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lunes, 15 de mayo de 2017

De Lemures a Humanos

Reporte


El Libro de Urantia dice:


A principios de este período [La edad de los primeros mamíferos; Hace 50 millones de años] apareció súbitamente en Norteamérica el tipo de mamífero placentario, lo cual constituyó la evolución más importante hasta este momento. Habían existido órdenes anteriores de mamíferos no placentarios, pero este tipo nuevo surgió de golpe, directa y súbitamente del predecesor reptil ancestral cuyos descendientes venían persistiendo a través de los tiempos hasta la decadencia de los dinosaurios. El padre de los mamíferos placentarios fue un dinosaurio del tipo pequeño, sumamente activo, carnívoro y saltador.

Hace 45.000.000 de años las crestas continentales se elevaron en conjunto con un hundimiento muy general de las costas. La vida mamífera evolucionaba con rapidez. Floreció un tipo de reptil mamífero pequeño que ponía huevos, y los antepasados del futuro canguro vagaban por Australia. Pronto hubo pequeños caballos, rinocerontes veloces, tapires con probóscide, puercos primitivos, ardillas, lémures, zarigüeyas y varias tribus de animales similares a los monos. Todos eran pequeños, primitivos y mejor adaptados para vivir entre los bosques de las regiones montañosas. Un ave terrestre grande, parecida al avestruz, se desarrolló hasta una altura de diez pies y ponía huevos de nueve a trece pulgadas. Estas fueron los antepasados de las futuras gigantescas aves de pasaje que eran de una inteligencia superior y que, durante un tiempo, transportaron seres humanos por el aire.

Por estos tiempos, ocurrió algo notable en el oeste de Norteamérica: Los antepasados primitivos de los lémures antiguos aparecieron por primera vez. Mientras que no se puede considerar esta familia como la de los verdaderos lémures, su advenimiento marcó el establecimiento de la línea por la cual descendieron posteriormente los verdaderos lémures.
...


De este modo el hombre evolucionó de los mamíferos superiores que derivaron primordialmente de la implantación occidental de la vida en los antiguos mares abrigados que corrían del este al oeste. Los grupos oriental y central de organismos vivientes, desde los principios, hacían progresos favorables hacia la consecución de niveles prehumanos de existencia animal. Pero, al pasar de las edades, el emplazamiento de la vida del foco oriental no logró alcanzar un nivel satisfactorio de condición de inteligencia pre-humana, habiendo sufrido, en repetidas ocasiones y de manera irreparable, tales pérdidas de sus tipos superiores del plasma de germen, que se despojó para siempre de su capacidad de rehabilitar las potencialidades humanas.

Ya que la calidad de la capacidad mental para el desarrollo de este grupo oriental, sin lugar a dudas, era tan inferior a la de los otros dos grupos, los Portadores de Vida, con la anuencia de sus superiores, manipularon el medio ambiente de tal forma que circunscribieron más aún a estas variedades prehumanas de vida inferiores que venían evolucionando. A simple vista, la eliminación de estos grupos inferiores de criaturas fue una casualidad; no obstante, en realidad, fue enteramente adrede.

Más adelante en el desarrollo evolutivo de la inteligencia, los lémures antepasados de la especie humana iban mucho más avanzados en Norteamérica que en otras regiones; y, por tanto, se indujeron a emigrar del ámbito de la implantación occidental de la vida por el puente terrestre de Bering, a lo largo de la costa, al sudoeste de Asia, donde continuaron evolucionando y beneficiándose por el aditamento de ciertas variedades del grupo central de la vida. Así el hombre evolucionó a partir de ciertas variedades occidentales y centrales de la vida, teniendo lugar esto, sin embargo, desde las regiones centrales hasta los en Cercano Oriente.

De este modo la vida que se plantó en Urantia evolucionó hasta el período glacial, cuando el hombre mismo apareció por primera vez y comenzó en el planeta su carrera pletórica. Esta aparición del hombre primitivo en la tierra durante el período glacial no fue pura casualidad; fue intencional. Los rigores y la severidad climática de la era glacial se adaptaron en todos los aspectos para fomentar la producción de un tipo vigoroso de ser humano dotado de una capacidad tremenda para la supervivencia.


 Las Razas Protohumanas del Hombre Primitivo

HACE alrededor de un millón de años los antepasados inmediatos del género humano aparecieron por primera vez mediante tres mutaciones sucesivas y repentinas, siendo el resultado de la raza primitiva del tipo de lémur de los mamíferos placentarios. Los factores dominantes de estos primeros lémures se derivaron del grupo occidental, o anteriormente americano, de plasma vital que venía evolucionando. Pero antes de establecerse la línea directa de la descendencia humana, las aportaciones de la implantación central de vida, que había evolucionado en África, reforzaron esta raza. El grupo oriental de vida casi no contribuyó nada a la producción de hecho de la especie humana.

1 Los Primeros Tipos de Lémures
Los lémures primitivos relacionados con la descendencia de la especie humana no estaban directamente emparentados con las tribus preexistentes de gibones y monos que vivían entonces en Eurasia y África del norte, y cuya progenie ha sobrevivido hasta el presente. Tampoco fueron la prole del tipo moderno de lémur, aunque que ambos descendieron del mismo antepasado que ya llevaba mucho tiempo en extinción.

Aunque estos primeros lémures evolucionaron en el hemisferio occidental, el establecimiento de la descendencia mamífera directa del género humano tuvo lugar en el sudoeste de Asia, en la zona original de la implantación central de vida, pero en las fronteras de las regiones orientales. Hacía varios millones de años que el tipo norteamericano de lémur había emigrado hacia el oeste por el puente terrestre de Bering y había ido avanzando poco a poco hacia el sudoeste a lo largo de la costa asiática. Estas tribus migratorias finalmente alcanzaron la salubre región situada entre el Mediterráneo, que se hallaba expandido en aquel momento, y las regiones montañosas de la península de la India, que se iban elevando en ese entonces. En estas tierras, al oeste de la India, se unieron con otras razas favorables, estableciendo así la descendencia de la raza humana.

Con el paso del tiempo el litoral de la India, al sudoeste de las montañas, se sumergió de manera gradual, aislando por completo la fauna de esta región. No hubo ninguna vía por donde acercarse a esta península mesopotámica o pérsica, ni por donde escaparse de ella, salvo por la ruta del norte, que se cortó en repetidas ocasiones debido a las invasiones hacia el sur de los glaciares. Así, pues, en esta zona, entonces casi un paraíso, a partir de los descendientes superiores de este tipo de lémur mamífero que nacieron dos grandes grupos, las tribus símicas de los tiempos modernos y la especie humana actual.


2 Los Mamíferos Protohumanos
Hace un poco más de un millón de años aparecieron repentinamente los mamíferos protohumanos mesopotámicos, los descendientes directos del tipo de lémur norteamericano de los mamíferos placentarios. Eran criaturitas activas, que medían cerca de tres pies de altura; y aunque no solían andar sobre las patas traseras, podían ponerse erguidos con facilidad. Eran peludos y ágiles y balbuceaban al estilo monesco; pero, a diferencia de las tribus símicas, eran carnívoros. Tenían un primitivo pulgar oponible, así como también dedos gordos del pie sumamente útiles para asir. Desde este momento en adelante, la especie pre-humana desarrolló cada vez más los pulgares oponibles, perdiendo de manera progresiva la facultad de asir con los dedos gordos del pie. Las tribus posteriores de monos retuvieron la facultad de asir con los dedos gordos, pero nunca llegaron a desarrollar el tipo humano de pulgar.

