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miércoles, 10 de mayo de 2017

Informe de las Momias de la cuenca del Tarim

Citas Relacionadas del Libro de Urantia

Fueron Adán y Eva los fundadores de la raza violeta del hombre, la novena raza humana que apareció en Urantia. Tenían Adán y su prole ojos azules, y se caracterizaban los pueblos violetas por la tez clara y pelo claro—dorado, rojo y castaño.

Exactamente hace 993,408 años (contando hasta el año 1934 d. de J.C.) que Urantia se reconoció formalmente como planeta de habitación humana en el universo de Nebadón. La evolución biológica nuevamente había conseguido los niveles humanos de dignidad volitiva; el hombre ya había llegado al planeta 606 de Satania.

 El hombre primitivo —los andonitas— tenían los ojos oscuros y la tez morena, algo como la de un cruce entre la raza amarilla y la roja. La melanina es una sustancia colorante que se encuentra en la piel de todos los seres humanos. Es el pigmento original de la piel andónica. En cuanto al aspecto general y al color de la piel, estos primeros andonitas se parecían más a los esquimales de hoy en día que a ningún otro tipo de ser humano viviente. Fueron las primeras criaturas en servirse de las pieles de los animales para protegerse del frío; tenían un poco más de pelo en el cuerpo que los humanos de hoy en día.

                                                      Las Razas Evolutivas del Color
 ÉSTA es la historia de las razas evolutivas de Urantia, desde la época de Andón y Fonta, hace casi un millón de años, a través de los tiempos del Príncipe Planetario, hasta el final del período glacial.

La raza humana tiene casi un millón de años. La primera mitad de su historia viene a corresponder a los tiempos anteriores al Príncipe Planetario de Urantia. La última mitad de la historia del género humano comienza al llegar el Príncipe Planetario y al aparecer las seis razas de color. Viene a corresponder al período que se suele considerar como la antigua edad de piedra.
                                                      Migraciones
 Desde aproximadamente 30.000 hasta 10.000 a. de J.C. se producían por todas partes del suroeste de Asia mezclas raciales que hicieron época. Los habitantes de las tierras altas de Turquestán eran un pueblo viril y vigoroso. Al noroeste de la India perduraba gran parte de la cultura de los tiempos de Van. Más lejos al norte de estos asentamientos se había preservado lo mejor de los primitivos andonitas. Estas dos razas de cultura y carácter superiores fueron absorbidas por los adanitas que se desplazaban hacia el norte. Esta amalgama resultó en la adopción de muchas ideas nuevas; facilitó el progreso de la civilización y adelantó considerablemente todas las fases del arte, las ciencias y la cultura social.

 Al terminar el período de las primeras migraciones adánicas, alrededor de 15.000 a. de J.C., ya había más descendientes de Adán en Europa y Asia central que en el resto del mundo entero, incluso que en Mesopotamia. Las razas azules europeas habían sido infiltradas en gran medida. Las extensiones meridionales de las tierras conocidas hoy en día como Rusia y Turquestán estaban ocupadas por una gran reserva de adanitas mezcladas con noditas, andonitas y sangik rojos y amarillos....

 Estas distribuciones de las razas, relacionadas con los extensos cambios climáticos, dispusieron el escenario mundial para la inauguración de la era andita de la civilización urantiana. Estas migraciones primitivas abarcaron un período de diez mil años, desde 25.000 hasta 15.000 a. de J.C. Las migraciones más recientes o anditas se extendieron desde alrededor de 15.000 hasta 6000 a. de J.C.

 Tardaron las primeras olas de adanitas tanto tiempo para atravesar Eurasia que su cultura se perdió en gran parte por el camino. Sólo los anditas más recientes se trasladaron con suficiente velocidad como para conservar la cultura edénica a grandes distancias de Mesopotamia.

