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miércoles, 8 de junio de 2016

Parte 1- La brújula del cuerpo humano y de los animales

Afirma la Quinta Revelación:

LDU 34:4.13 Los cuatro puntos de la brújula son universales e inherentes a la vida de Nebadón. Todas las criaturas vivientes poseen unidades corpóreas que son sensibles y responden a estas corrientes direccionales. Estas creaciones en forma de criaturas son duplicadas a través del universo y los planetas individuales y, en conjunción con las fuerzas magnéticas de los mundos, activan las huestes de los cuerpos microscópicos en el organismo animal de tal modo que estas células direccionales apuntan siempre al norte y al sur. Así pues el sentido de orientación está fijado para siempre en los seres vivientes del universo. Este sentido no es por completo una posesión consciente de la humanidad. Estos corpúsculos se observaron por primera vez en Urantia, aproximadamente en la época de esta narración.



Afirma la noticia:

Muchas aves confían en su capacidad para detectar el campo magnético de la Tierra para poder llevar a cabo sus largos viajes migratorios.Se pensaba, sin embargo, que los seres humanos carecíamos de este sentido natural de detección magnética.Pero ahora una nueva investigación encontró que el ojo humano contiene un compuesto sensible a la luz que puede percibir el magnetismo del planeta.El estudio fue presentado por la Escuela Médica de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos.

Investigación adicional:


Sensibilidad Magnética (Resumen)

El libro de Urantia declara que todos los organismos vivos tienen una sensibilidad biológica al campo magnético de la Tierra y que esta sensibilidad aun no es un posesión totalmente conciente en la humanidad. En el momento de su publicación en 1955, los científicos en general no creían que los organismos biológicos podrían tener un mecanismo que es sensible a un campo electromagnético de tal sutilitidad. Ahora en muchos animales migratorios y no migratorios se han encontrado que poseen tal sensibilidad y algunos investigadores afirman que los seres humanos también pueden detectar el campo magnético de la tierra.

El libro de Urantia afirma que los "cuerpos" responsables de esta sensibilidad se descubrían justo en el momento de la narración del Libro de Urantia, que afirma que fue a mediados de 1930. En científicos mediados de la década de 1930 descubrieron que las ampollas en un hocico tiburones tenían diminutos pelos de tipo interno del oído y que no había nervios que se extienden a partir de estas ampollas en el cerebro. También se podría decir que los tiburones fueron sensibles a los campos eléctricos. Pero no fue hasta la década de 1960 que descubrieron que el mecanismo de estas ampollas era extremadamente sensibles a los campos electromagnéticos.
Además, "En la década de 1960, paleoecólogo de Caltech Heinz Lowenstam sorprendió a biólogos y geólogos por igual con el descubrimiento de que muchos animales hacen lo que la ciencia convencional había considerado imposible: que fabrican sustancias tales como la magnetita mineral que contiene hierro [el mineral más sensible al magnetismo de la tierra] dentro de sus cuerpos. Fuera de la obra de Lowenstam vino el hallazgo más reciente de que muchos animales migratorios, incluyendo aves, abejas y ballenas, generan magnetita dentro de sus cuerpos y pueden deber sus instintos extraños de volver a casa a la presencia de esta "brújula interna" que les permite navegar por los medios del campo magnético de la tierra. "Hoy en día, se han descubierto varios mecanismos biológicos que juegan un papel importante al permitir que muchos tipos diferentes de animales sean sensibles al campo magnético de la tierra.


(Se presentará la segunda parte con una investigación completa)






2 comentarios:

  1. Vamos viento en popa !
    Tresinseparablesonsiete

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  2. Muy buena esa noticia a nosotros los urantianos nos regocija. Gracias christian

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