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miércoles, 8 de marzo de 2017

Huellas de 26,000 años de edad encontradas junto a impresiones de pata revelan evidencia más antigua de relación humano-canina

LU (778.7) 69:7.4 El primer animal en domesticarse fue el perro. Y la difícil experiencia de domesticarlo comenzó cuando cierto perro, tras haberse pasado todo un día siguiendo a un cazador, de hecho acabó por acompañarle a su casa y quedarse ahí. Durante edades se usaron los perros para fuente de alimento, la caza, el transporte y la compañía. Al principio los perros se limitaron a aullar, pero después aprendieron a ladrar. El agudo olfato del perro resultó en la noción de que podía ver espíritus, y así surgieron los cultos de fetiches caninos. El uso de perros guardianes por primera vez hizo posible que todo el clan pudiera dormir por la noche. A continuación pasó a ser costumbre emplear los perros guardianes para proteger el hogar contra los espíritus así como contra los enemigos materiales. Al ladrar el perro, algún hombre o alguna bestia se acercaba, pero al aullar el perro, andaban cerca los espíritus. Incluso hoy en día aún se cree que los aullidos del perro por la noche presagian la muerte.
(epoca de Dalamatia)(500,000 aprox.)    LU 66:5.5 (746.3) Se domaron varios tipos de animales útiles, unos ya extintos, otros se perpetuaron como animales domésticos hasta el presente. El hombre llevaba mucho tiempo conviviendo con el perro, y el hombre azul ya había logrado domar al elefante. La vaca se mejoró mediante la cría esmerada hasta tal grado que llegó a ser una valiosa fuente de alimento; la mantequilla y el queso se convirtieron en artículos comunes del régimen alimenticio humano. Los hombres aprendieron a valerse de los bueyes para acarrear sus cargas; sin embargo, no se domesticó el caballo hasta un tiempo posterior. Los miembros de este cuerpo enseñaron a los hombres a servirse de la rueda para facilitar la tracción.


Noticia:
Huellas de 26,000 años de edad encontradas junto a impresiones de pata revelan evidencia más antigua de relación humano-canina

No hay duda de que los seres humanos y los perros son naturalmente inclinados a ser mejores amigos. Pero ¿cuándo y cómo surgió este dúo dinámico? La sabiduría convencional sostiene que el hombre agrario domesticó a los caninos de limpiadores hace unos 15.000 años. Sin embargo, recientes descubrimientos arqueológicos y análisis de ADN muestran que nuestra amistad no sólo se acerca a 30.000 años (posiblemente 40.000 años), sino también que el hombre no dominaba y criaba lobos en perros amigables. Más bien, nuestra relación se basó en beneficios mutuos y respeto. Esta nueva realidad se ha hecho sorprendentemente clara por el descubrimiento de un conjunto de huellas que indican que un niño pequeño caminó junto a un lobo grande hace unos 26.000 años.
Encontrar las impresionesLa cueva de Chauvet en Francia es conocida como el sitio de algunas de las pinturas más antiguas del mundo. Más de 400 imágenes de animales fueron creados hace 32.000 años. Sin embargo, es otro descubrimiento que ha atrapado la imaginación de los entusiastas caninos. En la parte posterior de la cueva, uno puede ver los pasos antiguos de un niño pequeño caminando junto a un lobo. Estirándose más de 150 pies (45,72 metros), las impresiones se hicieron en arcilla suave, endurecido, y se quedaron sin ser molestados por miles de años.
--Human and canine prints found in Chauvet Cave.
Las huellas humanas son de un niño descalzo de ocho a diez años de edad y de pie alrededor de 4,5 pies (1,4 metros) de altura. El niño estaba caminando, no corriendo, aunque en un momento parece que se deslizó un poco en la arcilla blanda. Los investigadores saben que el niño llevaba una antorcha porque hay evidencia de que él / ella se detiene en un momento para limpiar la antorcha, dejando una mancha de carbón.
Es increíble pensar en un niño paleolítico explorando esta antigua cueva, examinando las pinturas y llevando cráneos que fueron colocados reverentemente en la parte posterior de la cueva. Aún más sorprendente es que acompañando (no acechando) las huellas del niño son las impresiones de la pata de un lobo (o posiblemente un perro grande). Esta imagen atemporal de un niño y un perro rompe la noción de que los perros sólo fueron domesticados hace 15.000 años. Más importante aún, el nuevo período de tiempo altera radicalmente la respuesta a cómo los perros se convirtió en el mejor amigo del hombre.
Teorías viejas y nuevas

La teoría ahora anticuada afirma que al final de la última era de hielo, los lobos se acercaban a las granjas humanas para alimentarse de la basura. Para conseguir un mejor acceso, el lobo tuvo que acercarse de una manera humilde y dócil. Este hábito fue transmitido entre los lobos creando un "lobo juvenilizado". En ese momento, "los seres humanos se encargaron de su evolución a través de la cría selectiva, eligiendo a aquellos con los rasgos deseados y eliminando a aquellos que llegaron a corto". Esta teoría se creía ampliamente hasta hallazgos arqueológicos recientes y pruebas de ADN más avanzadas.
La nueva teoría sostiene que los humanos y los perros evolucionaron juntos. "Nosotros los escogimos, sin duda, pero ellos nos eligieron a nosotros también, y nuestras características compartidas bien pueden explicar nuestra intimidad mutua aparentemente inamovible" (Derr, 2011). Esta relación no se basaba en la sumisión sino en un respeto mutuo por los diferentes talentos de cada especie.


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