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domingo, 12 de marzo de 2017

REALIDADES COSMICAS

(Según El Libro de Urantia)



TAMILA RAGIMOVA 
Ph. D. En Física, Moscú
Medellín, Colombia 
2009 
urantiamedellincolombia@yahoo.es 

(editado por Christian Figueroa)


Cuando las condiciones físicas están maduras, pueden producirse evoluciones mentales repentinas, cuando el estado de la mente es propicio, pueden ocurrir transformaciones espirituales repentinas; cuando los valores espirituales reciben el reconocimiento adecuado, los significados cósmicos se vuelven discernibles, y la persona se libera cada vez más de los obstáculos del tiempo y de las limitaciones del espacio. 
El Libro de Urantia p.740, doc. 65-8 

INTRODUCCIÓN
En el gran universo, donde se encuentra nuestro planeta, existen muchas realidades cósmicas totalmente desconocidas por nosotros. Estos fenómenos no son de naturaleza material, tampoco son procesos térmicos, electromagnéticos o nucleares y, por esta razón, nuestras ciencias no pueden descubrirlos. Muchas realidades cósmicas son derivadas de las energías universales desconocidas por las ciencias actuales.

Además, en el cosmos habitan muchos seres; los llamaremos seres celestiales. Estos seres no están en el estado material como nosotros; se encuentran en el estado espiritual. Son eternos; no poseen un cuerpo material y tienen una inteligencia muy superior a la de los humanos. La existencia de estos seres tampoco puede ser detectada por los aparatos científicos o ser calculada por las matemáticas avanzadas. 

Las diferentes religiones terrenales conocen algo de estas realidades cósmicas, por ejemplo la existencia de Dios y de algunos seres celestiales como ángeles, arcángeles, los Melquisedek, pero no más. Los libros sagrados hablan también de otros fenómenos como la existencia del Paraíso y de la vida eterna, que puede tener un ser humano después de su muerte física. Las iglesias de nuestro planeta presentan todos estos fenómenos en una forma muy simplificada, alegórica, porque no poseen conocimientos suficientes de estas realidades cósmicas, que son bastante complejas para la comprensión humana. Mucha gente de nuestro planeta confía únicamente en las afirmaciones científicas y creen ciegamente en que lo inmaterial no existe. 

Las ciencias oficiales están dirigidas únicamente a las investigaciones de la materia y es un hecho que las matemáticas más avanzadas no son capaces de describir los procesos no materiales, pero este hecho no significa que realidades cósmicas inmateriales no ocurran en el Universo. Cuando la humanidad evolucione en su totalidad, cuando los seres humanos dejen de construir las armas de destrucción masiva, cuando la moral de vida humana se eleve en todo el planeta, cuando aparezca la hermandad entre todas las naciones, llegarán los tiempos de grandes descubrimientos científicos. El mundo conocerá la existencia de otra clase de energías, que son energías universales que reemplazarán a todas las energías conocidas, térmica, atómica, nuclear, electromagnética, etc. No habrá necesidad en el petróleo y los vuelos espaciales tendrán otra tecnología. En nuestra época los seres humanos aún no están preparados para que nuestras ciencias descubran estas realidades cósmicas, porque las energías universales son muy poderosas, ya que la humanidad de ahora podría aniquilarse por la consecuencia de su inmadurez. 

El Universo del espacio-tiempo, donde vivimos nosotros, fue planificado, construido, armonizado y está bien administrado desde la eternidad. Cuando la humanidad terrenal avance en su progreso de la inteligencia espiritual, llegarán nuevos descubrimientos científicos de grandes realidades cósmicas materiales y no materiales, que serán mucho 
más sorprendentes que los avances tecnológicos y científicos del siglo veintiuno. 

Las realidades cósmicas son bastante complejas y poco comprensibles para nosotros y surgen las siguientes preguntas: 
1. ¿Por qué las generaciones antiguas tenían conocimientos acerca de algunas 
realidades cósmicas y por qué nosotros, los seres modernos, que disponemos de la tecnología avanzada no los conocemos? 
2. ¿Por qué nuestras ciencias oficiales rechazan la existencia de los fenómenos no materiales en lugar de estudiarlos? 
3. ¿Cómo podían las antiguas civilizaciones como, los mayas, los incas, los egipcios, etc., construir los monumentos gigantescos, hechos en perfección? ¿Manejaban antigravedad? 
4. ¿Cómo podían las tribus primitivas, como Dogones de Africa, y muchas otras conocer la matemática, la astronomía avanzada incluyendo el movimiento de los planetas, los calendarios celestiales, la existencia de las tres estrellas Sirios? ¿De dónde llegaban estos conocimientos? 
5. ¿Por qué los humanos primitivos sabían mucho más acerca de la espiritualidad que nosotros? 
A todas estas preguntas y a muchas más nos contesta El Libro de Urantia, que es un 
libro de revelaciones de las realidades cósmicas. 