 Estos anditas primitivos no eran arios; sino prearios. No eran blancos; sino preblancos. No eran un pueblo occidental ni oriental. Pero, a la mezcla políglota de las así llamadas razas blancas, le da la herencia andita aquella homogeneidad generalizada que se ha llamado Caucasoide.

Estos anditas introdujeron nuevos adelantos en Eurasia y África del norte. Desde Mesopotamia hasta Xinjiang [Sinkiang], la cultura andita dominó, y la migración constante hacia Europa fue continuamente contrapesada por los recién llegados de Mesopotamia. Pero no es completamente conveniente referirse a los anditas como raza en Mesopotamia misma hasta aproximadamente cuando comienzan las migraciones finales de los descendientes de Adán. A esta altura incluso las razas que se encontraban en el segundo jardín se habían mezclado de tal forma que ya no se podían considerar como adanitas.

 La civilización de Turquestán se veía constantemente resucitada y renovada por los recién llegados de Mesopotamia, máxime por los jinetes anditas más recientes. La así llamada lengua materna aria estaba en trance de formarse en las tierras altas de Turquestán; fue una mezcla del dialecto andónico de esa región con la lengua de los adansonitas y los anditas posteriores. Muchas lenguas modernas se derivan de este lenguaje primitivo de estas tribus de Asia central quienes conquistaron Europa, la India y las extensiones superiores de las llanuras mesopotámicas. Esta lengua antigua dio a las lenguas occidentales todas las similitudes que se designa bajo el rubro de ario.

 Estos anditas eran los llamados conquistadores dravidianos, y posteriormente arios, de la India; y su presencia en Asia central mejoró grandemente la descendencia de los turanianos. Gran parte de esta raza se trasladó a la China a través de Xinjiang así como el Tíbet y añadió cualidades deseables a la cepa china más reciente. De cuando en cuando pequeños grupos se abrieron camino hacia el Japón, Formosa, las Indias Occidentales y el sur de China, si bien muy pocos entraron en el sur de la China por la ruta costanera.

 Las conquistas migratorias de los anditas continuaron hasta sus dispersiones finales, desde 8000 a 6000 a. de J.C. A medida que salían a raudales de Mesopotamia, agotaban continuamente las reservas biológicas de sus tierras natales a la vez que fortalecían marcadamente a los pueblos circunvecinos. A todas las naciones a las que viajaron, contribuyeron con humor, arte, aventura, música y manufactura. Eran expertos domesticadores de animales y peritos agricultores. En un principio, por lo menos, su presencia tendió a mejorar las creencias religiosas y prácticas morales de las razas más antiguas. De este modo la cultura de Mesopotamia se propagó silenciosamente por Europa, la India, la China, África del norte y las Islas del Pacífico.

 Las tres olas finales de anditas surgieron de Mesopotamia entre 8000 y 6000 a. de J.C. Las presiones de las tribus de las colinas en el este y el hostigamiento de los llaneros en el oeste lanzaron afuera de Mesopotamia estas tres grandes olas de cultura. Los habitantes del valle del Éufrates y el territorio adyacente emprendieron su éxodo final por varios rumbos:

 Diez por ciento, incluyendo a un numeroso grupo de sacerdotes setitas, se trasladó hacia el este por las tierras altas elamitas hasta la altiplanicie irania y Turquestán. Más tarde muchos de sus descendientes fueron empujados desde las regiones del norte hacia la India con sus hermanos arios.

 Diez por ciento de los mesopotámicos que iban camino del norte viraron hacia el este, entrando en Xinjiang, donde se mezclaron con los habitantes amarillo-anditas. La mayoría de la capaz prole de esta unión racial entró posteriormente en la China y contribuyó mucho al mejoramiento inmediato de la división norteña de la raza amarilla.