Estos mamíferos protohumanos llegaban a su pleno desarrollo a los tres o cuatro años de edad, y tenían una vida media potencial de veinte años. Por lo general tenían una sola cría por vez, aunque, ocasionalmente, se daban gemelos.

Los miembros de esta nueva especie disponían de cerebros más grandes para su tamaño, de todos los animales que, hasta entonces, habían existido en la tierra. Experimentaban gran parte de las emociones y compartían numerosos instintos que posteriormente caracterizarían al hombre primitivo, siendo sumamente curiosos y exhibiendo gran dicha al lograr éxito en una empresa. El hambre de alimento y el deseo sexual quedaron bien desarrollados, y se manifestaba una selección sexual definida en una forma tosca de cortejo y en la elección de la pareja. Eran capaces de pelear ferozmente para defender a su clan y eran tiernos en sus relaciones familiares, con un sentido de abnegación rayando en la vergüenza y el remordimiento. Eran muy cariñosos y enternecedoramente leales a su pareja, pero si las circunstancias los separaban, elegían una nueva pareja.

Estos pequeños animales agresivos se multiplicaron y propagaron por la península de Mesopotamia durante más de mil años, constantemente mejorándose el tipo físico y la inteligencia general. Y solamente setenta generaciones después de haberse originado esta nueva tribu a partir del tipo superior de lémur predecesor, ocurrió el próximo acontecimiento que hizo época —la diferenciación repentina de los antepasados correspondientes al paso vital siguiente en la evolución de los seres humanos en Urantia.


3 Los Mamíferos Intermedios


Ya tempranamente en la andadura de los mamíferos protohumanos, moraba una pareja superior de estas ágiles criaturas, encaramada en la copa de un árbol, y ahí nacieron gemelos, un macho y una hembra. En comparación con sus antepasados, eran criaturitas verdaderamente hermosas. Tenían pocos pelos en el cuerpo, pero esto no constituyó una desventaja, pues vivían en un clima cálido y estable.

Estas crías alcanzaron a medir un poco más de cuatro pies. En todos los aspectos, eran más grandes que sus progenitores, contando con piernas más largas y brazos más cortos. Tenían dedos pulgares oponibles de funcionamiento casi perfecto, casi tan eficiente como el pulgar de los humanos actuales para adaptarse a diversas tareas. Caminaban erguidos, disponiendo de pies casi tan bien adaptados para andar como los de las razas humanas posteriores.

Sus cerebros eran inferiores a los de los seres humanos y más pequeños, pero muy superiores a los de sus antepasados y, comparativamente, mucho más grandes. Los gemelos exhibieron desde temprana edad, una inteligencia superior y al poco tiempo, fueron reconocidos como jefes de la entera tribu de los mamíferos protohumanos, instituyendo en rigor una forma primitiva de organización social y una de división racional del trabajo. Estos hermanos se aparearon y, al poco tiempo, gozaron de la compañía de veintiún hijos, muy similares a sí mismos, todos de más de cuatro pies de altura y, en todos los aspectos, superiores a la especie atávica. Este grupo formó el núcleo de los mamíferos intermedios.

Cuando creció en números este grupo nuevo y superior, estalló una guerra sin tregua; y al terminar la atroz lucha, no quedó vivo ni un solo individuo de la raza atávica y preexistente de los mamíferos protohumanos. La descendencia menos numerosa pero más poderosa e inteligente de la especie había sobrevivido a costa de sus antepasados.

Ahora bien, durante casi quince mil años (seiscientas generaciones), estas criaturas se convirtieron en el terror de esta parte del mundo. Todos los animales grandes y feroces de épocas pasadas habían perecido. Las bestias grandes oriundas de estas regiones no eran carnívoras, y las especies más grandes de la familia felina, leones y tigres, aún no habían invadido este rincón particularmente protegido de la superficie de la tierra. Así pues, estos mamíferos intermedios se envalentonaron y subyugaron todo su rincón de la creación.

Comparados con la especie atávica, los mamíferos intermedios representaron una mejora en todo sentido. Hasta el potencial de su vida media aumentó a veinticinco años. Varios rasgos humanos rudimentarios aparecieron en esta especie nueva. Además de las propensiones innatas que habían exhibido sus antepasados, estos mamíferos intermedios eran capaces de manifestar asco en ciertas situaciones repugnantes. Además, contaban con un instinto de acaparamiento bien definido; escondían comida para el consumo subsiguiente y eran muy propensos a juntar guijarros lisos y redondos y ciertos tipos de piedra redonda que sirvieran para municiones defensivas y ofensivas.

Estos mamíferos intermedios fueron los primeros en exhibir una clara propensión a la construcción, tal como se evidencia en su rivalidad al construir viviendas tanto en las copas de los árboles como en retiros subterráneos de múltiples túneles; fueron la primera especie de mamíferos en proveer seguridad en refugios arbóreos y subterráneos. De gran parte, abandonaron los árboles como lugar de morada, viviendo sobre la tierra durante el día y subiendo a las copas de los árboles para dormir por la noche.

Al correr del tiempo, el aumento natural en número terminó por originar gran competencia por el sustento y gran rivalidad sexual, todo lo cual culminó en una serie de batallas recíprocamente destructivas que casi aniquilaron toda la especie. Estas luchas continuaron hasta que tan sólo quedó vivo un grupo de menos de cien individuos. Pero luego volvió a prevalecer la paz, y esta solitaria tribu sobreviviente volvió a construir su sitio para dormir en las copas de los árboles y reanudó su existencia normal y semipacífica.

No os podéis imaginar lo cerca que llegaron vuestros antepasados prehumanos a la extinción de cuando en cuando. De haber alcanzado dos pulgadas menos al saltar, en cierta ocasión, la rana atávica de todo el género humano, el entero curso de la evolución habría cambiado marcadamente. La progenitora inmediata de la especie de mamíferos protohumanos, que era similar al lémur, se escapó de la muerte por un tris más de cinco veces antes de parir al progenitor del orden nuevo y superior de los mamíferos. Pero el peligro mayor, que evadió por un tris, fue al caer un rayo sobre el árbol donde dormía la futura progenitora de los primates gemelos. Ambos padres de este grupo de mamíferos intermedios padecieron severos traumatismos y graves quemaduras; tres de sus siete crías murieron fulminados por este relámpago de los cielos. A estos animales, que iban evolucionando, les faltaba poco para ser supersticiosos. Esta pareja, sobre cuyo refugio en la copa del árbol había caído el rayo, eran en realidad los caudillos del grupo más adelantado de la especie de los mamíferos intermedios; y siguiéndole el ejemplo, más de la mitad de la tribu, adhiriéndose a las familias más inteligentes, se mudó a unas dos millas de esta localidad empezando a construir estas nuevas moradas en las copas de los árboles y nuevos refugios subterráneos —sus retiros transitorios en momentos de peligro repentino.

Poco tiempo después de terminar de construir su casa, esta pareja, veteranos de tantas luchas, llegaron a ser los orgullosos padres de gemelos, los animales más interesantes e importantes que jamás hubieran nacido en el mundo hasta entonces, pues eran los primeros de la especie nueva de los primates, el próximo paso vital en la evolución pre-humana.