El Libro de Urantia describe los fenómenos cósmicos en una forma muy comprensible para nosotros, los seres humanos del siglo veintiuno de este planeta Tierra Urantia. En el comienzo del libro, está escrito que la humanidad de nuestro planeta tiene una gran confusión y total desconocimiento de unos fenómenos cósmicos principales como la existencia de la Trinidad Paradisiaca y de los Seres de Divinidad que manejan, planifican, construyen y administran todo el Universo. El Libro nos explica la existencia de una gran cantidad de seres celestiales, no materiales, que se encuentran en el estado espiritual y también en otros estados 
desconocidos por nosotros. Estos seres celestiales que habitan en diferentes planetas, fueron creados con unos propósitos específicos de trabajar para el funcionamiento perfecto, y el progreso de todo el Universo. Los seres celestiales se dividen por órdenes, clases, grupos etc., existe también la jerarquía celeste de divinidad, donde Dios ocupa el primer puesto, con su espíritu más puro de todos. 

En las edades prehistóricas de nuestro planeta Urantia, hace centenas de miles de años, la gente primitiva recibía información sobre algunos fenómenos cósmicos, que les fueron revelados en una forma muy simple, porque estos acontecimientos universales tenían que ser comprendidos por los humanos muy primarios. 
Con el paso del tiempo, después de inventar la escritura, algunos profetas y otros escribas comenzaron a describir estas revelaciones. Así aparecieron las escrituras sagradas que fueron la base del libro sagrado de los judíos, La Torá, de la cual salieron La Biblia Cristiana y El Corán Islámico. 




Estos libros sagrados describen las realidades cósmicas en una forma bastante simplificada y distorsionada y por esta razón muchos seres humanos contemporáneos no dan credibilidad a estas escrituras. 
Los documentos de El Libro de Urantia, donde están descritas las revelaciones de muchas realidades cósmicas, fueron escritos y traducidos al inglés por seres celestiales con el propósito de abrir la mente humana a la conciencia cósmica y a la percepción espiritual. Tenemos que ser conscientes que la comisión de seres celestiales, elegidos para escribir El Libro de Urantia tuvo que superar muchos problemas. Los documentos que forman el libro fueron escritos en el idioma de Uversa, que es la capital de nuestro
superuniverso, después fueron traducidos al idioma inglés y enviados a nuestro planeta. El idioma inglés, como cualquier otro idioma de nuestro planeta, no posee símbolos verbales adecuados para describir los fenómenos cósmicos; además, las realidades cósmicas son bastante complejas y no tienen ninguna comparación con nuestra vida terrenal, por esta razón su descripción en las lenguas humanas es bastante difícil. El presente artículo tiene como propósito explicar algunas realidades cósmicas descritas en El Libro de Urantia, especialmente aquellas que tienen gran importancia para nosotros en esta vida actual. Nuestro planeta ha tenido cuatro épocas de grandes revelaciones hace 500.000, 38.000, 4.000 y 2.000 años atrás. 




Al libro de Urantia se le conoce como la quinta revelación, en la que se describen los mismos acontecimientos que se encuentran en los libros sagrados, pero El Libro de Urantia describe las realidades cósmicas en una forma científica y con un lenguaje comprensible para los seres humanos del siglo veintiuno. 
Los autores celestiales del libro nos dicen que en un futuro los científicos de nuestro planeta lograrán unos descubrimientos asombrosos en física, cosmología, biología, genética, etc., y que, con cada descubrimiento, van a pensar que lograron conocer los últimos secretos de la naturaleza, pero en realidad van a dar un pasito adelante en la comprensión de los secretos de Dios, que son interminables. 
En muchos países del mundo, los estudiantes de El Libro de Urantia escriben libros, artículos, trabajos, presentan conferencias, realizan foros, congresos, videos acerca de diferentes temas descritos en el libro. Mucha información también se encuentra en las páginas WEB presentadas en diferentes idiomas. 

