El lector informado no puede evitar sino sentirse impresionado por una omisión muy significativa en los Documentos. Esta omisión se refiere a la estudiada ignorancia del concepto de la relatividad. Los autores de los Documentos presentan cuidadosamente la geografía del universo maestro en términos newtonianos, que hace tiempo fueron desechados en una astronomía más amplia del universo. Es un acto de omisión tan obvio y deliberado que debe haber una muy buena razón detrás.
Podemos advertir dos posibles razones para esta omisión obvia a toda mención de la relatividad:
a. Comprensibilidad. Los Documentos están escritos para ser leídos por un lector medio. Aún así, hay partes que son bastante difíciles de comprender. Si tenían que resultar atractivos en general, entonces sus conceptos debían expresarse en lenguaje, no en símbolos matemáticos.
b. Falacia. ¿Sería posible que los conceptos de Newton fueran menos falaces que los de Einstein? ¿Podría ser que la elección de la concepción newtoniana represente una elección deliberada de la menor de las dos distorsiones?
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que las dos razones puedan haber contribuido a la decisión de evitar toda mención a la relatividad en los Documentos. Existe la posibilidad adicional de que no haya ningún motivo (la opinión personal del autor es que las dos razones citadas anteriormente sí explican por qué no hay ninguna mención a la relatividad en los Documentos)
¿Podría ser que toda presentación comprensible de la cosmografía implica una distorsión de los hechos, y que la presentación newtoniana da como resultado menos distorsión que la presentación en términos de la relatividad de Einstein? Supongamos que examinamos brevemente las cosmografías sucesivas que ha concebido la civilización occidental, y consideremos las distorsiones que incluían en los hechos y que racionalizaron con éxito. Incluyendo los conceptos presentados en los Documentos, parecen haber cuatro cosmografías principales: geocéntrica, heliocéntrica, sin centro y centrada en el Paraíso. Dicho de otra manera: las cosmografías de los hombres se han concebido primero como centradas en nuestro mundo; segundo, centradas alrededor del sol; tercero, sin centro; y cuarto, centradas en la inmóvil Isla del Paraíso. Examinemos estas cuatro concepciones cosmográficas:
La cosmografía geocéntrica. Desde la perspectiva de nuestros sentidos, esta es la manera más deliciosamente simple y satisfactoria de contemplar las cosas. La tierra está inmóvil y todo gira alrededor de ella. Todavía decimos que "el sol sale y se pone". Sin embargo, para el pensador con criterio, los movimientos de los planetas en el sistema solar presentan una complejidad en su movimiento que requiere de una racionalización mayor. Esa racionalización se hizo con éxito. Fue posible ofrecer una explicación lógica respecto a por qué un planeta parecía ir hacia atrás en las noches estrelladas (Siempre hemos podido racionalizar: antes de que el oxígeno fuera identificado como el agente de la combustión, se suponía que una sustancia llamada "flogisto" era la propiedad de todos los combustibles, y que la pérdida de peso en la combustión era una buena prueba de que el "flogisto" se había agotado)
La cosmografía heliocéntrica. Fue duro para la mente aceptar el hecho de que la tierra no estaba estacionaria, que la salida del sol era una ilusión producida por la rotación de la tierra. Al principio, esta concepción fue acosada por una multitud de irregularidades sin explicación. Las órbitas planetarias fueron concebidas primero como círculos, pero los planetas rechazaban esa concepción. Fue necesaria mucha racionalización (mucho "flogisto") para dar cuenta de esas diferencias inexplicables. Finalmente el concepto de elipses sustituyó a los círculos y el sistema solar se hizo comprensible como un sistema sencillo, donde el movimiento hacia fuera está en equilibrio con el movimiento hacia dentro de la gravedad del sol y de los planetas girando en órbitas elípticas regulares alrededor del sol.
La cosmografía sin centro. Pero el sol, nuestro sol, no es el centro de todo. Gira en una órbita también, y los Documentos hablan 15:3.9 sobre las seis direcciones de movimiento simultáneas que sigue actualmente nuestro sol y nuestro sistema solar. La imposibilidad de deducir científicamente la inmóvil Isla del Paraíso hace ineludible la concepción de una cosmografía sin centro. La relatividad asume que no hay un verdadero centro del continuo espacio-tiempo y, quizá, esta es la falacia principal que la hace completamente inaceptable para los autores de los Documentos: no tiene centro. Es posible que la relatividad contenga también su rastro de "flogisto" y que tienda a fracasar en los tramos lejanos del universo maestro (Hasta ahora, parece ser que solo un científico ha desafiado a Einsten: el Dr. Fritz Zwicky, profesor de astrofísica en el California Institute of Technology, afirma que la relatividad tiende a fracasar cuando se aplica a distancias astronómicas muy grandes, distancias de cinco millones de años-luz o más. Sus pruebas están basadas en el fracaso aparente de la interacción de la gravedad. Los Documentos sí señalan [ 11:8.3; 42:11.5] que el espacio puede neutralizar finalmente la gravedad [lineal] Las opiniones del Dr. Zwicky llamaron la atención del autor en el número de Newsweek del 5 de enero de 1959, página 62)
La cosmografía centrada en el Paraíso. La cosmografía presentada en los Documentos es la de una creación que sí tiene un centro, y en la que puede tener lugar el movimiento absoluto (movimiento en relación con este centro) El movimiento procesional en el sentido de las agujas del reloj (y en sentido contrario) de los niveles espaciales es movimiento absoluto, es movimiento en relación con algo que es completamente inmóvil, la Isla del Paraíso estacionaria 12:4.2 Cualquier otro movimiento de los cuerpos físicos en el espacio es movimiento relativo 12:4.10
Podría ser que, en el sentido más amplio, el concepto newtoniano de universo con un centro ofrezca menos distorsión en los hechos que el concepto einsteniano sin centro.
