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jueves, 28 de julio de 2016

Andon y Fonta, y una teoría científica

                                             


-El biólogo Jean de Grouchy, director de las investigaciones del CNRS francés y responsable del laboratorio de citogenética del hospital Necker, ha sido uno de los sabios que más se ha aproximado (sin saberlo) a esta Quinta Revelación. Pues bien, en opinión de este especialista, la aparición del hombre, entendido como tal, sobre el planeta pudo deberse al encuentro de una hembra y un varón que portaban un número aberrante de cromosomas (47 en este caso). Esto, como observarás, sí pudo desembocar en la aparición de una nueva línea: la nuestra. Como sabes, las células sexuales tienen la mitad de cromosomas que las demás del organismo. El mono, que disfruta de 48 cromosomas, produce células sexuales con 24 cromosomas. 
El hombre, por su parte, que tiene 46 cromosomas, fabrica células sexuales de 23 cromosomas cada una. En todos los óvulos se halla un cromosoma sexual propiamente dicho, siempre el mismo, que determina el sexo del nuevo ser. Se le denomina cromosoma X. En los espermatozoides, en cambio, el cromosoma sexual es X (hembra) o bien Y (varón). Por eso, al fecundarse un óvulo (siempre X), dará lugar al nacimiento de una hembra o de un varón dependiendo de sí ese espermatozoide es portador de una X de una Y.

El que el número de cromosomas de las células sexuales quede reducido a la mitad se consigue, tanto en los testículos como en los ovarios, debido a dos divisiones consecutivas o meiosis de las células sexuales originarias. Además, durante esa fase de meiosis pueden darse accidentes que conduzcan a la obtención de células sexuales con un cromosoma de menos. Este accidente cromosómico (según el doctor Grouchy) pudo  ser la clave del salto o paso desde los simios o primates (48 cromosomas) al ser humano (46 cromosomas)... por medio de dos gemelos que tendrían 47 cromosomas. Te pondré un ejemplo: imagina un simio macho que  tuviera una meiosis que le ocasionara este tipo de accidente. Normalmente, emite dos tipos de espermatozoide: uno con X y otro con Y. Pero, en este supuesto, y a causa de ese accidente, unos tendrán 23 cromosomas y los otros, 24. De la pareja formada por este simio macho con otro primate hembra normal podría nacer una hija que hubiese heredado la tara de su padre. Es decir, que fuera capaz de producir alternativamente óvulos de 23 o de 24 cromosomas..Supongamos ahora que en esta nueva hembra se presente otra meiosis; en otras palabras, que el llamado glóbulo polar (que es una especie de minióvulo), en  vez de degenerar y ser desechado, como ocurre normalmente, permaneciera en el interior del óvulo. Si éste y el glóbulo polar son fecundados por un simio normal, podrían nacer dos gemelos de sexo distinto...
Para el doctor Grouchy, estos gemelos habrían sido Adán y Eva.

Ya en 1978 un eminente biólogo apuntó una teoría que coincide, y de qué forma, con lo que nos cuenta la Quinta Revelación. Una revelación que se remonta a muchísimos años antes...
Desde un punto de vista puramente científico, pues, es perfectamente viable que los gemelos Andon y Fonta pudieran haber existido. Pero, obviamente, al no conocer la Quinta Revelación, el doctor Grouchy asoció esa pareja con los mal llamados primeros padres.(Adán y Eva)

Cada uno disfrutaría de 47 cromosomas. En el caso de emparejarse entre ellos podrían haber dado lugar al nacimiento del hombre actual. Para ello habría bastado que un óvulo de 23 cromosomas hubiera sido fecundado por un espermatozoide que también tuviese 23 cromosomas. 

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