La humanidad poco a poco comienza a despertarse de la ignorancia en los conocimientos cósmicos y descubrir la verdad acerca de la construcción del gran universo, la existencia de vida celestial y la aparición de la vida terrestre, también la existencia de muchas otras realidades cósmicas desconocidas por nosotros. [1]

1. DIOS, DEIDAD Y EL PARAISO 

Dios es el símbolo verbal que designa a todas las personalizaciones de la Deidad. La palabra Deidad significa la presentación de Dios en diversos niveles de su existencia, que son realidades cósmicas. En el libro de Urantia está escrito: “La conciencia del hombre experimenta un impulso irresistible de simbolizar los conceptos finitos de Dios, pero la Deidad, presentada como Dios, tiene muchos niveles de existencia”. Dios puede ser prepersonal, personal y superpersonal, pero estos conceptos no son plenamente comprensibles para los humanos. El concepto de Dios es bastante complicado para nuestra comprensión y la simplificación de este concepto que hacen las iglesias es poco aceptada por la gente contemporánea. [2]
Dios, como Deidad funciona en los siete niveles de la realidad suprema, que es la realidad supermaterial que representa cosas aún más incomprensibles para nosotros, porque somos casi cien porciento materiales. Para los seres humanos, la mejor forma de presentar a Dios es reconocerlo como nuestro Padre Universal. 
Dios es la Primera Fuente y Centro de todo lo que está en el cosmos, sin Él no podría existir nada. Dios es quien genera la fuerza primordial que sale del Paraíso y se convierte en materia después de muchas transformaciones. [3] 

El libro de Urantia describe la existencia de otra realidad cósmica: la Trinidad del Paraíso, la cual está formada por el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. Ninguna iglesia terrenal maneja este concepto de la Trinidad del Paraíso, que es la Deidad Suprema. 

El libro de Urantia describe la aparición de la Trinidad del Paraíso en la siguiente forma: 
“El término teórico de Dios, como YO SOY, logró realizar la transformación necesaria, cuando por desdoblamiento originó El Hijo Eterno, y con esto simultáneamente apareció la Isla del Paraíso, que es la Fuente Eterna de las pre-energías universales. En coexistencia del Padre Universal con El Hijo Eterno y en la presencia del Paraíso apareció la tercera persona de la Deidad, el Espíritu Infinito”. 




El libro de Urantia nos describe de una forma filosófica el funcionamiento de esta Deidad Suprema del, que maneja y administra la existencia física del Universo, la creación de diferentes formas de vida y el ministerio de la mente cósmica y humana.[4] 

El Padre Universal, Dios, actúa en los siguientes niveles cósmicos de realidad: 
1. El nivel finito, se caracteriza por la vida de las criaturas en el Universo de espacio tiempo. Las realidades finitas pueden no tener fin, pero siempre tienen el comienzo, son 
creados. 
2. El nivel absónito, se caracteriza por cosas y seres sin comienzo ni fin y ellos 
trascienden el espacio y el tiempo. No son creados, simplemente son. 
3. El nivel absoluto, se manifiesta sin comienzo, sin fin, sin espacio y sin tiempo. 
La Isla del Paraíso pertenece al nivel absoluto, es decir, se encuentra fuera del 
espacio y tiempo, es inmóvil, siendo el único cuerpo cósmico estacionario. 

La Isla Eterna es la fuente autentica de las pre-energias cósmicas, las cuales son enviadas a los universos físicos del espacio y tiempo, donde vivimos nosotros. La Trinidad del Paraíso: el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito se encuentran permanentemente en el Centro del Paraíso Superior, allí está su morada eterna. [5] 


El libro de Urantia tiene 354 páginas dedicadas a la explicación de los atributos de Dios, de la Trinidad Paradisiaca y de la Isla del Paraíso. 

Los 196 documentos que contiene este libro describen también otras realidades, como la historia de nuestro planeta comenzando desde miles de millones de años atrás, el origen de la vida y de las razas humanas del planeta, la vida de nuestro Hijo Creador Soberano, Mikael de Nebadón, en planeta Tierra, como un ser humano a quien llamaron Jesús de Nazareth o Jesucristo (Su nombre humano verdadero era Jeshua ben Josef)





2. EL ALMA, EL ESPIRITU Y LA PERSONALIDAD 
En el libro de Urantia, a nosotros los seres humanos, se nos llama criaturas mortales 
o simplemente mortales. En general, la vida en todo el universo es espiritual, es decir, los 
seres celestiales están en el estado espiritual y son inmortales, viven para siempre. 

