el rico edomita, y posteriormente con la hija de Talmai, el rey de Geshur. Tomó seis esposas de entre las mujeres de Jebus, sin mencionar a Betsabé, la esposa del heteo.

97:9.11 (1073.1) Mediante estos métodos y con esta gente, David construyó la ficción de un reino divino de Judá como sucesor de la herencia y las tradiciones del reino norteño de Israel efrateo, en vías de desaparición. La tribu cosmopolita de David de Judá era más gentil que judía; sin embargo, los ancianos oprimidos de Efraín bajaron y «le ungieron rey de Israel». Después de una amenaza militar, David hizo un pacto conjunto con los jebuseos y estableció su capital del reino unido en Jebus (Jerusalén), que era una ciudad de muros poderosos a mitad de camino entre Judá e Israel. Los filisteos se sublevaron y pronto atacaron a David. Después de una feroz batalla fueron derrotados, y nuevamente se estableció Yahvé como «el Señor Dios de los Ejercitos».

97:9.12 (1073.2) Pero Yahvé debía, por fuerza, compartir parte de esta gloria con los dioses cananeos, porque la mayoría de los componentes del ejército de David no era hebrea. Por lo tanto aparece en vuestros registros (desapercibido de los editores judaítas) esta declaración reveladora: «Yahvé quebrantó a mis enemigos delante de mí. Por esto llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim». Y así lo hicieron porque el ochenta por ciento de los soldados de David eran baalitas.

97:9.13 (1073.3) David explicó la derrota de Saúl en Gilboa señalando que Saúl había atacado una ciudad cananea, Gabaón, cuyo pueblo tenía un tratado de paz con los efrateos. Por ello, Yahvé le abandonó. Aún en los tiempos de Saúl, David había defendido la ciudad cananea de Keila contra los filisteos, y luego hizo su capital en una ciudad cananita. De acuerdo con la política de compromiso con los cananeos, David entregó a siete de los descendientes de Saúl a los gabaonitas para que los ahorcaran.

97:9.14 (1073.4) Después de la derrota de los filisteos David ganó posesión del «arca de Yahvé», la trajo a Jerusalén e hizo oficial la adoración de Yahvé en su reino. A continuación estableció pesados tributos en las tribus vecinas: los edomitas, los moabitas, los amonitas y los sirios.

97:9.15 (1073.5) La maquinaria política corrompida de David empezó a tomar posesión personal de las tierras al norte, violando las costumbres hebreas establecidas, y pronto ganó control de las tarifas de las caravanas, anteriormente recolectadas por los filisteos. Luego se produjo una serie de atrocidades que culminaron con el asesinato de Urías. Se adjudicaban todas las apelaciones judiciales en Jerusalén; ya no podían «los ancianos» administrar la justicia. No es de extrañar que estallara una rebelión. Hoy en día, Absalón podría ser llamado demagogo; su madre era cananita. Había media docena de aspirantes al trono además del hijo de Betsabé —Salomón.

97:9.16 (1073.6) Después de la muerte de David, Salomón purgó la maquinaria política de toda influencia norteña, pero continuó la tiranía y los pesados impuestos del régimen de su padre. Salomón llevó a la nación a la bancarrota con los lujos de su corte y sus elaborados programas de construcción: existía la casa de Líbano, el palacio de la hija del faraón, el templo de Yahvé, el palacio del rey y la restauración de los muros de muchas ciudades. Salomón creó una vasta marina mercante hebrea, operada por marineros sirios y que comerciaba con todo el mundo. Su harén llegó a casi mil.

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