Dice el Libro de Urantia:
(Después de las varias
citas está el link de la información que corrobora esto)
1. Los Conceptos de la Deidad Entre los Semitas
96:1.1 (1052.4) Los semitas primitivos consideraban que todo tenía en sí a un espíritu residente. Había espíritus del mundo animal y el mundo vegetal; espíritus anuales, el señor de la progenie, espíritus del fuego, el agua y el aire; un verdadero panteón de espíritus que debían ser temidos y adorados. Y las enseñanzas de Melquisedek sobre un Creador Universal nunca destruyeron plenamente la creencia en estos espíritus subordinados o dioses de la naturaleza.
96:1.2 (1052.5) El progreso de los hebreos de politeísmo a través del henoteísmo al monoteísmo no fue un desarrollo conceptual continuo y sin interrupciones. Experimentaron muchos retrocesos en la evolución de sus conceptos de Deidad, mientras que en cualquiera de la épocas existieron ideas variables de Dios entre los distintos grupos de creyentes semitas. De vez en cuando numerosos términos fueron aplicados a sus conceptos de Dios, y para prevenir la confusión estos varios títulos de Deidad serán definidos en cuanto pertenecen a la evolución de la teología judía:
96:1.3 (1053.1) 1. Yahweh. fue el dios de las tribus del sur de Palestina, que asociaron este concepto de deidad con el Monte Horeb, el volcán del Sinaí. Yahweh era tan sólo uno de los cientos y los miles de dioses de la naturaleza que mantenían la atención y reclamaban la adoración de las tribus y pueblos semitas.
96:1.4 (1053.2) 2. El Elyón. Durante siglos después de la estadía de Melquisedek en Salem su doctrina de la Deidad persistió en varias versiones pero fue generalmente denominada por el término El Elyón, el Dios Altísimo del cielo. Muchos semitas, incluyendo los descendientes inmediatos de Abraham, en distintas épocas adoraron tanto a Yahweh como a El Elyón.
96:1.5 (1053.3) 3. El Shaddai. Es difícil explicar qué representaba El Shaddai. Esta idea de Dios era un compuesto derivado de las enseñanzas del libro de la sabiduría de Amenemope, modificadas por la doctrina ikhnatonica de Atón y ulteriormente influidas por las enseñanzas de Melquisedek contenidas en el concepto de El Elyón. Pero en la forma en que el concepto de El Shaddai permeó la mente hebrea, se tornó completamente coloreado con las creencias yahweítas del desierto.
96:1.6 (1053.4) Una de las ideas dominantes de la religión de esta era fue el concepto egipcio de la Providencia divina, la enseñanza de que la prosperidad material fuese un premio por servir a El Shaddai.
96:1.7 (1053.5) 4. El. Entre toda esta confusión de terminología y nubosidad de concepto, muchos creyentes devotos intentaron sinceramente adorar todas estas ideas evolutivas de la divinidad y creció la práctica de referirse a esta Deidad compuesta como El. Y este término incluía aún otros de los dioses de la naturaleza de los beduinos.
96:1.8 (1053.6) 5. Elohim. En Cis y en Ur, por mucho tiempo persistieron grupos sumerio-caldeos que enseñaron un concepto de Dios de tres en uno fundado en las tradiciones de los días de Adám y de Melquisedek. Esta doctrina fue llevada a Egipto, donde esta Trinidad fue adorada bajo el nombre de Elohim, o en singular, como Eloah. Los círculos filosóficos de Egipto y más adelante los maestros alejandrinos de extracción hebraica enseñaron esta unidad de dioses pluralísticos, y muchos de los consejeros de Moisés a tiempo del éxodo, creían en esta Trinidad. Pero el concepto del Elohim trinitario nunca se volvió una parte auténtica de la teología hebrea hasta después de que los hebreos recibieran la influencia política de los babilonios.
96:1.9 (1053.7) 6. Nombres varios. A los semitas no les gustaba pronunciar el nombre de su Deidad, y por consiguiente recurrieron a numerosos apelativos de vez en cuando, tales como: el Espíritu de Dios, el Señor, el Ángel del Señor, el Todopoderoso, el Santísimo, el Altísimo, Adonai, el Anciano de Días, el Señor Dios de Israel, el Creador del Cielo y de la Tierra, Kyriós, Yah, el Señor de las Huestes y el Padre en el Cielo.
96:1.10 (1053.8) Jehová es un término que en tiempo reciente ha sido empleado para designar el concepto completo de Yahweh que finalmente ha evolucionado en la larga experiencia hebrea. Pero el nombre Jehová no entró en uso hasta mil quinientos años después de la época de Jesús.
96:1.11 (1054.1) Hasta alrededor del año 2000 a. de J. C., el Monte Sinaí mostró actividades intermitentes volcánicas, con erupciones ocasionales que ocurrieron hasta el momento de la estadía de los israelitas en esta región. El fuego y el humo, juntamente con las explosiones y truenos asociados con las erupciones de esta montaña volcánica, impresionaban y asustaban a los beduinos de las regiones circunvecinas y les hacían temer grandemente a Yahweh. Este espíritu del Monte Horeb más adelante se volvió el Dios de los semitas hebreos, y ellos finalmente creyeron en él como el supremo por encima de todos los demás dioses.
96:1.12 (1054.2) Los cananeos habían reverenciado por mucho tiempo a Yahweh, y aunque muchos de los ceneos creían más o menos en El Elyón, el superdios de la religión de Salem, una mayoría de los cananeos siguieron adorando en forma no estructurada a las viejas deidades tribales. No querían abandonar sus deidades nacionales en favor de un Dios internacional, por no decir un Dios interplanetario. No tenían una tendencia mental hacia una deidad universal, y por consiguiente estas tribus continuaron adorando a sus deidades tribales, incluyendo a Yahweh y los becerros de plata y oro que simbolizaban el concepto de los pastores beduinos del espíritu del volcán Sinaí.
96:1.13 (1054.3) Los sirios, mientras adoraban a sus dioses, también creían en el Yahweh de los hebreos, porque sus profetas dijeron al rey sirio: «Sus dioses son dioses de los montes; por eso fueron más fuertes que nosotros; pero luchemos contra ellos en la llanura, y con seguridad seremos más fuertes que ellos».
96:1.14 (1054.4) A medida que el hombre avanza en la cultura, los dioses menores son subordinados a una deidad suprema. El gran Júpiter persiste solamente como una exclamación. Los monoteístas mantienen a sus dioses subordinados como espíritus, demonios, hados, nereides, duendes, enanos y el mal de ojo. Los hebreos pasaron por el henoteísmo y creyeron durante mucho tiempo en la existencia de dioses distintos de Yahweh, pero cada vez más consideraron que estas deidades extrañas eran subordinadas a Yahweh. Pudieron conceder la actualidad de Quemos, dios de los amoritas, pero mantuvieron que era subordinado a Yahweh.
96:1.15 (1054.5) La idea de Yahweh ha sufrido el desarrollo más profundo de todas las teorías mortales de Dios. Su evolución progresiva tan sólo puede ser comparada con la metamorfosis del concepto de Buda en Asia, que finalmente llevó al concepto del Absoluto Universal justo cuando el concepto de Yahweh finalmente condujo a la idea del Padre Universal. Pero como un asunto de hecho histórico, debe comprenderse que, aunque los judíos cambiaron así sus puntos de vista sobre la Deidad a partir del dios tribal del Monte Horeb al Padre Creador amante y misericordioso de los tiempos más recientes, no cambiaron su nombre; siguieron siempre llamando a este concepto evolutivo de la Deidad, Yahweh.
...
74:8.10 (838.2) La versión tradicional judía se cristalizó en torno a Moisés. Debido a que se esforzó éste por atribuir el origen de la descendencia de Abraham a Adán, los judíos dieron por sentado que Adán había sido el primero de la raza humana. Yahvé fue el creador y ha de haber hecho el mundo justamente antes de hacer a Adán, ya que se supone que Adán fue el primer hombre. Entonces la versión tradicional de los seis días de Adán se intercaló en la historia y, casi mil años después de la estadía de Moisés en la tierra, resultó que la versión tradicional de la creación en seis días se asentó por escrito y, posteriormente, a aquel se le atribuyó el mérito.
74:8.11 (838.3) Cuando los sacerdotes judíos retornaron a Jerusalén, ya habían terminado su relato escrito sobre el principio de las cosas. Pronto afirmaron que esta narración era una historia recién descubierta sobre la creación, escrita por Moisés. Pero los hebreos contemporáneos de alrededor de 500 a. de J.C., no consideraron que estas escrituras fueran revelaciones divinas; las consideraron de forma muy similar a como los pueblos posteriores consideran las narraciones mitológicas.
74:8.12 (838.4) Este documento espurio, las presuntas enseñanzas de Moisés, vino a conocimiento de Ptolemeo, el rey griego de Egipto, quien lo mandó traducir al griego por una comisión de setenta eruditos para su nueva biblioteca en Alejandría. Así se integró este relato a aquellas escrituras que, posteriormente, llegaron a formar parte de las colecciones ulteriores de las «escrituras sagradas» de las religiones hebrea y cristiana. Y estos conceptos durante mucho tiempo influyeron profundamente en la filosofía de muchos pueblos occidentales que se identificaron con estos sistemas teológicos.
856.6) 77:2.3 La era posterior a la rebelión en Urantia presenció muchos acontecimientos insólitos. Una gran civilización —la cultura de Dalamatia— se desmoronaba. «Los Nefilim (Noditas) estaban en la tierra en aquellos días, y cuando se llegaron estos hijos de los dioses a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos, estos fueron ‘los valientes de antaño', ‘los varones de renombre'». Aunque eran difícilmente «hijos de los dioses», el séquito y sus primeros descendientes fueron considerados como tales por los mortales evolutivos de aquellos días distantes; incluso su estatura vino a ser magnificada por las versiones tradicionales. Éste, pues, es el origen del cuento folclórico casi universal de los dioses que descendieron a la tierra y ahí, con las hijas del hombre, engendraron una antigua raza de héroes. Esta leyenda se confundió más aún con las mezclas raciales de los adanitas quienes aparecieron posteriormente en el segundo jardín.
96:1.1 (1052.4) Los semitas primitivos consideraban que todo tenía en sí a un espíritu residente. Había espíritus del mundo animal y el mundo vegetal; espíritus anuales, el señor de la progenie, espíritus del fuego, el agua y el aire; un verdadero panteón de espíritus que debían ser temidos y adorados. Y las enseñanzas de Melquisedek sobre un Creador Universal nunca destruyeron plenamente la creencia en estos espíritus subordinados o dioses de la naturaleza.
96:1.2 (1052.5) El progreso de los hebreos de politeísmo a través del henoteísmo al monoteísmo no fue un desarrollo conceptual continuo y sin interrupciones. Experimentaron muchos retrocesos en la evolución de sus conceptos de Deidad, mientras que en cualquiera de la épocas existieron ideas variables de Dios entre los distintos grupos de creyentes semitas. De vez en cuando numerosos términos fueron aplicados a sus conceptos de Dios, y para prevenir la confusión estos varios títulos de Deidad serán definidos en cuanto pertenecen a la evolución de la teología judía:
96:1.3 (1053.1) 1. Yahweh. fue el dios de las tribus del sur de Palestina, que asociaron este concepto de deidad con el Monte Horeb, el volcán del Sinaí. Yahweh era tan sólo uno de los cientos y los miles de dioses de la naturaleza que mantenían la atención y reclamaban la adoración de las tribus y pueblos semitas.
96:1.4 (1053.2) 2. El Elyón. Durante siglos después de la estadía de Melquisedek en Salem su doctrina de la Deidad persistió en varias versiones pero fue generalmente denominada por el término El Elyón, el Dios Altísimo del cielo. Muchos semitas, incluyendo los descendientes inmediatos de Abraham, en distintas épocas adoraron tanto a Yahweh como a El Elyón.
96:1.5 (1053.3) 3. El Shaddai. Es difícil explicar qué representaba El Shaddai. Esta idea de Dios era un compuesto derivado de las enseñanzas del libro de la sabiduría de Amenemope, modificadas por la doctrina ikhnatonica de Atón y ulteriormente influidas por las enseñanzas de Melquisedek contenidas en el concepto de El Elyón. Pero en la forma en que el concepto de El Shaddai permeó la mente hebrea, se tornó completamente coloreado con las creencias yahweítas del desierto.
96:1.6 (1053.4) Una de las ideas dominantes de la religión de esta era fue el concepto egipcio de la Providencia divina, la enseñanza de que la prosperidad material fuese un premio por servir a El Shaddai.
96:1.7 (1053.5) 4. El. Entre toda esta confusión de terminología y nubosidad de concepto, muchos creyentes devotos intentaron sinceramente adorar todas estas ideas evolutivas de la divinidad y creció la práctica de referirse a esta Deidad compuesta como El. Y este término incluía aún otros de los dioses de la naturaleza de los beduinos.
96:1.8 (1053.6) 5. Elohim. En Cis y en Ur, por mucho tiempo persistieron grupos sumerio-caldeos que enseñaron un concepto de Dios de tres en uno fundado en las tradiciones de los días de Adám y de Melquisedek. Esta doctrina fue llevada a Egipto, donde esta Trinidad fue adorada bajo el nombre de Elohim, o en singular, como Eloah. Los círculos filosóficos de Egipto y más adelante los maestros alejandrinos de extracción hebraica enseñaron esta unidad de dioses pluralísticos, y muchos de los consejeros de Moisés a tiempo del éxodo, creían en esta Trinidad. Pero el concepto del Elohim trinitario nunca se volvió una parte auténtica de la teología hebrea hasta después de que los hebreos recibieran la influencia política de los babilonios.
96:1.9 (1053.7) 6. Nombres varios. A los semitas no les gustaba pronunciar el nombre de su Deidad, y por consiguiente recurrieron a numerosos apelativos de vez en cuando, tales como: el Espíritu de Dios, el Señor, el Ángel del Señor, el Todopoderoso, el Santísimo, el Altísimo, Adonai, el Anciano de Días, el Señor Dios de Israel, el Creador del Cielo y de la Tierra, Kyriós, Yah, el Señor de las Huestes y el Padre en el Cielo.
96:1.10 (1053.8) Jehová es un término que en tiempo reciente ha sido empleado para designar el concepto completo de Yahweh que finalmente ha evolucionado en la larga experiencia hebrea. Pero el nombre Jehová no entró en uso hasta mil quinientos años después de la época de Jesús.
96:1.11 (1054.1) Hasta alrededor del año 2000 a. de J. C., el Monte Sinaí mostró actividades intermitentes volcánicas, con erupciones ocasionales que ocurrieron hasta el momento de la estadía de los israelitas en esta región. El fuego y el humo, juntamente con las explosiones y truenos asociados con las erupciones de esta montaña volcánica, impresionaban y asustaban a los beduinos de las regiones circunvecinas y les hacían temer grandemente a Yahweh. Este espíritu del Monte Horeb más adelante se volvió el Dios de los semitas hebreos, y ellos finalmente creyeron en él como el supremo por encima de todos los demás dioses.
96:1.12 (1054.2) Los cananeos habían reverenciado por mucho tiempo a Yahweh, y aunque muchos de los ceneos creían más o menos en El Elyón, el superdios de la religión de Salem, una mayoría de los cananeos siguieron adorando en forma no estructurada a las viejas deidades tribales. No querían abandonar sus deidades nacionales en favor de un Dios internacional, por no decir un Dios interplanetario. No tenían una tendencia mental hacia una deidad universal, y por consiguiente estas tribus continuaron adorando a sus deidades tribales, incluyendo a Yahweh y los becerros de plata y oro que simbolizaban el concepto de los pastores beduinos del espíritu del volcán Sinaí.
96:1.13 (1054.3) Los sirios, mientras adoraban a sus dioses, también creían en el Yahweh de los hebreos, porque sus profetas dijeron al rey sirio: «Sus dioses son dioses de los montes; por eso fueron más fuertes que nosotros; pero luchemos contra ellos en la llanura, y con seguridad seremos más fuertes que ellos».
96:1.14 (1054.4) A medida que el hombre avanza en la cultura, los dioses menores son subordinados a una deidad suprema. El gran Júpiter persiste solamente como una exclamación. Los monoteístas mantienen a sus dioses subordinados como espíritus, demonios, hados, nereides, duendes, enanos y el mal de ojo. Los hebreos pasaron por el henoteísmo y creyeron durante mucho tiempo en la existencia de dioses distintos de Yahweh, pero cada vez más consideraron que estas deidades extrañas eran subordinadas a Yahweh. Pudieron conceder la actualidad de Quemos, dios de los amoritas, pero mantuvieron que era subordinado a Yahweh.
96:1.15 (1054.5) La idea de Yahweh ha sufrido el desarrollo más profundo de todas las teorías mortales de Dios. Su evolución progresiva tan sólo puede ser comparada con la metamorfosis del concepto de Buda en Asia, que finalmente llevó al concepto del Absoluto Universal justo cuando el concepto de Yahweh finalmente condujo a la idea del Padre Universal. Pero como un asunto de hecho histórico, debe comprenderse que, aunque los judíos cambiaron así sus puntos de vista sobre la Deidad a partir del dios tribal del Monte Horeb al Padre Creador amante y misericordioso de los tiempos más recientes, no cambiaron su nombre; siguieron siempre llamando a este concepto evolutivo de la Deidad, Yahweh.
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96:2.4 (1055.2) Las enseñanzas de Melquisedek sobre El Elyón, el Altísimo, y el pacto del favor divino a través de la fe, se había olvidado en gran parte hasta la época de la esclavitud en Egipto de los pueblos semitas que poco tiempo más tarde formarían la nación hebrea. Pero durante este período de cautiverio estos nómadas de Arabia mantuvieron una creencia tradicional residual en Yahvé como su deidad racial.
96:2.5 (1055.3) Yahweh era adorado por más de cien tribus arábigas distintas, y excepto por el vestigio del concepto de El Elyón de Melquisedek que persistía entre las clases más instruidas de Egipto, incluyendo a las cepas mezcladas hebreas y egipcias, la religión de la masa de los esclavos hebreos cautivos era una versión modificada del antiguo rito yahveíta de magia y sacrificio.
96:0.1 (1052.1) AL CONCEBIR la Deidad, el hombre al principio incluye a todos los dioses, luego subordina todos los dioses extraños a su deidad tribal, y finalmente excluye a todos excepto el Dios único de valor final y supremo. Los judíos sintetizaron a todos los dioses en su más sublime concepto del Señor Dios de Israel.
96:2.5 (1055.3) Yahweh era adorado por más de cien tribus arábigas distintas, y excepto por el vestigio del concepto de El Elyón de Melquisedek que persistía entre las clases más instruidas de Egipto, incluyendo a las cepas mezcladas hebreas y egipcias, la religión de la masa de los esclavos hebreos cautivos era una versión modificada del antiguo rito yahveíta de magia y sacrificio.
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(1598.7) 142:3.6 4. Elohim. Las enseñanzas de la Trinidad del Paraíso han persistido desde los tiempos de Adán. ¿Recordáis cómo las escrituras comienzan declarando que «en el principio los Dioses crearon los cielos y la tierra»? Esto indica que cuando se registró esto, el concepto de la Trinidad, de los tres Dioses en uno, había encontrado lugar en la religión de nuestros antepasados.
104:1.8 (1144.5) Los hebreos conocían sobre la Trinidad de las tradiciones ceneas de los días de Melquisedek, pero su ardor monoteísta por el Dios único, Yahweh, había eclipsado estas enseñanzas de tal manera que al tiempo de la aparición de Jesús la doctrina Elohim se había prácticamente desarraigado de la teología judía. La mente hebrea no podía reconciliar el concepto trinitario con la creencia monoteísta en el Señor Único, el Dios de Israel.