Durante más de veinticinco mil años, hasta casi el año 2000 a. de J.C., el corazón de Eurasia fue predominantemente, aunque cada vez menos, andita. En las tierras bajas del Turquestán, los anditas fueron rodeando los lagos interiores por el oeste llegando así a Europa, mientras que desde las tierras altas de la región hicieron una infiltración hacia el este. El Turquestán oriental (Xinjiang [Sinkiang]) y, en una medida menor, el Tíbet, fueron las vetustas compuertas a través de las cuales estos pueblos de la Mesopotamia penetraron las montañas hacia las norteñas tierras del hombre amarillo. La infiltración andita en la India se desplegó desde las alturas del Turquestán hacia el Pendjab y desde las tierras de pastoreo iraníes a través de Beluchistán. Estas migraciones primitivas no constituían en ningún modo conquistas, más bien eran parte del continuo éxodo de las tribus anditas hacia el oeste de la India y China.

 Persistieron centros de entremezclada cultura andita durante casi quince mil años en la cuenca del río Tarim en Xinjiang y, hacia el sur, en las regiones altas del Tíbet, donde los anditas y andonitas se habían mezclado vastamente. Hacia el este, el puesto más avanzado de la verdadera cultura andita estaba en el valle del Tarim. Allí establecieron sus colonias y comenzaron a mantener relaciones comerciales, hacia el este con los progresistas chinos y hacia el norte con los andonitas. En aquellos días, la región del Tarim era de tierras fértiles y lluvias abundantes. Hacia el este estaba la extensa pradera de Gobi, donde los pastores gradualmente se iban volcando hacia la agricultura. Esta civilización, que en su momento rivalizó con la de la propia Mesopotamia, se perdió cuando cambiaron los vientos llevando las lluvias hacia el sudeste.

Hacia el año 8000 a. de J.C., lentamente la aridez de las regiones altas del Asia central fue obligando a los anditas a buscar las cercanías de los ríos y las costas marinas. Esta prolongación de la sequía no solamente los llevó a los valles del Nilo, Éufrates, Indo y Amarillo, sino que produjo un nuevo desarrollo dentro de la civilización andita. Una nueva clase de hombres, los mercaderes, comenzó a surgir en grandes cantidades.

Cuando las condiciones climáticas convirtieron la caza en una actividad infructuosa, los migrantes anditas no siguieron la línea evolutiva de las razas más antiguas y, entonces, no se convirtieron en pastores. En cambio, aparecieron el comercio y la vida urbana. Desde Egipto, a través de la Mesopotamia y el Turquestán, hasta los ríos de China e India, las tribus de civilización más avanzada comenzaron a constituirse en ciudades dedicadas a la manufactura y el comercio. Adonia, ubicada cerca de la actual ciudad de Ashjabad, se convirtió en la metrópolis comercial del Asia central. El intercambio comercial de piedras, metales, madera y alfarería tuvo un rápido incremento tanto por vía terrestre como por la fluvial.

 Pero la sequía en constante aumento gradualmente ocasionó el gran éxodo andita desde las tierras ubicadas al sur y al este del Mar Caspio. La ola de migración comenzó a virar de norte a sur, y la caballería de Babilonia inició su penetración en la Mesopotamia.

El incremento de la aridez en Asia central contribuyó adicionalmente a reducir la población y convertir a estos pueblos en menos belicosos; y cuando las decrecientes lluvias en el norte forzaron a los nómades andonitas a desplazarse hacia el sur, hubo un enorme éxodo de anditas desde el Turquestán. Éste es el movimiento final de los llamados arios hacia el Levante y la India. Culminó así esa gran dispersión de los descendientes mezclados de Adán, durante la cual, todos los pueblos asiáticos y la mayoría de los de las islas del Pacífico se beneficiaron en cierto grado por la influencia de estas razas superiores.

Así pues, al dispersarse en el hemisferio oriental, los anditas fueron desposeídos de sus tierras natales de la Mesopotamia y el Turquestán, puesto que fue este desplazamiento excesivo de los andonitas hacia el sur el que diluyó a los anditas en Asia central hasta su desaparición casi total.

Pero aún en el siglo veinte de la era cristiana quedan rastros de sangre andita entre los turanianos y tibetanos, como se puede ver en los tipos rubios que a veces se hallan en estas regiones. Los primeros anales chinos registran la presencia de nómades de cabellos rojos al norte de las pacíficas colonias del río Amarillo, y aún se conservan pinturas que prueban fielmente la presencia del tipo rubio andita y del moreno mongol en la cuenca del Tarim de hace tiempo.

 Hace veinte mil años los antepasados de los chinos habían construido una docena de primitivos centros de cultura y enseñanza, especialmente a lo largo de los ríos Amarillo y Changjiang [Azul o Yangtze]. Ahora esos centros comenzaban a ser reforzados con la llegada de un caudal constante de pueblos de mezcla superior que provenían de Xinjiang y del Tíbet. La migración desde el Tíbet hacia el valle del río Changjiang no se propagó tanto como en el norte, ni tampoco eran los centros tibetanos tan avanzados como aquellos de la cuenca del Tarim. Pero ambos movimientos llevaron consigo hacia el este y las colonias ribereñas cierta cantidad de sangre andita. Hace unos quince mil años los anditas atravesaban en grandes números el paso de Ti Tao y se diseminaban por la parte superior del valle del río Amarillo entre las colonias chinas de Kansu. De allí penetraron en dirección este hasta Honan, donde estaban ubicadas las comunidades más progresistas. Esta infiltración desde el oeste fue aproximadamente mitad andonita y mitad andita.

 Los centros culturales del norte ubicados a lo largo del río Amarillo habían sido siempre más progresistas que las colonias del sur sobre el río Changjiang. En unos pocos miles de años, después de la llegada de estos mortales superiores, si bien escasos en números, las colonias a lo largo del río Amarillo se adelantaron a las aldeas del río Changjiang alcanzando una avanzada posición en comparación con sus hermanos del sur, posición que aún mantienen.

 No es que haya habido tantos anditas, ni que su cultura fuera tan superior, sino que la amalgama con ellos produjo un linaje más versátil. Los chinos del norte recibieron justamente suficiente sangre andita como para estimular ligeramente la innata capacidad de su mente, pero menos de lo que hubiera sido necesario para inspirarlos con la inquietud y curiosidad exploratoria tan características de las razas blancas del norte. Esta infusión limitada de herencia andita fue menos perturbadora para la estabilidad innata del tipo sangik.

 Las olas más recientes de anditas llevaron consigo parte de los avances culturales de la Mesopotamia; esto es particularmente cierto respecto a las últimas olas de migración desde el oeste. Ellas mejoraron notablemente las prácticas económicas y educacionales de los chinos norteños, y aunque su influencia sobre las culturas religiosas de la raza amarilla fue efímera, sus posteriores descendientes contribuyeron en gran medida al subsiguiente despertar espiritual. Pero las tradiciones anditas de la belleza del Edén y Dalamatia tuvieron su influencia sobre las tradiciones chinas. Las primitivas leyendas chinas ubicaban «la tierra de los dioses» en el oeste.

 El pueblo chino no comenzó a construir ciudades ni iniciarse en la producción de manufacturas hasta después del año 10.000 a. de J.C., tras los cambios climáticos en el Turquestán y la llegada de la última inmigración andita. La infusión de esta nueva sangre no agregó mucho a la civilización del hombre amarillo, pero sí estimuló un adicional y rápido desarrollo de las tendencias latentes de los superiores linajes chinos. Desde Honan hasta Chensi los potenciales de una civilización avanzada comenzaban a materializarse. Los trabajos en metales y todas las artes de manufacturas datan de aquellos días.

 Las similitudes entre algunos de los métodos de los primitivos chinos y mesopotámicos sobre el cálculo del tiempo, la astronomía y la administración de gobierno se debieron a las relaciones comerciales entre estos dos centros situados remotamente. Los mercaderes chinos recorrían las rutas por tierra a través del Turquestán hacia la Mesopotamia aun en los días de los sumerios. Y no fue éste un intercambio unilateral, puesto que el valle del Éufrates se benefició considerablemente, así como también los pueblos de las llanuras del Ganges. Pero los cambios climáticos y las invasiones nómades del tercer milenio antes de Cristo redujeron considerablemente el volumen de comercio por los senderos de las caravanas en el Asia central.

                                                             Cultura

 Si bien el fuego, el primer gran descubrimiento, finalmente abrió las puertas del mundo científico, en este sentido poco era su valor para el hombre primitivo. Éste se negaba a reconocer causas naturales como explicaciones de fenómenos comunes.

 Los anditas de Turquestán fueron los primeros pueblos que domesticaron en forma amplia al caballo, y ésta fue otra razón que permitió que su cultura predominara por tanto tiempo. Alrededor del 5000 a. de J.C., los agricultores de Mesopotamia, de Turquestán y los chinos habían empezado a criar ovejas, cabras, vacas, camellos, caballos, aves y elefantes. Empleaban como bestia de carga al buey, el camello, el caballo y el yak. En cierto momento el hombre mismo era bestia de carga. Uno de los dirigentes de la raza azul tuvo en cierto momento a cien mil hombres en su colonia de porteadores de cargas.

 Los pueblos de las tierras altas de Turquestán fueron los primeros entre las razas más modernas en construir sus casas de madera, casas no muy distintas de las primitivas cabañas de troncos de los pioneros norteamericanos. A lo largo y a lo ancho de las planicies las habitaciones humanas estaban hechas de ladrillos; más adelante, de ladrillos horneados.

 Las razas fluviales más antiguas construían sus cabañas colocando altos palos en la tierra en un círculo; luego juntaban el extremo superior, haciendo un esqueleto para la cabaña, el cual se cubría con lianas transversales entrelazadas, de manera que el producto se asemejaba a un enorme canasto invertido. Esta estructura podía ser embadurnada de arcilla y, después de secarse al sol, constituía una vivienda a prueba de intemperie.

 A partir de estas cabañas primitivas se desarrolló en forma independiente la idea posterior de todo tipo de fabricación de canastos. Dentro de uno de los grupos nació la idea de hacer cerámica cuando observaban los efectos del embadurnamiento de estas estructuras con arcilla húmeda. La práctica de endurecer la cerámica horneándola se descubrió cuando una de estas primitivas cabañas cubiertas de arcilla se incendió accidentalmente. Las artes de los días antiguos muchas veces derivaban de sucesos accidentales que acompañaban la vida diaria de estos pueblos primitivos. Por lo menos esto fue casi totalmente cierto en cuanto al progreso evolutivo de la humanidad hasta la llegada de Adán.

 Aunque la alfarería había sido introducida por primera vez por el séquito del Príncipe aproximadamente medio millón de años atrás, la fabricación de vasijas de arcilla había cesado prácticamente durante más de ciento cincuenta mil años. Solamente los noditas presumerios en la costa del golfo seguían fabricando vasijas de arcilla. El arte de la alfarería revivió en los tiempos de Adán. La diseminación de este arte fue simultánea con la ampliación de las áreas desérticas de África, Arabia y Asia central, y se diseminó en oleadas sucesivas de técnica mejorada desde Mesopotamia a lo largo y a lo ancho del hemisferio oriental.

 Estas civilizaciones de la edad andita no siempre pueden ser descubiertas por las etapas de su alfarería o de otras artes. El curso regular de la evolución humana se vio enormemente complicado por los regímenes tanto de Dalamatia como del Edén. Frecuentemente ocurre que las vasijas e implementos más recientes son de menor calidad a los productos más primitivos de los pueblos anditas más puros.

 La destrucción climática de las praderas abiertas y ricas para la caza y el pastoreo de Turquestán, que comenzó alrededor del año 12.000 a. de J.C., obligó a los hombres de esas regiones a recurrir a nuevas formas de industria y de manufactura burda. Algunos se dedicaron al cultivo de rebaños domésticos, otros se hicieron agricultores o recolectaron alimentos que crecían en el agua, pero el tipo más elevado de los intelectos anditas eligió dedicarse al mercadeo y a la manufactura. Aun se volvió costumbre que una tribu entera se dedicase al desarrollo de una sola industria. Desde el valle del Nilo hasta el Hindu Kush y desde el Ganges hasta el río Amarillo, el negocio principal de las tribus superiores se volvió el cultivo del suelo, con el comercio como segunda actividad.

 El aumento del mercadeo y de la manufactura de materia prima para transformarla en varios artículos de comercio fue directamente instrumental en la producción de esas primitivas comunidades semipacíficas que tuvieron tanta influencia en difundir la cultura y las artes de la civilización. Antes de la era del comercio mundial extenso, las comunidades sociales eran tribales —grupos familiares ampliados. El comercio relacionó entre sí a diferentes tipos de seres humanos, contribuyendo así a un intercambio de cultura más acelerada.

Alrededor de doce mil años atrás empezó a asomar la era de las ciudades independientes. Y estas primitivas ciudades del mercadeo y la manufactura siempre estaban rodeadas de zonas de agricultura y ganadería. Aunque es verdad que la industria fue impulsada por la elevación del nivel de vida, no debéis formaros ideas falsas sobre los refinamientos de la vida urbana primitiva. Las razas primitivas no eran excesivamente ordenadas ni limpias, y la comunidad primitiva media se elevaba de treinta a sesenta centímetros cada veinticinco años como resultado de la simple acumulación de la suciedad y de los desperdicios. Algunas de estas ciudades vetustas también se elevaban por encima de las tierras circunvecinas muy rápidamente porque sus cabañas de barro sin cocinar duraban poco, y era costumbre construir nuevas viviendas directamente encima de las ruinas de la vieja.

 El uso difundido de los metales fue una característica de esta era de las primeras ciudades industriales y comerciales. Ya habéis encontrado una escultura de bronce en Turquestán que data de antes del año 9000 a. de J.C., y los anditas muy pronto aprendieron a trabajar el hierro, el oro y el cobre también. Pero las condiciones eran muy diferentes lejos de los centros de civilización más avanzados. No hay períodos distintos, tales como la edad de piedra, de bronce y de hierro; los tres existieron al mismo tiempo en diferentes localidades.

A medida que los misioneros de Salem pasaron por Asia, difundiendo las doctrinas del Dios Altísimo y de la salvación mediante la fe, absorbieron mucho de la filosofía y del pensamiento religioso de los distintos países que atravesaron. Pero los maestros comisionados por Melquisedek y sus sucesores fueron fieles a su encargo; penetraron en todos los pueblos del continente eurasiático, y llegaron a la China a mediados del segundo milenio antes de Cristo. En See Fuch, por más de cien años, los salemitas mantuvieron su sede, capacitando allí a los maestros chinos que enseñaron a lo largo y a lo ancho de todos los dominios de la raza amarilla.

Datos básicos para comparar

http://www.bowers.org/index.php/art/exhibitions_details/35 exposición de museo en Estados Unidos este año

http://www.nytimes.com/2010/03/16/science/16archeo.html?pagewanted=2 barcos y el sexo
http://news.scotsman.com/news/DNA-experts--reveal-China39s.6168665.jp El ADN muestra a las momias que tienen ascendencia europea.

http://www.cs.sfu.ca/~anoop/weblog/archives/000125.html da una fecha de descubrimiento de 1978
http://www.washingtontimes.com/news/2005/apr/19/20050419-101056-2135r/
http://www.monstersandcritics.com/smallscreen/news/article_1374891.php no tan viejo como las otras momias
http://discovermagazine.com/1994/apr/themummiesofxinj359/ buena configuración para el tema, 3000 años de edad
http://www.crystalinks.com/mummification.html análisis amplio de momias de todo el mundo
http://www.freerepublic.com/focus/news/798838/   posts extenso artículo sobre Mair
http://www.washingtontimes.com/news/2005/apr/19/20050419-101056-2135r/   Caucásicos en la cuenca Turim 1000 años antes de los asiáticos del este

Bronce encontrado con momias que datan de 1000 a 800 aC, que se supone que es antes de que los chinos comenzaron a usar el bronce, que se suponía que se habían inventado. Informe de National Geographic.


















(Hacer click a esto: La Revista Americana de Genética Humana, Volumen 82, Número 4, 11 de abril de 2008, páginas 883-894
Análisis de la Adición Genómica en Uigur y su Implicación en la Estrategia de Cartografía
Shuhua Xu1,2, Wei Huang3, Ji Qian2andLi Jin1,2 ,,
Academia China de Ciencias y Sociedad Max Planck (CAS-MPG) Instituto de Biología Computacional de los Institutos de Ciencias Biológicas de Shanghai, Academia China de Ciencias, Shanghai 200031, China 2 Ministerio de Educación (MOE) Laboratorio clave de Antropología Contemporánea y Centro de Biología Evolutiva, Escuela de Ciencias de la Vida e Institutos de Ciencias Biomédicas, Universidad de Fudan, Shanghai 200433, China 3 Centro Nacional Chino del Genoma Humano en Shanghai, Shanghai 201203, China



Autor correspondiente

Resumen:
La población Uyghur (UIG), establecida en Xinjiang, China, es una población que presenta una mezcla típica de rasgos antropométricos orientales y occidentales. Dividimos su estructura genómica a nivel de población, nivel individual y nivel cromosómico usando 20177 SNPs que abarcan casi todo el cromosoma 21. Nuestros resultados mostraron que la UIG fue formada por mezcla bidireccional, con 60% de ancestros europeos y 40% de ancestros de Asia oriental . El desequilibrio general de ligamiento (LD) en la UIG fue similar al de sus poblaciones parentales representadas en Asia oriental y Europa con respecto a los alelos comunes y UIG manifestó elevación de la LD sólo dentro de 500 kb y en un nivel de 0,1 <r2 <0,8 cuando ascendencia Se utilizaron marcadores informativos (AIM). El tamaño de los segmentos cromosómicos que se derivaron de ascendencias de Asia oriental y Europa promedió 2,4 cM y 4,1 cM, respectivamente. Tanto la magnitud de LD como los segmentos cromosómicos ancestrales fragmentarios indicaron una larga historia de Uyghur. Bajo el supuesto de un modelo de aislamiento híbrido (HI), estimamos que el evento de mezcla de UIG ocurrió alrededor de 126 [107146] generaciones hace, o hace 2520 [21402920] años suponiendo 20 años por generación. A pesar de la larga historia y LD corto de Uyghur en comparación con poblaciones de mezcla reciente, como la población afroamericana, sugerimos que la cartografía por mezcla LD (MALD) sigue siendo aplicable en la población Uyghur, pero 10 veces AIM son necesarios para todo - exploración de la genoma.

Nova Special: Las misteriosas momias de China

Tocharians - portadores de la civilización a los chinos
Del vídeo: "De estos hechos, podemos concluir que los Uyghurs modernos son los decendents de las momias de Tarim o los llamados Tocharians y gente indígena de Turkistan del este (xinjiang).

The Mummies of Urumchi de Elizabeth Wayland Barber, publicado por w.w. Norton 1999

Abril '94: La revista Discover publica fotos "Este fue el primer aviso deslumbrante que se dio a la mayoría de los occidentales. . . "




Fuente de Traduccíon: http://www.ubthenews.com/topics/Tarim_Basin_Mummies.htm

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