El hombre que es verdaderamente guiado por el Espíritu sabe reconocer la verdad en toda palabra sabia, aun cuando sean aparentemente dichas por hombres. El Fanático niega toda verdad externa creyendo tener en sus manos toda la verdad, aun cuando se les demuestre que las palabras presentadas en su texto también fueron dichas algunas vez en el pasado por otras personas.
-Buda “No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo”
-Mateo (Jesús) : “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, en esto consiste la ley y los profetas.”
El Fanático escuchará la primera frase y dirá que es humana que no es inspirada, pero cuando escuche a Jesús decir prácticamente lo mismo dirá que esa si es inspirada. El Fanático no escucha, solo quiere imponer y convertir a los demás. El fanático se vuelve hostil e intolerante cuando se hace un análisis honesto de sus creencias. El Fanático es sal insípida, tarde o temprano se vuelven la burla de los hombres, son pisoteados. El Fanatismo es una cárcel mental y su vez una ilusión de comodidad, porque cuando al fanático se le exige verdaderamente cumplir con las exigencias morales más elevadas de su religión se justifica grandemente, tiene a su “abogado en los cielos”.
El Fanático “religioso” es igual a un fanático de una película, de un futbolista, de un partido político o de una cultura. El Fanatismo finalmente es el veneno de la Tierra, el ácido que corroe las edificaciones de la Unidad; Por favor hijo de la Tierra, examínese a sí mismo, conózcase a sí mismo, y podrá dejar de producir el ácido de la discordia…acabará el eclipse solar, y finalmente podrá ver la radiante Luz de un nuevo amanecer y un mundo lleno de grandiosas posibilidades de progreso.
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