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74:8.9 (838.1) Tras su llegada a Palestina, los hebreos no contaron durante mucho tiempo con ningún lenguaje escrito que hiciera eco entre el grueso de su población. Aprendieron a valerse del alfabeto de los filisteos vecinos, quienes eran refugiados políticos de la civilización superior de Creta. Los hebreos escribieron muy poco hasta alrededor del año 900 a. de J.C.; y como no disponían de un lenguaje escrito hasta esta fecha tan tardía, circularon varias versiones distintas de la creación; pero, después del cautiverio en Babilonia, se inclinaron más a aceptar una versión mesopotámica modificada.
74:8.10 (838.2) La versión tradicional judía se cristalizó en torno a Moisés. Debido a que se esforzó éste por atribuir el origen de la descendencia de Abraham a Adán, los judíos dieron por sentado que Adán había sido el primero de la raza humana. Yahvé fue el creador y ha de haber hecho el mundo justamente antes de hacer a Adán, ya que se supone que Adán fue el primer hombre. Entonces la versión tradicional de los seis días de Adán se intercaló en la historia y, casi mil años después de la estadía de Moisés en la tierra, resultó que la versión tradicional de la creación en seis días se asentó por escrito y, posteriormente, a aquel se le atribuyó el mérito.
74:8.11 (838.3) Cuando los sacerdotes judíos retornaron a Jerusalén, ya habían terminado su relato escrito sobre el principio de las cosas. Pronto afirmaron que esta narración era una historia recién descubierta sobre la creación, escrita por Moisés. Pero los hebreos contemporáneos de alrededor de 500 a. de J.C., no consideraron que estas escrituras fueran revelaciones divinas; las consideraron de forma muy similar a como los pueblos posteriores consideran las narraciones mitológicas.
74:8.12 (838.4) Este documento espurio, las presuntas enseñanzas de Moisés, vino a conocimiento de Ptolemeo, el rey griego de Egipto, quien lo mandó traducir al griego por una comisión de setenta eruditos para su nueva biblioteca en Alejandría. Así se integró este relato a aquellas escrituras que, posteriormente, llegaron a formar parte de las colecciones ulteriores de las «escrituras sagradas» de las religiones hebrea y cristiana. Y estos conceptos durante mucho tiempo influyeron profundamente en la filosofía de muchos pueblos occidentales que se identificaron con estos sistemas teológicos.
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856.6) 77:2.3 La era posterior a la rebelión en Urantia presenció muchos acontecimientos insólitos. Una gran civilización —la cultura de Dalamatia— se desmoronaba. «Los Nefilim (Noditas) estaban en la tierra en aquellos días, y cuando se llegaron estos hijos de los dioses a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos, estos fueron ‘los valientes de antaño', ‘los varones de renombre'». Aunque eran difícilmente «hijos de los dioses», el séquito y sus primeros descendientes fueron considerados como tales por los mortales evolutivos de aquellos días distantes; incluso su estatura vino a ser magnificada por las versiones tradicionales. Éste, pues, es el origen del cuento folclórico casi universal de los dioses que descendieron a la tierra y ahí, con las hijas del hombre, engendraron una antigua raza de héroes. Esta leyenda se confundió más aún con las mezclas raciales de los adanitas quienes aparecieron posteriormente en el segundo jardín.
Aqui la información que corrobora estas afirmaciones:
http://www.enkiptahsatya.com/12-el-monoteismo-biblico---la-maxima-mentira-sacada-a-la-luz-de-la-verdad.html
4QDeut fue descubierto en 1952 en una cueva de Qumran y publicados en 1995
Estudio para constrastar:
Artículos Extras:
http://pijamasurf.com/2011/03/asherah-la-esposa-de-dios-fue-editada-fuera-de-la-biblia-segun-acedemico/https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-09-03/arca-alianza-judaismo_1437002/?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=BotoneraWeb
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