La ciencia es el área que trabaja con los hechos, con las cosas físicas, a través del método científico y las matemáticas. La ciencia no es una religión, o una filosofía, aunque por un tiempo funcionara como una especie de filosofía natural.
La ciencia no se trata de fe sino de hechos pero el científico tiene creencias, las cuales se llaman hipótesis, o suposiciones, y los postulados que son cosas que se dan como ciertas aunque no estén demostradas pero que siguen una lógica evidente, muy común en las matemáticas.
La ciencia no tiene el deber de demostrar la existencia o negar la existencia Dios; cuando un ateo dice que la ciencia niega la existencia de Dios está practicando pseudociencia, esto que hace el ateo es lo que el Libro de Urantia llama ciencia atea y que hoy se llama cientificismo. El cientificismo es una corriente de pensamiento atea que pone la ciencia por encima de la filosofía y la religión, que asume que solo la ciencia es la única fuente de la verdad, que lo demás es ficción o pseudociencia. Este materialismo es una falacia de abstracción, porque asume que la única realidad es la física y que todo lo demás es ficción.
La ciencia no es atea, las teorías si pueden ser ateas. El método científico trabaja solo con cosas físicas, con cosas falseables o refutables, "Dios es la primera verdad y el ultimo hecho" en conocerse, y por tanto no es accesible en esta vida como hecho. En la ciencia Dios puede solo ser una hipótesis como una Primera Causa no personal, pero no puede ser jamas un ser de amor o personal.
Como mencionamos antes, el mecaniscismo o materialismo, también llamado cientificismo, es una falacia de abstracción. Dice el Libro de Urantia acerca de la ciencia y el cientificismo:
La matemática, ciencia material, es indispensable para la discusión inteligente de los aspectos materiales del universo, pero tal conocimiento no es necesariamente parte de la comprensión más elevada de la verdad ni de la apreciación personal de las realidades espirituales. El conocimiento se puede demostrar; la verdad se experimenta.
¡Qué actitud tan necia la del hombre de actitud materialista cuando permite que teorías tan vulnerables como las del universo mecanicista, le priven de los vastos recursos espirituales de una experiencia personal de la verdadera religión! Los hechos no están jamás en desacuerdo con la fe espiritual real; las teorías sí pueden estarlo. Sería mejor que la ciencia se dedicase a la destrucción de la superstición, en vez de intentar destruir la fe religiosa: la creencia humana en las realidades espirituales y los valores divinos.
La ciencia debería hacer para el hombre, materialmente, lo que la religión hace por él espiritualmente: expandir los limites de la vida y ampliar su personalidad. La verdadera ciencia no puede mantenerse en desacuerdo con la verdadera religión. El «método científico» es simplemente una vara intelectual con el cual se miden las aventuras materiales y los logros físicos. Pero, como es material y totalmente intelectual, es completamente inútil en la evaluación de las realidades espirituales y de las experiencias religiosas.
Una filosofía mecanicista de la vida (cientificista) y del universo no puede ser científica, porque la ciencia tan sólo reconoce y trata la materia y los hechos. La filosofía es, inevitablemente, supracientífica. El hombre es un hecho material de la naturaleza, pero su vida es un fenómeno que trasciende los niveles materiales de la naturaleza, porque exhibe los atributos de control de la mente y las cualidades creativas del espíritu.
El esfuerzo sincero del hombre por volverse un mecanicista representa el fenómeno trágico del fútil esfuerzo de ese hombre por cometer un suicidio intelectual y moral. Pero no consigue hacerlo.
Referencias
Libro de Urantia Documento 195&88
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