Contemporáneamente con el nacimiento de estos primates gemelos, otra pareja — un macho y una hembra particularmente retrasados de la tribu de los mamíferos intermedios, una pareja que era mental y físicamente inferior —también parieron gemelos. Estos gemelos, un macho y una hembra, eran indiferentes a la conquista; sólo se ocupaban de la consecución de sustento y, puesto que no comían carne, al poco tiempo perdieron todo interés en la caza. Estos gemelos retrasados fueron los fundadores de las tribus símicas modernas. Sus descendientes buscaron las regiones meridionales más calurosas con sus climas benignos y abundancia de frutas tropicales, en donde han continuado hasta la fecha en forma muy parecida a aquellos días, excepto aquellas ramas que se aparearon con los tipos anteriores de gibones y monos, deteriorándose considerablemente como consecuencia.

De este modo se ve fácilmente que el hombre y el mono están emparentados sólo porque los dos descendieron de los mamíferos intermedios, una tribu en la cual ocurrieron los nacimientos contemporáneos y la subsiguiente segregación de dos parejas de gemelos: la pareja inferior destinada a producir los tipos modernos de mono, babuino, chimpancé y gorila; la pareja superior destinada a continuar la línea de ascenso que llegó a ser, por evolución, el hombre mismo.

El hombre moderno y los simios, en efecto, descendieron de la misma tribu y especie, pero no de los mismos progenitores. Los antepasados del hombre descendieron de los especímenes superiores de lo más selectivo que quedó de esta tribu de los mamíferos intermedios, mientras que los simios modernos (con excepción de ciertos tipos preexistentes de lémures, gibones y otras criaturas monescas) son los descendientes de la pareja ínfima de este grupo de mamíferos intermedios, una pareja que sólo sobrevivió por haberse escondido en un retiro subterráneo, depósito de alimentos, por más de dos semanas durante la última batalla enconada de su tribu, sin salir hasta después de haber cesado completamente las hostilidades.

4 Los Primates
Volviendo al nacimiento de los gemelos superiores, un macho y una hembra, a los dos destacados miembros de la tribu de los mamíferos intermedios: estas crías fueron de una índole insólita; tenían aún menos pelos en el cuerpo que sus padres y, de muy pequeños, ya insistían en caminar erguidos. Sus antepasados siempre aprendían a caminar sobre las patas traseras, pero estos primates gemelos se irguieron desde el principio. Alcanzaron a medir más de cinco pies de altura, y sus cabezas crecieron más en comparación con las de los demás de la tribu. Aunque aprendieron, a temprana edad, a comunicarse el uno con el otro por medio de señas y sonidos, nunca pudieron hacer que su pueblo entendiera estos símbolos nuevos.

Como a los catorce años de edad, huyeron de la tribu, hacia el oeste para criar su familia y establecer la nueva especie de los primates. Y estas criaturas nuevas se denominan muy propiamente primates, ya que fueron los antepasados animales directos e inmediatos de la familia humana misma.

Así los primates llegaron a ocupar una región en la costa occidental de la península mesopotámica que, en aquellos tiempos, se proyectaba en el mar meridional; en tanto que las tribus menos inteligentes y estrechamente emparentadas habitaban en la punta de la península y a lo largo de su costa oriental.

Los primates eran más humanos y menos animales que sus predecesores del grupo mamífero intermedio. Las dimensiones del esqueleto de esta especie nueva eran muy similares a las de las razas humanas primitivas. El tipo humano de mano y pie había llegado a su pleno desarrollo, y estas criaturas sabían caminar y hasta correr tan bien como cualquiera de sus descendientes humanos posteriores. Abandonaron, por lo general, el medio arbóreo, si bien continuaron recurriendo a las copas de los árboles como medida de seguridad por la noche, pues, lo mismo que sus antepasados precedentes, eran muy sensibles al temor. El mayor uso de las manos contribuyó mucho al desarrollo de su capacidad cerebral inherente, pero aún no contaban con mentes que se pudieran llamar en verdad humanas.

Aunque los primates diferían poco de sus predecesores en cuanto a su naturaleza emocional, exhibían una tendencia más humana en todas sus propensiones. Fueron, efectivamente, animales espléndidos y superiores, que alcanzaban la madurez a los diez años de edad y cuya vida natural máxima era de unos cuarenta años. Es decir, podrían haber vivido cuarenta años si hubieran expirado por muerte natural, pero en aquellos días primitivos muy pocos animales morían de muerte natural; la lucha por subsistir era demasiado intensa.

Ahora pues, tras casi novecientas generaciones de desarrollo, abarcando alrededor de veintiún mil años desde el origen de los mamíferos protohumanos, los primates, súbitamente, dieron a luz a dos asombrosas criaturas, los primeros verdaderos seres humanos.


De este modo, los mamíferos protohumanos, descendientes del tipo norteamericano de lémur, dieron origen a los mamíferos intermedios, y estos mamíferos intermedios, a su vez, produjeron a los primates superiores, que fueron los antepasados directos de la raza humana primitiva. Las tribus de los primates fueron el último eslabón vital en la evolución del hombre, pero en menos de cinco mil años no quedaría un solo individuo de estas tribus extraordinarias.
El Libro de Urantia también resume el anterior recuento ampliado de este período de la historia evolutiva de la siguiente manera:


El gran acontecimiento de este período glacial fue la evolución del hombre primitivo. Un poco hacia el oeste de la India, sobre tierra que presentemente está sumergida, y entremezclados con la cría de animales emigrados al Asia, descendientes de los tipos norteamericanos de lémures, aparecieron repentinamente los protomamíferos. Estos pequeños animales caminaban más que nada sobre las patas traseras, y disponían de un cerebro grande en proporción a su tamaño y en comparación con el cerebro de otros animales. En la septuagésima generación de este orden de vida surgió repentinamente un grupo nuevo de animales superiores. Estos mamíferos intermedios nuevos, que casi doblaban el tamaño de sus predecesores y contaban con una capacidad cerebral proporcionalmente aumentada, acababan de establecerse bien cuando aparecieron repentinamente los primates, la tercera mutación vital. (Al mismo tiempo, una evolución retrógrada dentro de la raza de los mamíferos intermedios dio origen a la descendencia símica; y desde aquel día hasta la fecha, la rama humana ha avanzado por evolución progresiva, en tanto que las tribus símicas se han estancado o, de hecho, han retrocedido.)

Hace 1.000.000 de años Urantia fue registrada en calidad de mundo habitado. Una mutación dentro de la raza de los primates, la cual iba progresando, produjo repentinamente dos seres humanos primitivos, los auténticos antepasados de la humanidad.

[Una fecha exacta para el nacimiento de los dos primeros seres humanos (Homo erectus) se proporciona en El Libro de Urantia.] Desde 1934 d. de J.C., retrocediendo al nacimiento de los primeros seres humanos, han pasado 993.419 años.



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Fuera de américa del norte

Científicos descubren fósiles de Primate de 1 onza en Mississippi

Por Alexis Madrigal 03 de marzo 2008
Los investigadores descubrieron los restos fósiles de 55.8 millones de años de un mono diminuto, el primate más viejo encontrado siempre en Europa o Norteamérica, cerca de la costa de Mississippi.
El descubrimiento arroja luz tanto sobre los orígenes de los monos en América del Norte como sobre las condiciones del continente durante el calentamiento global masivo de hace 55 millones de años. Sugiere que los primates cruzaron un puente terrestre que una vez conectó Asia y Alaska, donde las condiciones eran tropicales.

"Estos primates sólo habitan bosques tropicales y subtropicales, climas húmedos, húmedos y cálidos", dijo Chris Beard, investigador principal del descubrimiento y paleontólogo del Museo de Historia Natural Carnegie Mellon. "Eso te dice mucho sobre la tierra de Bering, indirectamente. Piensa en Costa Rica en Alaska".
La migración de primates ocurrió durante lo que se conoce como Máximo Térmico Paleoceno-Eoceno, un calentamiento de la Tierra que es descrito como "una de las únicas veces en la historia donde la velocidad y la magnitud (del calentamiento global) es similar a lo que está sucediendo hoy. "
Las estructuras continentales de la Tierra, sin embargo, se veían muy diferentes de cómo lo hacen hoy. Por un breve tiempo, hace 55,8 millones de años, América del Norte estaba conectada a Europa y Asia por estrechas franjas de tierra.

Eso llevó a los científicos a teorizar que los primates emigraron a América del Norte desde Europa a través de la tierra que conecta a Escocia con Groenlandia. Barba dijo que su descubrimiento descarta este flujo migratorio porque los primates ya habían colonizado América del Norte cuando se abrió el puente terrestre Europa-Norteamérica.
Barba publicó sus hallazgos sobre el recién nombrado primate, Teilhardina magnoliana, hoy en los Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
Si echó un vistazo al primate de una onza e inmediatamente quiso uno como mascota, el animal más cercano que podría encontrar en el mundo de hoy son los lémures de ratón de Madagascar. (Pero están muy seriamente amenazados, así que no puedes tener uno.)






Artículo del New York Times
Fósiles en el jardín primigenio del Edén en Asia

Publicada: Martes, 19 de abril de 1994
CIENTÍFICOS que exploran una cantera china han encontrado fósiles de un mono del tamaño de un ratón que está entre los primeros primates conocidos.

La cantera fue comparada a un "Jardín del Edén para primates" por un experto no implicado en el descubrimiento debido a que sus fósiles muestran una variedad de primates tempranos de hace unos 45 millones de años, lo que sugiere que Asia era una cuna para el desarrollo temprano de primates.

La Dra. Mary Dawson, autora de un informe sobre los hallazgos, dijo: "La gente tiende a pensar en África como el centro de origen de este grupo". Pero los hallazgos, añadió, "abren la fuerte posibilidad de que Asia sea realmente una cuna para el desarrollo de los primeros primates".

Primates incluyen monos, simios y seres humanos así como otros animales como lemurs y tarsiers. En total, se encontraron cinco nuevos tipos de primates tempranos en el sitio.

Algunos de los fósiles eran los de lo que se cree que fue un mono pequeño y temprano. Incluyeron tres fragmentos de mandíbula con dientes, algunos fragmentos de mandíbula sin dientes, cerca de una docena de dientes aislados y partes del codo y los huesos del tobillo, dijo el Dr. Dawson.

Los fósiles son de un período mucho antes de que los seres humanos evolucionaron. Se cree que Australopithecus afarensis, el antepasado humano de África más conocido por el esqueleto parcial conocido como "Lucy", vivió hace cuatro millones de años.

Los descubrimientos se informan en el número actual de la revista Nature del Dr. Dawson y el Dr. Chris Beard, ambos del Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh, y colegas de Beijing. Fósiles más antiguos de la familia?

Los fósiles fueron desenterrados entre 1987 y 1993 de grietas naturales en una cantera de piedra caliza cerca de Shanghuang en la provincia de Jiangsu del este de China. El Dr. Dawson dijo que los pequeños primates pueden haber vivido en las fisuras, o los depredadores pueden haber caído allí sus huesos.

La cantera se extrae de dos lados de una colina que se levanta sobre los arrozales. Los fósiles fueron hallados en tres torres casi verticales de unos seis pies de ancho que estaban llenas de tierra y roca, dijo el Dr. Dawson.

Tres dientes de mono encontrados anteriormente en África han sido considerados como los fósiles conocidos más antiguos de la familia mono-mono-humano. El Dr. Dawson dijo que los fósiles chinos pueden ser más viejos, aunque ella se inclinó hacia la vista que no eran.

Pero el Dr. Richard Kay, un experto en primates fósiles de la Universidad de Duke, dijo que las edades de los fósiles chinos y africanos son tan inciertas que la criatura china puede ser mayor. Dijo que los fósiles chinos eran probablemente de un mono, pero que otros científicos podrían estar en desacuerdo. El Dr. Kay, que había discutido los hallazgos con el Dr. Beard, dijo que si lo son, entonces "él tiene prácticamente el Jardín del Edén para los primates" en el sitio chino.

Los hallazgos también incluyeron una docena de dientes que revelan el primer tarsier más conocido, una criatura de ojos grandes, que vive en los árboles, que ahora vive en bosques tropicales asiáticos. El descubrimiento empuja hacia atrás el registro fósil de tarsers por cerca de 30 millones de años. El Dr. Dawson dijo que los dientes son casi idénticos a los dientes tarsianos modernos, lo que sugiere que su dieta ha cambiado poco.

Los investigadores también encontraron los restos de una criatura de tamaño ardilla de una familia de primates que vivían aproximadamente al mismo tiempo en el oeste americano, y los restos de otro pequeño primate relacionados con los que se sabe que han estado en Europa al mismo tiempo. Los hallazgos muestran que más migraciones ocurrieron de lo que se había pensado, dijo el Dr. Dawson.


¿Los fósiles de Pakistán cambian el camino de la evolución del Lemur?

Bijal P. Trivedi
Para National Geographic Today
22 de octubre de 2001
Los científicos han descubierto lo que creen que es el fósil de lémur más antiguo conocido en las colinas Bugti del centro de Pakistán. El hallazgo es polémico porque la nueva evidencia sugiere que los lémures se originaron en Asia, no en África como se cree comúnmente.
Los restos fósiles consisten en una colección de pequeños dientes que se asemejan a los dientes del moderno lemur enano de Madagascar, Cheirogaleus. Los fósiles de 30 millones de años son anteriores a todos los fósiles de lemur encontrados en África. El científico principal Laurent Mariveux, de la Universidad Montpellier, en Francia, dijo que el hallazgo fue "totalmente inesperado".
El equipo llamó al nuevo lemur Bugtilemur mathisoni. Los resultados se publican en la edición del 19 de octubre de la revista Science.
Hoy en día los lémures viven principalmente en Madagascar y algunas islas cercanas, se cree que pueden haber emigrado a las islas en vegetación flotante. La pregunta ahora es dónde comenzó la migración?
La evidencia geológica muestra que Madagascar se separó de la India hace unos 88 millones de años, mucho antes del origen de los lémures hace unos 62 millones de años, haciendo de Asia un punto de origen poco probable.
Mariveux admite que la solución a este enigma está todavía en el futuro. Pero él dice, "ha llegado el momento de que el escenario asiático reciba una atención más seria".
Pero algunos científicos tienen disputas más fundamentales con el trabajo de Mariveux. Se preguntan si estos dientes pertenecen realmente a un lémur.
La característica de marca de un lémur-un diente "peine", que sobresale en la mandíbula inferior-no estaba entre los fósiles descubiertos por el equipo.
"No hay suficiente evidencia para determinar si esto es o no es un lémur", dice William Hylander, director del Centro de Primates de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte.
Una explicación más probable, dice el paleontólogo Richard Kay, también de la Universidad de Duke, es que los dientes fósiles pertenecen a una familia de primates eurasiáticos -sivaladapis- que ahora están extinguidos. La familia de sivaladapis de primates que vivieron en la India hace unos 13 millones de años tiene dientes similares a los lorises, un pariente cercano del lémur, pero los dos no están relacionados.
El nuevo hallazgo de Mariveux se aparta radicalmente de la opinión dominante, lo que no significa que esté equivocado, dice Kay, sólo necesita más apoyo.
Sugerir que los dientes fosilizados pertenecen a un lémur es "una afirmación extraordinaria", dice Kay. "exige pruebas extraordinarias."

Artículo científicoamericano sobre la migración desde Asia, 2001

Los fósiles sugieren que los lémures pueden tener raíces asiáticas, no africanas.
Madagascar alberga muchas plantas y animales únicos, los más famosos de los cuales son casi seguramente sus lémures. Aunque los investigadores han estudiado durante mucho tiempo este grupo de primates primitivos, su pasado evolutivo ha permanecido en gran medida misterioso, debido a la ausencia de representantes fósiles conocidos. Parecía probable que los lémures se originaron en África continental y más tarde emigraron hacia el este a la nación de la isla. Pero nuevos datos sugieren que las criaturas carismáticas podrían tener raíces asiáticas, no africanas. Según un informe publicado hoy en la revista Science, los investigadores han descubierto que el lémur más antiguo permanece dientes conocidos hace unos 30 millones de años en Pakistán.
El paleontólogo francés Laurent Marivaux de la Universit Montpellier II y sus colegas han asignado los dientes fósiles a un nuevo género y especie, Bugtilemur mathesoni. Descubierto en las colinas de Bugti de Balochistan, Paquistán, Bugtilemur exhibe un patrón dental especializado similar al del lemur enano moderno, Cheirogaleus. Esto, los investigadores informan, sugiere una de dos cosas. O los antepasados ​​comunes de Bugtilemur y Cheirogaleus habitaron la masa indo-malgache antes de su ruptura hace unos 88 millones de años, o una migración de lemures tuvo lugar entre Madagascar y la Gran India después de que se separaron. Los autores favorecen a los segundos, pero permanecen inseguros de la dirección de la dispersión. Si los lémures se originaron en África, pueden haber colonizado Madagascar y luego han hecho su camino hacia el norte a Asia. Alternativamente, pueden haber surgido en Asia y más tarde emigraron a Madagascar, tal vez derivando sobre balsas de vegetación. Los restos fosilizados de árboles, polen y fruta del sitio sugieren que Bugtilemur habitaron un ambiente exuberante similar a los bosques tropicales de hoy en día.

El sitio de Bugti Hills ha producido varias otras especies de primates, incluyendo miembros del grupo que dio origen a monos y simios, y otras localidades fósiles en Asia también han producido restos de primates tempranos. "Ha llegado el momento de que el escenario asiático reciba una atención más seria, pero creo que la solución paleontológica a este enigma sigue en el futuro", señala Marivaux. Los planes para seguir trabajando en las colinas de Bugti, sin embargo, están en suspenso a la luz de los recientes ataques terroristas contra los EE.UU. "En este momento somos totalmente dependientes de los efectos de los acontecimientos actuales, pero seguimos trabajando con nuestros colegas paquistaníes en estos emocionantes Descubrimientos ".

Árbol genealógico Lemur Seguidamente Cartografiado (2/23/2008)
Después de limpiar las mejillas de más de 200 lémures y primates relacionados para recolectar su ADN, los investigadores del Instituto Duke de Ciencias del Genoma y Política (IGSP) y Duke Lemur Center ahora tienen una imagen mucho más clara de su árbol genealógico evolutivo.

Encontrado en la naturaleza sólo en la isla nación de Madagascar, en la costa sureste de África, los lémures y sus parientes cercanos los lorises representan el linaje hermana a todos los otros primates. Y eso hace que los lémures sean clave para entender lo que nos distingue a nosotros y al resto de nuestros primos primos de todos los demás animales, según Julie Horvath, investigadora post-doctoral en el IGSP.

"Si encontramos un rasgo o característica compartida entre los lémures y otros primates, puede decirnos qué es o no primate específico y cuándo surgieron esos rasgos", dijo Horvath, que trabaja en el laboratorio del director de IGSP Huntington Willard.

David Weisrock, un investigador post-doctoral que trabaja con la directora del Centro Duke Lemur, Anne Yoder, dijo que el nuevo "conjunto de herramientas filogenómicas" desarrollado por los investigadores también jugará en esfuerzos de conservación dirigidos a salvar a los lémures críticamente amenazados, ayudando a definir el número de especies existentes. .

Los investigadores informan de sus hallazgos en la edición del 1 de marzo de Genome Research.
Los científicos descubren relaciones evolutivas entre especies basadas en similitudes y diferencias en sus códigos genéticos. El creciente número de genomas totalmente secuenciados disponibles para los principales grupos evolutivos ha permitido la resolución de las relaciones que se habían considerado inmanejable antes.

Pero a excepción de los estrechos vínculos evolutivos de los humanos con los chimpancés, muchas de las relaciones entre otros simios, monos y pre-monos llamados prosimianos han permanecido algo oscuras, según Horvath.

Para averiguar dónde se encuentran los lemures de Madagascar, el equipo de Duke primero necesitó desarrollar las herramientas para comparar secuencias de las muchas especies de lemur entre sí y con otras de primates incluyendo humanos.

Los investigadores identificaron fragmentos de secuencia de ADN mantenidos en común entre los genomas de los humanos, el lemur ringtailed y el lémur de ratón. Estas "secuencias conservadas" sirvieron como cebadores, permitiéndoles muestrear fragmentos de secuencia comparables a través de los genomas de las diversas especies de primates.

Su análisis confirmó que el primero en apartarse del resto de los lémures, hace unos 66 millones de años, era el aye-aye - un primate nocturno que golpea en los árboles con sus dedos para escuchar insectos dentro, convirtiéndose en la versión de Madagascar de Un pájaro carpintero. También resolvieron las relaciones entre las especies dentro de los cuatro linajes evolutivos restantes, que incluye un diverso de personajes: los sifakas, llamado así por el silbido "shee-fak" sonido que hacen; Los lémures deportivos, que son estrictamente nocturnos; Los lémures de ratón, el más pequeño de todos los primates vivos; Y los muchos llamados "verdaderos lémures", incluyendo el lémur negro de ojos azules (uno de los tres primates de ojos azules en el mundo) y el lemur de anillo anillado, que se encuentra a menudo en los zoológicos.

"Al arrojar muchos datos al problema, hemos confirmado absolutamente, más allá de cualquier duda estadística, que la espectacular variedad de lémures descendió de una única especie ancestral", dijo Yoder, señalando que los lémures representan alrededor del 20 por ciento de las especies de primates y Viven con menos del uno por ciento de la superficie terrestre. "Además destaca la importancia de Madagascar como cuna de la biodiversidad".

El estudio establece las bases para hacer estudios futuros de los lémures y otros primates. Los métodos que el grupo desarrolló para este estudio también pueden aplicarse a la comprensión de las relaciones evolutivas entre otros grupos de animales para los cuales las secuencias genómicas son difíciles de obtener.

Los colaboradores del estudio fueron Stephanie Embry, Isabella Fiorentino, Gregory Wray y Huntington Willard, todos de Duke; Peter Kappeler, del Centro Alemán de Primates; Y James Balhoff, del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva.

Nota: Esta historia ha sido adaptada de un comunicado de prensa publicado por Duke University.

Departamento de Dermatología, Universidad de Graz, Austria.

Una mujer de 31 años de edad presentó un área de sudoración profusa en el antebrazo derecho. Sin agentes desencadenantes, se observaron diariamente ataques de sudoración que producían un líquido seroso claro. El examen histopatológico de una muestra de biopsia mostró glándulas ecrinas hiperplásicas con citoplasma pálido y punteado característico del hamartoma ecrino. Sin embargo, no se ha dado ninguna explicación por el hecho de que varios autores observaron hamartomas ecrinos en la misma localización anatómica. Los lémures adolescentes de la especie catta (lemur ringtailed) están equipados con un par de glándulas cutáneas antebraquiales localizadas en la superficie volar de la muñeca. Exudan una secreción clara que les permite "marcar rama braquial" sus territorios. Los hallazgos histopatológicos en el órgano antebraquial del lemur anillado muestran características de las glándulas apocrinas y ecrinas. Sin embargo, a diferencia de las glándulas apocrinas normales, los órganos antebraquiales de los lemures ringtailed alcanzan la epidermis directamente y no están conectados a los folículos pilosos. De acuerdo con la "ley biogenética" de Ernst Haeckel, afirmando que la ontogenia tiene que ser vista como una repetición corta e incompleta de la filogenia, un feto humano pasa todas las etapas evolutivas de una sola célula a través de anfibios y mamíferos a un ser humano. Así, el órgano antebrachial del lemur ringtailed puede ser la "explicación filogenética" para los hamartomas eccrine del antebrazo en los seres humanos. Los hallazgos histopatológicos del órgano antebraquial y de los hamartomas ecrinos están de acuerdo con esta hipótesis.



Un artículo de 2004 de National Geographic News informa sobre investigaciones que arrojaron resultados inesperados con respecto a la inteligencia de los lémures.

La lógica Lemur puede proporcionar pistas para la evolución del intelecto primate


Ya sabemos que los monos y simios tienen niveles de inteligencia notables. A los chimpancés y gorilas se les ha enseñado a usar lenguajes de signos complejos, los macacos de Rhesus demuestran el conocimiento de las matemáticas básicas, y los babuinos son conocidos por engañarse comúnmente unos a otros para sus propios fines.

Pero se pensaba que los lémures, primos primates de los monos, poseían pocas de estas habilidades. Los científicos lo habían escrito como un callejón sin salida cognitivo en el árbol genealógico de los primates.

Ahora, Aristides, un lémur de cola anillada de 11 años de edad con piel gris esponjosa y ojos marrones interrogantes, puede estar a punto de convertir esa idea en su cabeza.

Con la ayuda de su entrenadora, la psicóloga Elizabeth Brannon, Aristides selecciona secuencias de imágenes presionando su nariz contra una pantalla de computadora. A cambio de las pastillas de azúcar con sabor a fruta, Aristides y sus ansiosos compañeros de clase en el Duke University Primate Center están proporcionando al equipo de Brannon pistas convincentes sobre cómo nuestros primeros antepasados ​​de primates desarrollaron capacidades mentales que todos compartimos hoy.





El poder del Cerebro Ancestral

Los fósiles sugieren que los lémures, los bebés del arbusto, los loris, aye-ayes, y sus parientes (los prosimians) se derramaron de los antepasados ​​de monos y de monos alrededor 55 millones de años. Por lo tanto el estudio de la capacidad intelectual de estos animales aparentemente primitivos podría ofrecer ideas sobre las primeras habilidades mentales de los primates.

"Los antropólogos están interesados ​​en descubrir cómo evolucionó la inteligencia humana y cómo nos diferenciamos de otras especies", dijo Brannon, de la Universidad de Durham, Carolina del Norte. "Al determinar qué habilidades cognitivas comparten todos los primates, incluidos los primates prosimianos, esperamos determinar qué aspectos de la inteligencia son las adaptaciones generales de los primates".

Gran parte de la investigación de Brannon se ha centrado en entender cómo los seres humanos se hicieron tan sofisticados numéricamente. Sus estudios de bebés humanos, monos y ahora lemurs están ayudando a reconstruir una imagen de si los primates poseen una predisposición especial a las matemáticas.

A pesar de la enorme cantidad de literatura sobre todos los aspectos de la inteligencia en chimpancés, macacos rhesus y un puñado de otros primates, ha habido muy poco trabajo sobre los lémures. El trabajo de Brannon ahora puede ir de alguna manera a llenar ese agujero de datos frustrante.

Sin embargo, ella comenzó el proyecto piloto con expectativas bajas. Los lemurs -que se encuentran exclusivamente en la isla africana de Madagascar- son mucho menos curiosos que el mono común. El puñado de estudios cognitivos existentes sugiere que los animales tenían poca capacidad para aprender o completar tareas simple
s.


Lista de aprendizaje

Sin embargo, el proyecto de Brannon ya ha dado algunos resultados alentadores.
En un ensayo, el equipo de la Universidad de Duke está probando la capacidad del alumno Aristides de recordar listas cada vez más largas de imágenes fotográficas que se muestran en el monitor de la computadora. Sus compañeros de clase, otro lémur de cola anular llamado Teres y dos lemurs de mangosta (distinguidos por sus hocicos blancos y barbas rojas), Miguel y Guillermo, también están ansiosos por completar las mismas tareas para las recompensas con sabor a banano o frutas tropicales.
A través de ensayo y error, los lémures aprenden rápidamente a sacar listas de imágenes de caracoles, casas, árboles, coches, montañas y otras fotografías de colores brillantes. Los lémures también son capaces de ordenar correctamente pares de imágenes de la secuencia, lo que sugiere que son capaces de trabajar a través de la lista en sus mentes.
"Hemos estado descubriendo que los lémures de cola anillada son muy buenos en esta tarea y hasta ahora se desempeñan de manera similar a los monos en términos de su precisión y tiempos de respuesta", dijo Brannon. "Una gran diferencia es que los lémures eligen usar sus narices para responder en vez de sus dedos".
Al participar en estas pruebas, "los animales no son coaccionados ni forzados de ninguna manera", dijo Brannon. Cuando la pantalla táctil se enciende en la jaula de Aristides, corre ansiosamente y comienza a tocar inmediatamente para obtener recompensas de pellets de azúcar.

...


¿Pistas para la evolución del cerebro humano?

El proyecto de Brannon es "una gran cosa", comentó Patricia Wright, una autoridad mundial sobre lémures en la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook. "Los tontos de los primates, que han sido largamente olvidados, muestran que los hacedores de pruebas simplemente no hacían las preguntas de la manera correcta", dijo. "Los lémures no tienen el tipo de coordinación manual para tirar y empujar las palancas, pero eso no significa que no conozcan las respuestas correctas".

. . .

Algunos de los factores que han impulsado el desarrollo de la inteligencia en los lémures como Aristides podrían ser los mismos factores que llevaron a los antepasados ​​humanos en el camino hacia el desarrollo de las sofisticadas habilidades numéricas y cognitivas que hoy poseemos.

"No podemos regresar y ver la inteligencia en el registro fósil para entender los procesos de pensamiento de los primeros primates", dijo Brannon. "Pero podemos tratar de entender lo que comparten las mentes de todos los primates y cómo difieren de otros mamíferos ." (dieciséis)


Un comunicado de la Universidad de St. Andrews proporciona la siguiente cobertura de la investigación realizada en esta universidad, indicando un vínculo entre los humanos y los lémures:


Según un nuevo informe científico, la tendencia humana a seguir a la mirada de otra persona -el siguiente gesto- puede remontarse a los parientes más lejanos del hombre.


Los investigadores de la Universidad de St. Andrews han encontrado pruebas de que la acción es una habilidad cognitiva primitiva que se remonta a la época de los primeros primates.


