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lunes, 6 de junio de 2016

Homo Naledi (Mamíferos Intermedios)



Declara la Revelación: 
Libro de Urantia 3. Los Mamíferos Intermedios

(704.6) 62:3.1 Ya tempranamente en la carrera de los mamíferos protohumanos, moraba una pareja superior de estas ágiles criaturas, encaramada en la copa de un árbol, y ahí nacieron gemelos, un macho y una hembra. En comparación con sus antepasados, eran criaturitas verdaderamente hermosas. Tenían pocos pelos en el cuerpo, pero esto no constituyó una desventaja, pues vivían en un clima cálido y estable.
(705.1) 62:3.2 Estas crías alcanzaron a medir un poco más de un metro y veinte centímetros. En todos los aspectos, eran más grandes que sus progenitores, contando con piernas más largas y brazos más cortos. Tenían dedos pulgares oponibles de funcionamiento casi perfecto, casi tan eficiente como el pulgar de los humanos actuales para adaptarse a diversas tareas. Caminaban erguidos, disponiendo de pies casi tan bien adaptados para andar como los de las razas humanas posteriores.
(705.2) 62:3.3 Sus cerebros eran inferiores a los de los seres humanos y más pequeños, pero muy superiores a los de sus antepasados y, comparativamente, mucho más grandes.
(705.5) 62:3.6...................estos mamíferos intermedios eran capaces de manifestar asco en ciertas situaciones repugnantes. Además, contaban con un instinto de acaparamiento bien definido; escondían comida para el consumo subsiguiente y eran muy propensos a juntar guijarros lisos y redondos y ciertos tipos de piedra redonda que sirvieran para municiones defensivas y ofensivas.

(Puedes leer completo sobre los mamiferos intermedios en el Libro de Urantia en el Doc. 62, capitulo 3)

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Ahora veamos lo que dice la Noticia: 

El «Homo naledi» caminaba y usaba sus manos como nosotros






El pasado 11 de septiembre se hacía público el descubrimiento de una nueva especie de hominino, Homo naledi, que, por sus características anatómicas únicas, resultaba un firme candidato a ser el «eslabón perdido» entre los últimos australopitecos (aún no humanos) y los primeros representantes del género Homo, al que todos nosotros pertenecemos.

El análisis comparativo de las manos de esta especie con las de otros humanos, liderado por Tracey Kivell, investigadora de la Universidad de Kent, muestra que la muñeca y la palma se parecen a las de los neandertales o los humanos modernos, y como estos cuenta con un pulgar largo y fuerte. Todos estos rasgos sugieren que tenía la capacidad de manejar herramientas con precisión. Por otro lado, los huesos de los dedos, más largos y curvados, indican que también mantenían la habilidad para trepar a los árboles y moverse por sus ramas.

En el estudio de los pies, liderado por William Harcourt-Smith, se observan características similares a las manos. Por un lado, tienen similitudes con los pies de los humanos modernos, bien adaptados a caminar erguidos. Sin embargo, los dedos de los pies también tienen los huesos más curvados que los individuos de nuestra especie. En definitiva, parece que mantenía una doble vida que va a seguir dando que pensar a los antropólogos.

En un comunicado de la Universidad de Witwatersrand, Kivell plantea que los rasgos propios del uso de herramientas de Homo naledi en combinación con su pequeño cerebro “tiene interesantes implicaciones sobre los requisitos cognitivos necesarios para hacer y utilizar herramientas”. Además, considera, que, dependiendo de la edad de los fósiles, existe la posibilidad de que esta especie sea la creadora de algunas de las herramientas de piedra que se encuentran en Sudáfrica.

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