(723.4) 64:6.5 Hace alrededor de ochenta y cinco mil años los sobrevivientes comparativamente puros de la raza roja se trasladaron en su totalidad a Norteamérica. Poco tiempo después de eso, el istmo de tierra de Bering se hundió, y así quedaron aislados. Jamás volvió ningún hombre rojo a Asia. Pero por toda Siberia, China, Asia central, India y Europa dejaron su linaje a través de los apareamientos con las otras razas de color.
(727.2) 64:7.5 Al abandonar a Asia los sobrevivientes de la estirpe relativamente pura de la raza roja, había once tribus, y sumaban un poco más de siete mil hombres, mujeres y niños. Estas tribus fueron acompañadas por tres grupos reducidos de descendencia mestiza, siendo el más grande de los cuales una combinación de las razas anaranjada y azul. Estos tres grupos nunca llegaron a fraternizar plenamente con el hombre rojo y al poco tiempo se trasladaron hacia el sur hasta México y América Central, donde se juntaron más adelante con un grupo pequeño mezclado de amarillos y rojos. Todos estos pueblos cruzaron entre sí y fundaron una raza nueva y amalgamada que era mucho menos belicosa que los hombres rojos de sangre pura. En cinco mil años esta raza amalgamada se subdividió en tres grupos, estableciendo así las respectivas civilizaciones de México, Centroamérica y Sudamérica. La rama sudamericana sí recibió una pizca de la sangre de Adán.----------------------------------------------------------------
Los restos están muy bien conservados y datan de 40.000 años atrás. |
Un equipo de arqueólogos encabezados por el profesor Carlos Aschero, encontró en Antofagasta de la Sierra, provincia de Catamarca, Argentina, la evidencia humana más antigua que se conozca en el país austral y posiblemente una de las más arcaicas de América Latina, ya que los registros más viejos encontrados en Brasil son muy discutidos por la comunidad científica. Hace 40.000 años un grupo de hombres —posiblemente de exploradores— vivió entre el Noroeste de Catamarca y parte de Salta, en la zona que integra la Puna salada. Se desconoce cuánto tiempo permaneció en el Noroeste argentino, pero sus rastros quedaron muy bien preservados en estas tierras desérticas, a más de 3.500 msnm.
Antofagasta de la Sierra está a casi 600 kilómetros por ruta al norte de la capital de Catamarca. Su clima es riguroso, frío y seco, con temperaturas mínimas por debajo de 0 ºC. Tal vez esas características posibilitaron que los restos permanezcan tan bien conservados, como congelados a través del tiempo. Los investigadores excavaron 4 kilómetros en el tramo superior del río Punilla, en una pequeña quebrada conocida como Cacao. Más precisamente en una cueva en cuyo interior se aloja una enorme variedad de arte rupestre y diversas estructuras de piedra. En ese sitio encontraron dos mechones de pelo humano, que habían sido cortados. Hallaron, además, herramientas de piedra tallada utilizadas para corte y raspado, unos pendientes de cobre y excremento y fragmentos óseos (costillas completas y restos de dientes) de la megafauna extinta.
Salto de miles de años Hasta este nuevo hallazgo, los datos que se tenían de presencia humana en esa zona eran de 10.000 años atrás. Con el descubrimiento se dio un salto enorme porque los objetos encontrados tienen una antigüedad de 40.000 años. Los análisis, mediante los cuales se determinó la cantidad de años, fueron realizados en dos laboratorios especializados de EE.UU. (Arizona y CAIS-UGA) por medio del método de carbono 14.
Jorge Martínez, doctor en arqueología de la Universidad Nacional de Tucumán e investigador del Instituto Superior de Estudios Sociales del CONICET, sostuvo que en Argentina los rastros de presencia humana más antiguos que se conocían están localizados en la provincia de Buenos Aires (región pampeana) y son de hace 14.000 años. En tanto que, en América Latina los más viejos están ubicados en Piedra Furada (Brasil), datados entre 27.000 y 30.000 años. Sin embargo, Martínez aclaró que los datos del país vecino son muy controvertidos, entre otras cosas debido al método mediante el cual se determinó su antigüedad. Se utilizó la datación radiométrica, que se emplea para fechar rocas y minerales, reproduce El Litoral. Según Martínez, un dato trascendental que esperan conocer en breve, mediante el análisis de ADN del mechón de pelo, es el linaje genético al que pertenecían esos hombres que habitaron el desierto puneño. «Impera la teoría de que los habitantes de América llegaron desde Asia por el estrecho de Bering y de que pertenecen a cuatro grandes linajes. Nosotros queremos corroborar o refutar ese origen, acaso obtengamos como resultado que pertenecen a una ascendencia distinta», aventuró. Por su parte, el profesor Aschero explicó que, a partir de estos descubrimientos, la antigüedad en el Norte argentino puede compararse con el Paleolítico medio europeo. «Significa que los procesos de poblamiento fueron muy extensos y diversos. Y esos registros corresponden a la Puna, donde hay mucha altura y un clima complicado. ¡Qué podemos imaginar de la ocupación que podría haber existido en zonas mucho más bajas, donde la vida es más fácil!», conjeturó.
Increible dato. Como poder saber el resultado del analisis del mechón de pelo para saber el linaje genético de esos hombres?
ResponderEliminarDejo mi correo. guzzz65@hotmail.com
Muchas gracias