Los psicólogos April Ruiz, Juan Carlos Gómez y Richard Byrne también creen que han resuelto la paradoja evolutiva de por qué animales como los perros pueden seguir la mirada de su amo para encontrar recompensas, sin embargo, nuestros parientes más cercanos aparentemente no pueden.


El profesor Byrne dijo: "A los seres humanos les resulta imposible no mirar hacia arriba cuando ven a alguien mirando hacia arriba al cielo, incluso cuando saben que puede ser un truco. No estamos solos en este hábito: se sabe desde hace algunos años que varias especies de primates no humanos, simios y monos, muestran la misma tendencia a seguir la mirada. Pero cuando su capacidad de usar esto para encontrar información útil (por ejemplo, donde se ocultan los alimentos) ha sido probada, generalmente fracasaron ".


El Dr. Gómez añadió: "La capacidad de rastrear la mirada tiene un sentido excelente para un animal social como un primate, porque puede dar pistas sobre los alimentos para comer, los depredadores a evitar, los escenarios sociales para tomar nota de y así sucesivamente. Hasta ahora, las habilidades de los primates no humanos para interpretar la mirada han desconcertado a los científicos -la paradoja es, ¿de qué sirve el punto de vista si no se utiliza para funciones básicas como la localización de recursos?


El equipo de St Andrews estudió el lémur-un primate tan distantemente relacionado con los seres humanos que se parecen más a los gatos que a los monos- por pistas. El nuevo estudio relata lo que otros no han podido encontrar-que los lémures tienen la capacidad de responder inteligentemente a la mirada de otro, utilizando para encontrar objetos de interés.


"Debido a que hemos encontrado esta habilidad, una vez pensada única para los seres humanos, en los lémures, podemos empujar hacia atrás la fecha de su evolución original mucho más allá del último antepasado común que compartimos con monos, o incluso con los monos, a la época de la primera Primates ", comentó April Ruiz.


El equipo de St Andrews trabajó junto a Jean Jacques Roeder en el Centro de Primatología de la Universidad Louis Pasteur en Estrasburgo. Los investigadores llevaron a cabo un estudio combinado de los dos elementos, "mirada y búsqueda", algo que sorprendentemente no se había hecho antes. Encontraron que cada vez que un lémur miraba un lugar señalado por la mirada, era más probable que eligiera ese lugar para buscar comida. En contraste con las pruebas anteriores con primates, los lémures fueron capaces de usar la mirada para aumentar sus posibilidades de encontrar alimentos.


Los investigadores subrayan que no reclaman habilidades mentales similares a las humanas en los lémures. "Llamamos a la mirada del proceso cebado", explicó el profesor Byrne. "Después de la mirada de otro llama la atención de un animal a un lugar, y si es el tipo de lugar donde se encuentra alimento, entonces el animal será más probable que busque allí, Si era el tipo de lugar donde el peligro se esconde, el animal podría optar por hacer lo contrario y alejarse de él ".


El Dr. Gómez agregó: "Para beneficiarse de la mirada cebadora, el animal no necesita entender nada acerca de las mentes de aquellos cuya mirada se sigue. Nuestra propia comprensión humana de la atención se basa en estos fundamentos sencillos pero útiles. Los seres humanos han evolucionado a seguir la mirada más compleja, lo que resulta en respuestas de comportamiento más flexible ".

=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-Los cuatro ejemplos dados en este informe apoyan las aserciones del libro de Urantia con respecto a una conexión de la dirección a los lemures en el desarrollo evolutivo de seres humanos.


Fuentes: 

http://www.ubthenews.com/topics/Lemurs_Humans.htm


http://www.st-andrews.ac.uk/news/Title,29322,en.html Los resultados del estudio se publican en la revista Animal Cognition, ref DOI 00.1007/s10071-008-0202-z




Enlances Extras:

USA Today article

http://www.st-andrews.ac.uk/news/Title,29322,en.html Publicación por St. Andrews donde se realizó un estudio comparando la observación lémures-humanos
http://nationalzoo.si.edu/Animals/Primates/Facts/FactSheets/Lemurs/default.cfm Smithsonian, general sobre lémures
gold on the history!!! Primate Evolution and Human Origins by Russell L. Ciochon and John G. Fleagle
http://dpz.eu/index.php?id=52 Pg 25 para la conexión con la mano derecha, asunto en disputa
http://www.eurekalert.org/pub_releases/2005-08/fm-tnl080205.php Descubrieron dos nuevas especies de lémures
http://content.karger.com/ProdukteDB/produkte.asp?Doi=134160#OLN Resumen de la conexión cromosómica
http://www.gnxp.com/blog/2009/03/blue-eyed-lemurs-not-herc2.php Ojos azules no genéticamente conectados a los lémures
http://www.cell.com/trends/genetics/abstract/S0168-9525(07)00060-1 Apoyo general para lemures en la raíz del árbol de primates
http://news.nationalgeographic.com/news/2004/06/0604_040604_lemurs_2.html Sobre las capacidades cognitivas imprevistas
http://www.amnh.org/sciencebulletins/bio/f/lemurs.20060401/essays/82_print.php Historia de la separación de madagascar en relación con los lémures
http://www.sciam.com/article.cfm?id=fossils-suggest-lemurs-ma ¡Lemurs que originaron en la India !!!
http://www.sciencemag.org/cgi/content/abstract/294/5542/587?ck=nck Muchos estudiosos
http://www.newscientist.com/article/mg17223142.100-a-giant-leap-for-lemurs.html Isla escalones de la India
http://www.livescience.com/animals/080808-tiny-teeth.html Artículo muy importante relacionado con la migración
http://news.nationalgeographic.com/news/2008/03/080303-american-primate.html Primates originarios de América del Norte
Los investigadores informan de sus hallazgos en la edición del 1 de marzo de Genome Research.
Los colaboradores del estudio fueron Stephanie Embry, Isabella Fiorentino, Gregory Wray y Huntington Willard, todos de Duke; Peter Kappeler, del Centro Alemán de Primates; Y James Balhoff, del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva.
http://online.wsj.com/article/SB124235632936122739.html Un artículo más reciente
Un descubrimiento fósil sugiere que los seres humanos pueden ser descendientes de un animal que se asemeja a los lémures actuales como éste.

