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miércoles, 15 de junio de 2016

Las Placas Tectónicas y la Deriva Continental





(Geología Pág. 663, 668) El libro dice que los continentes se mueven lentamente sobre la superficie de la tierra (varias pulgadas por año) Esto fue propuesto en los primeros años del siglo veinte y no había sido probado en 1955. Sin embargo, una mirada a la costa este de Sudamérica y la costa oeste de África rápidamente muestra el antiguo ajuste de los dos continentes. Pero la ciencia requiere prueba. Y la prueba llegó en 1969 al igualar la superficie de las capas terrestres en dos continentes separados y encontrar una quebradura larga seccionada norte-sur en el lecho del océano entre los continentes. Otra predicción se hizo esencialmente realidad aun si la ciencia llama a esto placas tectónicas.

(663.1) 57:8.23 Hace 750.000.000 años se iniciaron las primeras rupturas de la masa terrestre continental como la gran separación norte-sur, lo cual más adelante admitió las aguas del océano y preparó el camino para la deriva hacia el occidente de los continentes de América del Norte y del Sur, y Groenlandia inclusive. La larga separación este-oeste desprendió África de Europa y partió las masas terrestres de Australia, las Islas Pacíficas y la Antártida del continente asiático.
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Pruebas de la deriva continental
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El meteorólogo alemán Alfred Wegener reunió en su tesis original pruebas convincentes de que los continentes se hallaban en continuo movimiento. Las más importantes eran las siguientes.
Pruebas geográficas

Wegener sospechó que los continentes podrían haber estado unidos en tiempos pasados al observar una gran coincidencia entre la forma de las costas de los continentes, especialmente entre Sudamérica y África. Si en el pasado estos continentes hubieran estado unidos formando solo uno (Pangea), es lógico que los fragmentos encajen. La coincidencia es aún mayor si se tienen en cuenta no las costas actuales, sino los límites de las plataformas continentales.
Pruebas geológicas

Se basaban en los descubrimientos a partir de esta ciencia. Cuando Wegener reunió todos los continentes en Pangea, descubrió que existían cordilleras con la misma edad y misma clase de rocas en distintos continentes que según él, habían estado unidas. Estos accidentes se prolongaban a una edad que se pudo saber calculando la antigüedad de los orógenos.

Pruebas paleoclimáticas

Utilizó ciertas rocas sedimentarias como indicadores de los climas en los que se originan, dibujó un mapa de estos climas antiguos y concluyó que su distribución resultaría inexplicable si los continentes hubieran permanecido en sus posiciones actuales. A causa de antiguas glaciaciones se han encontrado tillitas en zonas muy separadas geológicamente.

Pruebas paleontológicas

Wegener también descubrió otro indicio sorprendente. En distintos continentes alejados mediante océanos, encontró fósiles de las mismas especies, es decir, habitaron ambos lugares durante el periodo de su existencia. Y lo que es más, entre estos organismos se encontraban algunos terrestres, como reptiles o plantas, incapaces de haber atravesado océanos por lo que dedujo que durante el periodo de vida de estas especies Pangea había existido.


La teoría de la deriva continental fue propuesta originalmente por Alfred Wegener en 1912, quien la formuló basándose, entre otras cosas, en la manera en que parecen encajar las formas de los continentes a cada lado del océano Atlántico, como África y Sudamérica

La teoría de la deriva continental, junto con la de la expansión del fondo oceánico, quedaron incluidas en la teoría de la tectónica de placas, nacida en los años 1960 a partir de investigaciones de Robert Dietz, Bruce Heezen, Harry Hess, Maurice Edwing, Tuzo Wilson y otros.


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(LU)El Desplazamiento Continental


(668.3) 58:5.1 Continuó la deriva terrestre continental. El núcleo de la tierra se había hecho tan denso y tan rígido como el acero, estando sujeto a una presión de un poco más de 25,000 toneladas por pulgada cuadrada, y debido a la descomunal presión de la gravedad, estaba y aún está muy caliente en el interior profundo. La temperatura aumenta desde la superficie hacia adentro hasta que en el centro está un poco por encima de la temperatura superficial del sol.

(668.4) 58:5.2 Las mil millas exteriores de la masa terrestre consisten principalmente en distintas clases de roca. Abajo están los elementos metálicos más densos y pesados. A lo largo de las edades primitivas y preatmosféricas el mundo estaba tan cerca de ser fluido en su estado ígneo y tan sumamente recalentado que los metales más pesados se hundieron en las profundidades del interior. Los que se encuentran hoy por hoy cerca de la superficie representan el exudado de antiguos volcanes, de grandes erupciones de lava posteriores, y los más recientes depósitos meteóricos.

(668.5) 58:5.3 La corteza exterior era de unas cuarenta millas de grosor. Sobre un mar de basalto derretido de variante grosor yacía esta cáscara exterior, que a la vez aquél sostenía. Este mar era una capa móvil de lava ígnea sujeta a la alta presión, pero siempre tendiente a fluir acá y allá equilibrando las cambiantes presiones planetarias, y por este medio tendía a estabilizar la corteza de la tierra.

(668.6) 58:5.4 Aún hoy en día los continentes continúan a flote sobre este mar de basalto derretido no cristalizado que parece un gran cojín. Si no fuera por esta condición protectora, los terremotos más severos sacudirían literalmente el mundo haciéndolo añicos. No son los volcanes los que causan los terremotos, sino el deslizamiento y desplazamiento de la sólida corteza exterior.

(668.7) 58:5.5 Las capas de lava de la corteza de la tierra, al enfriarse, forman granito. La densidad media de Urantia es un poco mayor a cinco veces y media la del agua; la densidad del granito es menos de tres veces la del agua. El núcleo de la tierra es doce veces más denso que el agua.

(668.8) 58:5.6 Los fondos del mar son más densos que las masas terrestres, y eso es lo que mantiene los continentes por encima del agua. Cuando los fondos del mar salen por extrusión arriba del nivel del mar, se encuentra que se componen en gran parte de basalto, una forma de lava considerablemente más pesada que el granito de las masas terrestres. De nuevo, si los continentes no fueran más ligeros que los lechos de los océanos, la gravedad arrastraría las márgenes de los océanos sobre la tierra; pero no se observan fenómenos de esta índole.

(668.9) 58:5.7 El peso de los océanos es también un factor que contribuye al aumento de la presión sobre los lechos de los mares. Los lechos más bajos, pero más pesados de los océanos, más el peso del agua que yace sobre ellos, tienen un peso que se aproxima al de los continentes más altos pero mucho más ligeros. No obstante, todos los continentes tienden a ir deslizándose lentamente en los océanos. La presión continental a nivel del fondo del océano es alrededor de 20,000 libras por pulgada cuadrada. Es decir, ésta sería la presión de una masa continental que se levanta a 15.000 pies por encima del fondo del mar. La presión del agua del fondo oceánico es sólo de unas 5,000 libras por pulgada cuadrada. Estas presiones diferenciales tienden a hacer que los continentes se vayan deslizando hacia el lecho de los océanos.

(669.1) 58:5.8 La depresión del fondo del océano durante las épocas anteriores a la vida había elevando una solitaria masa terrestre continental hasta tal altura que la presión lateral tendía a hacer que los bordes orientales, occidentales y australes se deslizaran cuesta abajo, sobre los lechos subyacentes semiviscosos de lava, hacia las aguas del Océano Pacífico que rodeaban esta masa de tierra. Esto compensó la presión continental tan plenamente que no se produjo una ruptura amplia en la orilla oriental de este antiguo continente asiático, sino que, desde entonces, esa línea costal oriental se cierne sobre el precipicio de las profundidades oceánicas adyacentes, amenazando con deslizarse a una tumba marina.

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