Nosotros, los seres humanos, estamos en el estado material, somos de origen animal, vivimos muy corto tiempo y tenemos que pasar por la puerta de la muerte; por esta razón nos llaman mortales. 
El Padre Universal, el creador directo o indirecto de todo lo que existe en el universo, no tenía necesidad de crear unos seres materiales de origen animal, imperfectos, pero este fue su plan especial, por medio del cual un ser humano puede evolucionar y llegar hasta la perfección pasando por muchas vidas, hasta llegar a ser parecido a Él. 
Los documentos de El Libro de Urantia nos enseñan todo el programa de la 
evolución de un ser humano, que se realiza durante muchas vidas futuras en unos estados 
no materiales. 
En el cosmos existen tres formas principales de la existencia de seres: espiritual, morontial y material. Es muy importante para nosotros saber que la vida que llevamos no es la única, que un ser humano potencialmente puede tener muchas vidas futuras siempre y cuando gane el juicio celestial de supervivencia. 




La gente, los que son devotos de Dios de verdad y los que creen que todo el 
universo, la naturaleza y la vida son obra de Dios tienen que pensar también que el Padre 
Universal no podía limitar a un ser humano dándole a el una sola vida material, muy corta y 
tan problemática. Si fuera así, la vida terrenal, no tendría sentido ni el propósito de la 
existencia; sería una vida desechable, parecida a la vida de los animales, pero, si Dios nos 
dio la inteligencia, debe ser para poder comprender sus obras, la creación del universo y la 
creación de diferentes formas de vidas. Nuestra vida terrenal es bastante corta y el cuerpo 
material es bastante frágil para lograr suficiente progreso en perfección en una sola vida, 
por esta razón, deben existir otras vidas para lograr la perfección y también para conocer 
otras formas de existencia, que son realidades cósmicas. 
La información más cercana sobre de la supervivencia humana la tenían las antiguas 
religiones de Egipto. Por ejemplo, los egipcios valoraban más la vida futura que la presente; 
sabían acerca de la existencia de otras vidas después de la muerte, como consta en Los 
libros de los muertos encontrados en Egipto. 


Los egipcios tenían también los
conocimientos acerca del juicio celestial y
lo presentaban en una forma muy
alegórica: después de la muerte física, el
alma de un ser humano debería ser pesada
en una balanza, si era más liviana que una
pluma, la persona sobreviviría, si el alma
pesaba más que una pluma, se desaparecía para siempre.

Miles de años atrás, los egipcios sabían que para ganar la supervivencia humana había que vivir la vida sin egoísmo, practicando una alta moral de vida. El libro de Urantia nos enseña que no existen las vidas pasadas; nuestra vida es la primera que tenemos, estamos en el estado material, somos de origen animal y, por esta razón, tenemos muchos defectos. Con la claridad, los autores del libro nos explican el propósito de la vida humana y la existencia de vidas futuras en otros estados cósmicos. Un ser humano está formado por cuatro partes que son realidades cósmicas: el cuerpo, el alma, el espíritu y la personalidad.


El cuerpo es como una casa donde se desarrolla el alma humana. Nuestra medicina contemporánea en el último siglo ha progresado bastante y ahora puede realizar las cirugías de trasplante de órganos. Se puede cambiar casi cualquier órgano del cuerpo humano, pero con esto la persona no se cambia. De este hecho se puede concluir que un ser humano es algo más que su cuerpo.







El alma: el libro de Urantia nos enseña que cada ser
humano posee un alma que surge después de su nacimiento y se desarrolla durante toda su vida terrenal. El alma no es material, por esta razón no puede ser detectada por ningún aparato científico. El alma está 
en un estado morontial y este estado es una de las realidades cósmicas que existe entre el estado material y el estado espiritual. Lo que sobrevive la vida terrenal de un mortal es su alma morontial. El alma de un ser humano potencialmente puede tener la vida eterna o la muerte eterna. El progreso y la evolución del alma humana durante la vida terrenal dependen de su cooperación con el Ajustador del Pensamiento. 
El Espíritu o Ajustador del Pensamiento es una mínima parte del Padre Universal, que todos los seres humanos de este planeta tenemos en el cerebro. Es un gran privilegio para nosotros tener una pequeñísima parte del espíritu más puro que hay en todo el cosmos, el Espíritu de Dios. 
Hace 2.000 años, después de la vida terrenal de nuestro creador Jesús de Nazaret, todos los seres humanos poseen el Ajustador del Pensamiento. Antes de la llegada de Jesús únicamente las personas elegidas podían tener la pequeñísima parte del Espíritu del Padre: estas personas eran seleccionadas por sus logros de progreso intelectual, espiritual y humano. 

