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jueves, 29 de marzo de 2018

El ADN humano más antiguo de África podría cambiar los libros de Historia

Tanto el norte africano como Oriente Próximo formarían parte de "una región sin una gran barrera genética.


El ADN humano más antiguo de África podría cambiar los libros de Historia



Nuestra comprensión de la antigua migración humana puede necesitar un replanteamiento después de que los científicos analizaran la evidencia de ADN humano más antigua jamás encontrada en África. 

Los investigadores secuenciaron con éxito el material genético de personas que vivían en Marruecos hace 15.000 años, y descubrieron que compartían un patrimonio genético con poblaciones del Mediterráneo oriental y del África subsahariana. 

Sugiere que los humanos de la Edad de Piedra del norte de África, África subsahariana y Oriente Medio estaban interactuando mucho antes de lo que se pensaba. 

Los hallazgos fueron realizados por un equipo internacional de científicos, liderado por Johannes Krause y Choongwon Jeong del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania.

"Nuestro análisis muestra que el norte de África y el Cercano Oriente, incluso en estos primeros tiempos, formaban parte de una región sin una gran barrera genética", dijo el Sr. Jeong.

El equipo analizó muestras de ADN de nueve individuos de la cultura Iberomaurusiana en Taforalt, una cueva en el norte de Marruecos y el cementerio más antiguo conocido del mundo.

Los iberoamericanos vivieron hace entre 20.000 y 10.000 años y son considerados los primeros humanos en el norte de África en producir herramientas de piedra más finas conocidas como microlitos.

"La Gruta de las Palomas es un sitio crucial para comprender la historia humana del noroeste de África, ya que los humanos modernos frecuentemente habitaron esta cueva intensamente durante períodos prolongados a lo largo de la Edad de Piedra Media y Posterior", dijo la coautora Louise Humphrey, del Museo de Historia Natural de Londres. 

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Utilizando métodos avanzados de secuenciación, el equipo pudo recuperar por primera vez datos de ADN de seres humanos anteriores a la revolución agrícola en el norte de África, hace unos 10.000 años.

Descubrieron que cerca de dos tercios del patrimonio de los individuos taforaltecas coincidían estrechamente con el ADN de los antiguos Natufianes, una cultura que vivió en la región del Mediterráneo Oriental de Oriente Medio hasta hace unos 11.500 años. 

La otra tercera parte del ADN del Taforalt coincidía con las poblaciones actuales en África Occidental, lo que sugiere que la interacción entre los pueblos de ambos lados del desierto del Sáhara -una enorme barrera física a la migración- también estaba ocurriendo antes de lo que se pensaba.

"Claramente, las poblaciones humanas estaban interactuando mucho más con grupos de otras áreas más distantes de lo que se suponía anteriormente", dijo el Sr. Krause. 

"Esto ilustra la habilidad de la genética antigua para añadir a nuestra comprensión de la historia humana."

Pero a pesar de las teorías previas de un vínculo genético entre los antiguos europeos en Sicilia o el sur de España y los iberomaurusos, el estudio no encontró evidencia de esto.

Fuente: https://www.independent.co.uk/news/science/human-dna-history-study-morocco-africa-iberomaurusian-migration-max-planck-institute-a8277346.html


Dice el Libro de Urantia:

(868.3) 78:1.1 Si bien, al llegar Adán, las mentes y morales de las razas estaban a un nivel bajo, la evolución física había seguido adelante sin que le afectaran mucho las exigencias de la rebelión de Caligastia. Lo que contribuyó Adán a la condición biológica de las razas, no obstante el fracaso parcial de la empresa, mejoró enormemente al pueblo de Urantia.

(868.4) 78:1.2 También contribuyeron Adán y Eva gran parte de lo que era de valor para el progreso social, moral, e intelectual de la humanidad; la presencia de su prole aceleró enormemente la civilización. Pero hace treinta mil años el mundo en general contaba con poca cultura. Existían acá y allá ciertos centros de civilización, pero la mayor parte de Urantia se estancaba en el salvajismo. La distribución racial y cultural era la siguiente:

...8. La civilización sahariana. Los elementos superiores de la raza índiga tenían sus asentamientos más progresivos en lo que hoy día es el gran desierto del Sahara. Este grupo índigo-negro llevaba considerable sangre de las razas anaranjada y verde ya sumergidas.

9. La cuenca del Mediterráneo. La raza más mezclada fuera de la India ocupaba lo que es actualmente la cuenca mediterránea. Aquí los hombres azules del norte y los saharianos del sur se encontraron y se casaron con los noditas y adanitas del este.

...

3. Las Primeras Expansiones de los Adanitas

(870.4) 78:3.1 La raza violeta conservó las tradiciones pacíficas de Edén durante muchos milenios, lo cual explica su gran demora en efectuar conquistas territoriales. Cuando sentían presión de la superpoblación, en vez de hacer la guerra para conseguir más territorio, enviaban a las otras razas el excedente de habitantes como maestros. No fue duradero el efecto cultural de estas primeras migraciones, pero la absorción de los maestros, mercaderes y exploradores adanitas produjo en los pueblos circundantes un efecto vigorizador desde el punto de vista biológico.

(870.5) 78:3.2 Tempranamente se desplazaron algunos adanitas al valle del Nilo; otros se adentraron en Asia hacia el este, pero éstos constituían una minoría. El movimiento masivo más reciente se dirigió en forma extensa hacia el norte y de ahí hacia el oeste. Fue, por lo general, una ola hacia el norte, gradual, mas incesante; la mayoría se abrió camino hacia el norte, y luego bordeó el Mar Caspio hacia el oeste, terminando por introducirse en Europa.

(870.6) 78:3.3 Hace alrededor de veinticinco mil años muchos de los elementos adanitas más puros iban bien encaminados en su viaje hacia el norte. A medida que avanzaban hacia el norte, fueron volviéndose cada vez menos adánicos hasta que, hacia los tiempos de la ocupación de Turquestán, habían llegado a mestizarse a fondo con las otras razas, máxime con los noditas. Muy pocos pueblos de pura cepa violeta nunca se adelantaron lejos en Europa o Asia.

(870.7) 78:3.4 Desde aproximadamente 30.000 hasta 10.000 a. de J.C. se producían por todas partes del suroeste de Asia mezclas raciales que hicieron época. Los habitantes de las tierras altas de Turquestán eran un pueblo viril y vigoroso. Al noroeste de la India perduraba gran parte de la cultura de los tiempos de Van. Más lejos al norte de estos asentamientos se había preservado lo mejor de los primitivos andonitas. Estas dos razas de cultura y carácter superiores fueron absorbidas por los adanitas que se desplazaban hacia el norte. Esta amalgama resultó en la adopción de muchas ideas nuevas; facilitó el progreso de la civilización y adelantó considerablemente todas las fases del arte, las ciencias y la cultura social.

(871.1) 78:3.5 Al terminar el período de las primeras migraciones adánicas, alrededor de 15.000 a. de J.C., ya había más descendientes de Adán en Europa y Asia central que en el resto del mundo entero, incluso que en Mesopotamia. Las razas azules europeas habían sido infiltradas en gran medida. Las extensiones meridionales de las tierras conocidas hoy en día como Rusia y Turquestán estaban ocupadas por una gran reserva de adanitas mezcladas con noditas, andonitas y sangik rojos y amarillos. Europa meridional y las riberas del Mediterráneo estaban ocupadas por una raza combinada de pueblos andonitas y sangik —anaranjados, verdes e índigos— con una pizca de la cepa adanita. Asia Menor y las tierras de Europa oriental central estaban ocupadas por tribus que eran predominantemente andonitas.

(871.2) 78:3.6 Una raza de color combinada, que por esta época fue reforzada considerablemente por los que llegaban de Mesopotamia, se había establecido en Egipto y se preparó a adueñarse de la cultura del valle del Éufrates que iba desapareciendo. Los pueblos negros iban desplazándose cada vez más hacia el sur en África y, al igual que la raza roja, quedaron prácticamente aislados.

(871.3) 78:3.7 La civilización sahariana había sido trastornada por sequías y la de la cuenca del Mediterráneo, por inundaciones. Las razas azules, hasta este momento, no habían logrado desarrollar una cultura avanzada. Los andonitas aún estaban dispersos por las regiones ártica y asiática central. Las razas verde y anaranjada habían sido exterminadas como tal. La raza índiga se iba mudando hacia el sur de África, en donde comenzaría su deterioro racial lento, pero prolongado.

(871.4) 78:3.8 Los pueblos de la India estaban estancados, con una civilización que no hacía progresos; los hombres amarillos consolidaban lo que poseían en Asia central; los hombres morenos aún no habían iniciado su civilización en las islas cercanas del Pacífico.

(871.5) 78:3.9 Estas distribuciones de las razas, relacionadas con los extensos cambios climáticos, dispusieron el escenario mundial para la inauguración de la era andita de la civilización urantiana. Estas migraciones primitivas abarcaron un período de diez mil años, desde 25.000 hasta 15.000 a. de J.C. Las migraciones más recientes o anditas se extendieron desde alrededor de 15.000 hasta 6000 a. de J.C.

(871.6) 78:3.10 Tardaron las primeras olas de adanitas tanto tiempo para atravesar Eurasia que su cultura se perdió en gran parte por el camino. Sólo los anditas más recientes se trasladaron con suficiente velocidad como para conservar la cultura edénica a grandes distancias de Mesopotamia.

...


80:1.1 (889.3) Antes de que los últimos anditas fueran expulsados del valle del Eufrates, muchos de sus hermanos habían penetrado en Europa como aventureros, maestros, comerciantes y guerreros. Durante los primeros días de la raza violeta la cuenca mediterránea estaba protegida por el istmo de Gibraltar y por el puente terrestre siciliano. Cierta parte del más primitivo comercio marítimo humano se estableció en estos lagos interiores, donde los hombres azules del norte y los saharianos del sur se toparon con los noditas y los adanitas del este.

80:1.2 (889.4) En la parte oriental del Mediterráneo los noditas habían establecido una de sus culturas más amplias y desde estos centros habían penetrado hasta cierto punto en el sur de Europa pero más específicamente en el norte de África. Los sirios nodita-andonitas de cabezas amplias habían introducido tempranamente la alfarería y la agricultura en relación con sus asentamientos en el delta del Nilo, que se estaba elevando lentamente. También importaron ovejas, cabras, ganado y otros animales domésticos e introdujeron métodos altamente mejorados de metalurgia, puesto que Siria era por entonces el centro de esa industria.


80:1.3 (889.5) Por más de treinta mil años Egipto recibió un caudal constante de los mesopotamios, quienes trajeron con ellos su arte y cultura para enriquecer la del valle del Nilo. Pero el ingreso de amplios números de gentes del Sahara deterioró grandemente la antigua civilización a lo largo del Nilo, de manera que Egipto llegó a su nivel cultural más bajo unos quince mil años atrás.


80:1.4 (889.6) Sin embargo, durante los primeros tiempos poco existía que dificultara la migración de los adanitas hacia el oeste. El Sahara era tierra de pastoreo abierta y poblada de pastores y agricultores. Estos saharianosno se ocupaban de manufacturar artículos, tampoco construían ciudades. Constituían un grupo índigo-negro que llevaba cepas cuantiosas de las extintas razas verde y anaranjada. Pero recibieron una cantidad muy limitada de herencia violeta antes de que el sublevamiento de las tierras y el cambio de los vientos cargados de humedad dispersaran los restos de esta próspera y pacífica civilización.

80:1.5 (890.1) La sangre de Adán ha sido compartida por la mayoría de las razas humanas, pero algunas recibieron más que otras. Las razas mezcladas de la India y las gentes más oscuras de África no eran atractivas para los adanitas. Éstos se hubieran mezclado libremente con el hombre rojo si no hubiere estado éste tan alejado en las Américas, y estaban bien dispuestos hacia el hombre amarillo, pero éste estaba del mismo modo difícilmente accesible en la remota Asia. Por consiguiente, cuando los impulsaba o la aventura o el altruismo, o cuando fueron expulsados del valle del Eufrates, muy naturalmente optaron por la unión con las razas azules de Europa.

...

(872.5) 78:5.1 Persistió durante veinte mil años la cultura del segundo jardín, pero sufrió un declive ininterrumpido hasta cerca de 15.000 a. de J.C., cuando el renacimiento del sacerdocio setita y el mando de Amosad inauguraron una era espléndida. Las masivas olas de civilización que se propagaron posteriormente por Eurasia siguieron inmediatamente al gran renacimiento del Jardín, el cual fue resultado de la unión en gran escala de los adanitas con los noditas mestizos circunvecinos; y esto dio origen a los anditas.

(872.6) 78:5.2 Estos anditas introdujeron nuevos adelantos en Eurasia y África del norte. Desde Mesopotamia hasta Xinjiang [Sinkiang], la cultura andita dominó, y la migración constante hacia Europa fue continuamente contrapesada por los recién llegados de Mesopotamia. Pero no es completamente conveniente referirse a los anditas como raza en Mesopotamia misma hasta aproximadamente cuando comienzan las migraciones finales de los descendientes de Adán. A esta altura incluso las razas que se encontraban en el segundo jardín se habían mezclado de tal forma que ya no se podían considerar como adanitas.

(872.8) 78:5.4 Hacia 12.000 a. de J.C., residía en Europa septentrional y oriental tres cuartos de la descendencia andita del mundo, y más tarde, cuando se produjo el éxodo final de Mesopotamia, entraron en Europa el sesenta y cinco por ciento de estas olas finales de emigración.

(873.1) 78:5.5 Los anditas emigraron no sólo a Europa, sino también al norte de la China y la India, en tanto que muchos grupos penetraron en los apartados rincones de la tierra como misioneros, maestros y mercaderes. Contribuyeron considerablemente a los grupos de pueblos sangik del norte del Sahara. Pero nunca penetraron sino pocos maestros y mercaderes en África más al sur que las cabeceras del Nilo. Más adelante, anditas mestizos y egipcios siguieron las costas oriental y occidental de África hacia abajo, llegando bastante más allá del ecuador, pero no alcanzaron hasta Madagascar.

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