Podemos advertir dos posibles razones para esta omisión obvia a toda mención de la relatividad:
a. Comprensibilidad. Los Documentos están escritos para ser leídos por un lector medio. Aún así, hay partes que son bastante difíciles de comprender. Si tenían que resultar atractivos en general, entonces sus conceptos debían expresarse en lenguaje, no en símbolos matemáticos.
b. Falacia. ¿Sería posible que los conceptos de Newton fueran menos falaces que los de Einstein? ¿Podría ser que la elección de la concepción newtoniana represente una elección deliberada de la menor de las dos distorsiones?
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que las dos razones puedan haber contribuido a la decisión de evitar toda mención a la relatividad en los Documentos. Existe la posibilidad adicional de que no haya ningún motivo (la opinión personal del autor es que las dos razones citadas anteriormente sí explican por qué no hay ninguna mención a la relatividad en los Documentos)
¿Podría ser que toda presentación comprensible de la cosmografía implica una distorsión de los hechos, y que la presentación newtoniana da como resultado menos distorsión que la presentación en términos de la relatividad de Einstein? Supongamos que examinamos brevemente las cosmografías sucesivas que ha concebido la civilización occidental, y consideremos las distorsiones que incluían en los hechos y que racionalizaron con éxito. Incluyendo los conceptos presentados en los Documentos, parecen haber cuatro cosmografías principales: geocéntrica, heliocéntrica, sin centro y centrada en el Paraíso. Dicho de otra manera: las cosmografías de los hombres se han concebido primero como centradas en nuestro mundo; segundo, centradas alrededor del sol; tercero, sin centro; y cuarto, centradas en la inmóvil Isla del Paraíso. Examinemos estas cuatro concepciones cosmográficas:
La cosmografía geocéntrica. Desde la perspectiva de nuestros sentidos, esta es la manera más deliciosamente simple y satisfactoria de contemplar las cosas. La tierra está inmóvil y todo gira alrededor de ella. Todavía decimos que "el sol sale y se pone". Sin embargo, para el pensador con criterio, los movimientos de los planetas en el sistema solar presentan una complejidad en su movimiento que requiere de una racionalización mayor. Esa racionalización se hizo con éxito. Fue posible ofrecer una explicación lógica respecto a por qué un planeta parecía ir hacia atrás en las noches estrelladas (Siempre hemos podido racionalizar: antes de que el oxígeno fuera identificado como el agente de la combustión, se suponía que una sustancia llamada "flogisto" era la propiedad de todos los combustibles, y que la pérdida de peso en la combustión era una buena prueba de que el "flogisto" se había agotado)
La cosmografía heliocéntrica. Fue duro para la mente aceptar el hecho de que la tierra no estaba estacionaria, que la salida del sol era una ilusión producida por la rotación de la tierra. Al principio, esta concepción fue acosada por una multitud de irregularidades sin explicación. Las órbitas planetarias fueron concebidas primero como círculos, pero los planetas rechazaban esa concepción. Fue necesaria mucha racionalización (mucho "flogisto") para dar cuenta de esas diferencias inexplicables. Finalmente el concepto de elipses sustituyó a los círculos y el sistema solar se hizo comprensible como un sistema sencillo, donde el movimiento hacia fuera está en equilibrio con el movimiento hacia dentro de la gravedad del sol y de los planetas girando en órbitas elípticas regulares alrededor del sol.
La cosmografía sin centro. Pero el sol, nuestro sol, no es el centro de todo. Gira en una órbita también, y los Documentos hablan 15:3.9 sobre las seis direcciones de movimiento simultáneas que sigue actualmente nuestro sol y nuestro sistema solar. La imposibilidad de deducir científicamente la inmóvil Isla del Paraíso hace ineludible la concepción de una cosmografía sin centro. La relatividad asume que no hay un verdadero centro del continuo espacio-tiempo y, quizá, esta es la falacia principal que la hace completamente inaceptable para los autores de los Documentos: no tiene centro. Es posible que la relatividad contenga también su rastro de "flogisto" y que tienda a fracasar en los tramos lejanos del universo maestro (Hasta ahora, parece ser que solo un científico ha desafiado a Einsten: el Dr. Fritz Zwicky, profesor de astrofísica en el California Institute of Technology, afirma que la relatividad tiende a fracasar cuando se aplica a distancias astronómicas muy grandes, distancias de cinco millones de años-luz o más. Sus pruebas están basadas en el fracaso aparente de la interacción de la gravedad. Los Documentos sí señalan [ 11:8.3; 42:11.5] que el espacio puede neutralizar finalmente la gravedad [lineal] Las opiniones del Dr. Zwicky llamaron la atención del autor en el número de Newsweek del 5 de enero de 1959, página 62)
La cosmografía centrada en el Paraíso. La cosmografía presentada en los Documentos es la de una creación que sí tiene un centro, y en la que puede tener lugar el movimiento absoluto (movimiento en relación con este centro) El movimiento procesional en el sentido de las agujas del reloj (y en sentido contrario) de los niveles espaciales es movimiento absoluto, es movimiento en relación con algo que es completamente inmóvil, la Isla del Paraíso estacionaria 12:4.2 Cualquier otro movimiento de los cuerpos físicos en el espacio es movimiento relativo 12:4.10
Podría ser que, en el sentido más amplio, el concepto newtoniano de universo con un centro ofrezca menos distorsión en los hechos que el concepto einsteniano sin centro.
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