Un paleontólogo destacó que los científicos han excavado el fósil de 47 millones de años de un antiguo primate cuyas características sugieren que podría ser el antepasado común de todos los monos, simios y seres humanos posteriores.
Los antropólogos han creído durante mucho tiempo que los humanos evolucionaron a partir de antiguos antepasados ​​parecidos a los simios. Hace unos 50 millones de años, dos grupos simiescos caminaron por la Tierra. Uno es conocido como el tarsidae, un precursor del tarsier, una criatura minúscula, de ojos grandes que vive en Asia. Otro grupo es conocido como el adapidae, un precursor de los lemurs de hoy en Madagascar.
Basado en pruebas fósiles previamente limitadas, un gran debate había sido si el grupo de tarsidae o adapidae dio origen a monos, simios y seres humanos. El último descubrimiento refuerza la posición menos común de que nuestro ancestro ancestral era un adaptado, el precursor de los lemures. [Lemur] Foto AP / Karen Tam
Un descubrimiento fósil sugiere que los seres humanos pueden ser descendientes de un animal que se asemeja a los lémures actuales como éste.
Philip Gingerich, presidente electo de la Sociedad de Paleontología de los Estados Unidos, ha coescrito un artículo que detallará la próxima semana el último descubrimiento de fósiles en Public Library of Science, una revista en línea revisada por pares.
"Este descubrimiento pone en foco a un grupo olvidado como posible antepasado de los primates superiores", dijo en una entrevista Gingerich, profesor de paleontología de la Universidad de Michigan.
El descubrimiento tiene poco que ver con un debate paleontológico separado centrado en la identidad de un antepasado común de los chimpancés y los seres humanos, que podría haber vivido hace unos seis millones de años y todavía no se ha encontrado. Esa brecha en la historia de la evolución se conoce coloquialmente como la controversia del "eslabón perdido". En realidad, sin embargo, todas las lagunas en el registro fósil son técnicamente "eslabones perdidos" hasta que se llenan, y muchos científicos dicen que el término no tiene sentido.
Sin embargo, el último hallazgo fósil es probable encender más el debate entre los evolucionistas que sacan conclusiones basadas en un registro fósil limitado, y los creacionistas que no creen que los seres humanos, los monos y los monos evolucionaron de un antepasado común.
Los científicos tampoco estarán necesariamente de acuerdo sobre los detalles. "Los partidarios de los lémures estarán encantados, pero los defensores más tarsianos se sentirán abrumados" por las nuevas pruebas, dice Tim White, un paleontólogo de la Universidad de California en Berkeley. "El debate persistirá."
El esqueleto será presentado el próximo martes en el Museo Americano de Historia Natural de la Ciudad de Nueva York por el alcalde Michael Bloomberg y un equipo internacional involucrado en el descubrimiento.
Según el Prof. Gingerich, los restos fosilizados son de una joven adaptaid femenina. El esqueleto fue descubierto por los colectores hace aproximadamente dos años y se ha mantenido firmemente envuelto desde entonces, en una hazaña inusual de secreto científico.
El profesor Gingerich dijo que había examinado dos veces el esqueleto adaptado, que era "un fósil completo y espectacular". La integridad del esqueleto preservado es crucial, porque la mayoría de los fósiles previamente encontrados de primates antiguos eran pequeños hallazgos, tales como dientes y mandíbulas.
Fue encontrado en el pozo de la pizarra de Messel, una cantera abandonada cerca de Francfort, Alemania. El hoyo ha sido durante mucho tiempo Patrimonio de la Humanidad y es la fuente de una serie de fósiles bien conservados de la época eocena media, hace unos 50 millones de años.
El profesor Gingerich dijo que varios científicos, entre ellos Jorn Hurum del Museo Nacional de Historia de Noruega, habían inspeccionado el fósil con tomografía computarizada, una sofisticada técnica de rayos X que puede proporcionar vistas detalladas y transversales. El Dr. Hurum no quiso hacer comentarios.
Aunque la criatura se parece a un lémur, hay algunas diferencias físicas distintivas. Los lémures tienen un peine dental (un diente modificado para ayudar a la piel del novio); Una garra de aseo; Y una nariz húmeda. El Dr. Gingerich dijo que el esqueleto adaptado no tiene ni una garra ni un peine. "No podemos decir si tenía la nariz húmeda o no", señaló.

Dado que la criatura fosilizada que se encuentra en Alemania no tenía rasgos como un peine de dientes o una garra de aseo, se podría argumentar que dio origen a monos, simios y seres humanos, que no tienen estas características tampoco.
Escriba a Gautam Naik en gautam.naik@wsj.com

Http://online.wsj.com/article/SB124235632936122739.html

Árbol genealógico Lemur Seguidamente Cartografiado (2/23/2008)
Después de limpiar las mejillas de más de 200 lémures y primates relacionados para recolectar su ADN, los investigadores del Instituto Duke de Ciencias del Genoma y Política (IGSP) y Duke Lemur Center ahora tienen una imagen mucho más clara de su árbol genealógico evolutivo.
Encontrado en la naturaleza sólo en la isla nación de Madagascar, en la costa sureste de África, los lémures y sus parientes cercanos los lorises representan el linaje hermana a todos los otros primates. Y eso hace que los lémures sean clave para entender lo que nos distingue a nosotros y al resto de nuestros primos primos de todos los demás animales, según Julie Horvath, investigadora post-doctoral en el IGSP.
"Si encontramos un rasgo o característica compartida entre los lémures y otros primates, puede decirnos qué es o no primate específico y cuándo surgieron esos rasgos", dijo Horvath, que trabaja en el laboratorio del director de IGSP Huntington Willard.
David Weisrock, un investigador post-doctoral que trabaja con la directora del Centro Duke Lemur, Anne Yoder, dijo que el nuevo "conjunto de herramientas filogenómicas" desarrollado por los investigadores también jugará en esfuerzos de conservación dirigidos a salvar a los lémures críticamente amenazados, ayudando a definir el número de especies existentes. .
Los investigadores informan de sus hallazgos en la edición del 1 de marzo de Genome Research.
Los científicos descubren relaciones evolutivas entre especies basadas en similitudes y diferencias en sus códigos genéticos. El creciente número de genomas totalmente secuenciados disponibles para los principales grupos evolutivos ha permitido la resolución de las relaciones que se habían considerado inmanejable antes.
Pero a excepción de los estrechos vínculos evolutivos de los humanos con los chimpancés, muchas de las relaciones entre otros simios, monos y pre-monos llamados prosimianos han permanecido algo oscuras, según Horvath.
Para averiguar dónde se encuentran los lemures de Madagascar, el equipo de Duke primero necesitó desarrollar las herramientas para comparar secuencias de las muchas especies de lemur entre sí y con otras de primates incluyendo humanos.
Los investigadores identificaron fragmentos de secuencia de ADN mantenidos en común entre los genomas de los humanos, el lemur ringtailed y el lémur de ratón. Estas "secuencias conservadas" sirvieron como cebadores, permitiéndoles muestrear fragmentos de secuencia comparables a través de los genomas de las diversas especies de primates.
Su análisis confirmó que el primero en apartarse del resto de los lémures, hace unos 66 millones de años, era el aye-aye - un primate nocturno que golpea en los árboles con sus dedos para escuchar insectos dentro, convirtiéndose en la versión de Madagascar de Un pájaro carpintero. También resolvieron las relaciones entre las especies dentro de los cuatro linajes evolutivos restantes, que incluye un diverso de personajes: los sifakas, llamado así por el silbido "shee-fak" sonido que hacen; Los lémures deportivos, que son estrictamente nocturnos; Los lémures de ratón, el más pequeño de todos los primates vivos; Y los muchos llamados "verdaderos lémures", incluyendo el lémur negro de ojos azules (uno de los tres primates de ojos azules en el mundo) y el lemur de anillo anillado, que se encuentra a menudo en los zoológicos.
"Al arrojar muchos datos al problema, hemos confirmado absolutamente, más allá de cualquier duda estadística, que la espectacular variedad de lémures descendió de una única especie ancestral", dijo Yoder, señalando que los lémures representan alrededor del 20 por ciento de las especies de primates y Viven con menos del uno por ciento de la superficie terrestre. "Además destaca la importancia de Madagascar como cuna de la biodiversidad".
El estudio establece las bases para hacer estudios futuros de los lémures y otros primates. Los métodos que el grupo desarrolló para este estudio también pueden aplicarse a la comprensión de las relaciones evolutivas entre otros grupos de animales para los cuales las secuencias genómicas son difíciles de obtener.
Los colaboradores del estudio fueron Stephanie Embry, Isabella Fiorentino, Gregory Wray y Huntington Willard, todos de Duke; Peter Kappeler, del Centro Alemán de Primates; Y James Balhoff, del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva.

Nota: Esta historia ha sido adaptada de un comunicado de prensa publicado por Duke University

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