Nos resulta difícil renunciar a nuestros seres queridos. Nos apegamos a nuestros hermanos mortales, y nos disgusta separarnos para siempre de nuestros compañeros terrenales. Los espiritualistas se esfuerzan por revivir la relación de vida con sus amigos y seres queridos que ya no están. En sus fantasías y sueños los ven de nuevo por la casa, y con ellos recorren de nuevo los viejos caminos y senderos familiares, mientras que en la imaginación oyen sus voces, y sienten el apretón de manos y el abrazo de aquellos que se fueron hace tiempo. Resucitan las cartas de amor de antaño y las leen y releen. Después de que nuestros seres queridos nos dejan, nosotros, en nuestro propio concepto de sus características, los dotamos de muchas cosas hermosas que sólo poseían débilmente cuando estaban en la tierra, y permitimos que se desvanezcan de nuestros recuerdos aquellas cosas desagradables que solíamos reconocer como parte de su personalidad cuando estaban con nosotros.
Cuando nuestros amigos nos han dejado, coleccionamos sus fotografías, las colocamos en nuestros muebles y las colgamos en nuestras paredes, y así tratamos de mantener vivo el recuerdo de esos seres queridos en nuestra mente. Cuando somos capaces de visualizar a los difuntos, no parece extraño que la mente humana, con su imaginación creativa, se atreva a ir un paso más allá y busque realmente oír las voces, comunicarse con los supuestos espíritus de los que nos han dejado. La mayoría de las personas se empeñan en aferrarse a sus muertos y no los dejan ir. Este estado de ánimo se refleja en el comportamiento real de muchas personas que arrojan sus brazos alrededor de los difuntos en los últimos ritos funerarios con llanto violento, aferrándose a sus formas sin vida hasta el último momento. No es extraño, entonces, que después de que la forma de arcilla haya sido depositada en el cementerio, los seres inteligentes comiencen a preguntar, con respecto a sus seres queridos fallecidos: ('¿Dónde están? ¿Qué están haciendo? ¿Pueden volver? ¿Vuelven a nuestro mundo? ¿Son conscientes de lo que hacemos? ¿Son conscientes de nuestro dolor por ellos? ¿Saben lo mucho que que les echamos de menos?"
Es natural que un cerebro humano curioso y especulativo se entregue a tales pensamientos. Y como el mundo de hoy se hace estas preguntas sobre los muertos y los difuntos, la respuesta parece volver en una avalancha de literatura espiritista y un diluvio de actuaciones espiritistas. En todos los lugares y a todas horas, casi todo el mundo discute hoy alguna fase de lo oculto, algo que pertenece más o menos al espiritualismo. Si no es nuestro médium favorito al que acudimos, entonces es la tabla Ouija con la que experimentamos. Si no es la clarividencia con la que nos entretenemos, entonces es a través de la vía de la psicología que buscamos alcanzar la comunicación telepática entre las mentes de los vivos.
Fuente: https://ubhs.hosted-by-files.com/docs/H/hg19231101_sadlerw_109.pdf
Pagina dedicada a diversos temas del Libro de Urantia, la Quinta Revelación Epocal.
Escuche
viernes, 24 de junio de 2022
LA VERDAD SOBRE EL ESPIRITUALISMO (5)
1:4 MIRANDO MÁS ALLÁ DE LA TUMBA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario