Los Patrones Fundamentales de la Realidad

Por Chris M. Halvorson


94:6.3 (1033.6) Lao-tse construyó directamente sobre los conceptos de la tradición salemita cuando declaró a Tao ser la Primera Causa Única de toda la creación. Lao fue hombre de gran visión espiritual. El enseñó que «el destino eterno del hombre es su unión sempiterna con Tao, Dios Supremo y Rey Universal». Su comprensión de la causalidad última fue muy profunda, pues escribió: «La unidad surge del Tao Absoluto, y de la unión aparece la Dualidad cósmica, y de dicha Dualidad, surge a la existencia la Trinidad, y la Trinidad es la fuente principal de toda realidad». «Y toda realidad está por siempre equilibrada entre los potenciales y los actuales del cosmos, y éstos están eternamente armonizados por el espíritu de la divinidad».

La manera más fácil de descubrir los patrones fundamentales de la realidad es deducirlos de los primeros principios.
En el comienzo conceptual, estaba el YO SOY. El YO SOY era la totalidad de la realidad-infinita, homogénea, isotrópica-uno y todo. Así que, si el YO SOY era una perfecta expresión del infinito, ¿por qué hay algo más? La respuesta está clara de las tres últimas palabras de la declaración anterior. El YO SOY no era una expresión completa de todo el potencial. Faltaba una cosa, una verdadera relación. No había "otro"; Expresaba solamente la relación de sí mismo, sólo la armonía de la singularidad.

Así, la realidad tal como la conocemos existe para un propósito, para actualizar la verdadera relación; Y que la realidad comienza con la unidad y terminará en la armonía perfecta, la reunificación, de un conjunto infinito de partes absolutamente distintas. La unidad se conserva, pero se transforma de la simplicidad absoluta a la complejidad absoluta.

En el primer suceso subsiguiente al YO SOY, la voluntad encarnada en el todo se separó de la no voluntad. La voluntad es la que actúa; La no voluntad es aquello que reacciona. La expresión individualizada de la voluntad es la personalidad, la influencia armonizadora sobre los componentes de la realidad. La voluntad unindividual del YO SOY es la Primera Fuente y Centro de todas las cosas.

La primera acción de esta voluntad infinita fue separar infinitamente la no voluntad en dos mitades infinitas, el Absoluto Condicionado (o Deidad) y el Absoluto Incondicionado, estableciendo así la relación primordial. La Deidad Absoluta es el reservorio (depósito) del potencial de la sustancia que es la auto-animación, la sustancia espiritual. El Absoluto Incondicionado es el reservorio (depósito)del potencial de la sustancia que no es la sustancia material auto-animadora. La realidad es la actualización simultánea de estos dos potenciales paralelos. El patrón de paralelismo que se funda en los Absolutos Condicionados e Incondicionados se expresa como pares de personalidades espirituales y poderes materiales, por ejemplo, el Hijo Eterno y la Isla del Paraíso. También se expresa como pares de personalidades de creador y rector, por ejemplo, los Siete Espíritus Rectores y los Siete Directores Supremos de la Potencia. Este paralelismo fundamental está separado de la doble realización del potencial como existencial y experiencial, perfecto y perfeccionado, creador y criatura, Hijo Mayor y Finalista.

La bifurcación del YO SOY introdujo una medida infinita de la separación en la realidad. Puesto que la unidad debe ser conservada, una sucesión igualmente infinita recíproca de acontecimientos vino también a existir. El Absoluto Universal es el reservorio (depósito) del potencial para esta resolución de la tensión de desunión que fue establecida por la bifurcación. La resolución toma forma literal en la mente, que puentea la brecha entre el espíritu y la materia. La separación y la sucesión forman un par recíproco que constituye el patrón de dualidad fundamental del nivel evolutivo de la realidad, el nivel del universo local. Esta dualidad se expresa como espacio y tiempo, los Espíritus Madre Creativos y los Hijos Creadores, femenino y masculino, lugar y dirección.

El paralelismo fundamental combinado con la literalidad de la relación entre los dos componentes apunta a la primera consecuencia de la relación verdadera, un patrón trino básico. La relación entre la Primera Fuente y el Centro (que actúa) y el Absoluto de  Deidad (que reacciona) es el Hijo Eterno (que resulta), la personalidad absoluta, el espíritu puro individualizado, la Segunda Fuente y el Centro. La relación entre la Primera Fuente y el Centro y el Absoluto Incondicionado es la Isla del Paraíso, la única realidad material absoluta. La relación personal entre el Padre Universal y el Hijo Eterno es el Actor Conjunto, el aspecto creador de la Tercera Fuente y Centro. La relación no personal entre el Padre Universal y la Isla del Paraíso es el Espíritu Infinito, el aspecto rector de la Tercera Fuente y Centro, el Otorgador de la Mente.

La unidad de la naturaleza se restablece al nivel absoluto con la existencia de la Tercera Fuente y Centro, y la unidad de propósito tiene su centro. La mente absoluta del Espíritu Infinito es la expresión literal de la relación entre el espíritu absoluto del Hijo Eterno y la materia absoluta de la Isla del Paraíso. En el nivel del superuniverso, la coordinación entre los circuitos espirituales de los Siete Espíritus Rectores y las actividades físicas de los Siete Directores Supremos de la Potencia es la mente cósmica.

El patrón triuno es múltiple, desde la infinidad de la Trinidad del Paraíso hasta la universalidad de la materia, la mente y el espíritu. La materia, la mente y el espíritu abarcan la unidad de la sustancia, y también están en secuencia en la subida hacia Dios. Ellos encuentran expresión de innumerables maneras, quizás ninguna más significativa para el desarrollo de los mortales que las tres intuiciones fundamentales de la mente-causalidad cósmica, el deber y la adoración (véase el artículo 16, sección 6). Estas tres percepciones juntas constituyen la respuesta de la realidad de un individuo, y deben desarrollarse en orden. Ninguna persona puede adquirir valores espirituales o conocer verdaderamente a Dios sin primero saber causa y efecto y luego bien y mal. Toda la realidad se basa primero en la lógica, luego equilibrada con la razón, y finalmente culminada por la divinidad.


















Fuente: http://ubthenews.com/HalvorsonStudy/documents/patterns.pdf