Este espíritu puro tiene el nombre de Ajustador del Pensamiento (Chispa Divina) (Mentor Divino), quien entra en la mente de un ser humano antes de cumplir los seis años de edad. El Ajustador guía el desarrollo del alma de un ser humano por el camino hacia Dios, pero nunca va contra la voluntad de la persona. Si la criatura humana se niega seguir el camino indicado, abraza la iniquidad, y se aleja del camino divino de progreso, el Ajustador puede abandonar a su protegido. [6]

Los autores de El Libro de Urantia nos aseguran que no son capaces de explicar exactamente cómo actúan los Ajustadores en las mentes humanas y en sus almas, pero nos dicen que ningún ser humano puede sentir planamente su influencia. La actividad del Ajustador del Pensamiento es incomprensible para seres humanos y también para seres celestiales su labor es un secreto de Dios. El Ajustador o el Mentor de la mente es la fuente del logro espiritual de la criatura humana y, gracias a él, un ser humano puede tener la posibilidad de sobrevivir, es decir, tener las vidas futuras, después la muerte física. [7] 

La personalidad (ser personal): todos los seres
humanos tenemos diferentes personalidades. La gente puede ser idéntica físicamente pero sus personalidades son distintas. No solamente la gente de este planeta poseen diferentes personalidades, todos los seres vivos materiales, morontiales, espirituales poseen personalidades diferentes. 









La personalidad de un ser humano no es ni su cuerpo ni su mente ni su alma ni el Espíritu. Es muy difícil determinar qué es lo que es. La personalidad es una realidad cósmica, es única y pertenece a una criatura determinada; es invariable y se conserva en todas sus vidas futuras. La personalidad es otorgada únicamente por el Padre Universal; es un don que el Padre realiza de las energías vivientes cósmicas y lo asocia a la vida material de un ser viviente. [8] 
“Los seres humanos, desde una perspectiva cósmica, nacen, viven y mueren en un instante 
relativo del tiempo, no son perdurables. Pero la personalidad de un mortal posee el poder de 
transferir la identidad pasajera de vida terrenal a un sistema más elevado del alma morontial 
que es potencialmente inmortal. La carrera de ascensión de un mortal es muy larga. Así 
como surge la mariposa de su etapa de oruga, del mismo modo la verdadera personalidad 
de un ser humano surge en los mundos de estancia por primera vez libre de la vestimenta de 
antaño en la carne material”. [9] 

3. VIDAS FUTURAS Y TRANSPORTE INTERPLANETARIO 
Los documentos de El Libro de Urantia nos revelan cómo y dónde un ser humano puede tener vidas futuras después de su muerte física. Las próximas vidas se llevarán a cabo en unos planetas arquitectónicos que fueron construidos por una técnica especial, totalmente distinta de cómo se creó “naturalmente” nuestro sistema solar junto con el planeta Tierra. Los planetas arquitectónicos fueron construidos artificialmente y materializados directamente de la energía física universal. Estos planetas no necesitan soles; se calientan y se iluminan por el flujo de la energía universal. No tienen volcanes, terremotos ni montañas altas ni océanos; son de extrema belleza y la vida allá es muy distinta de la que conocemos aquí en la Tierra. 
Estos planetas no son visibles en nuestros telescopios porque no reflejan la luz. La vida en ellos es de origen morontial, es decir, los cuerpos que van a tener los supervivientes humanos serán cuerpos morontiales, que son mucho más livianos que los cuerpos materiales. 
Las primeras siete esferas arquitectónicas, donde van a vivir los humanos sobrevivientes, se llaman siete mundos de estancia. Algunas religiones terrenales llaman a estos mundos los siete cielos. Después de la muerte física de un ser humano, lo que sobrevive es su alma, la cual en un futuro será conducida al primer mundo de estancia. [10]



Los que realizan el transporte interplanetario son los seres celestiales llamados serafines transportadores. El Libro de Urantia nos explica cómo funciona esta realidad cósmica: “A los seres humanos algunas veces se les han permitido observar a los serafines que estaban preparados para el servicio de transporte. El serafín transportador se coloca en una posición horizontal por encima del polo de la energía universal del planeta. La personalidad durmiente, el alma, se deposita por los asistentes seráficos, directamente encima del ángel transportador. Luego los cuatro pares de escudos del serafín se cierran y se ajustan cuidadosamente. Estos pares de escudos parecen a un juego de doble alas, de la cual salió la idea errónea de que los ángeles poseen alas. El serafín comienza a girar colocándose en la dirección de la corriente de energía de 
los circuitos del universo. La apariencia exterior del serafín se vuelve alargada y envuelta en una extraña luz de color ámbar, el color de la energía universal, como nosotros la podemos percibir. El serafín se convierte en una silueta casi transparente y vibrante, y sale disparado a la velocidad de un relámpago” [11] 
Los serafines transportadores viajan dentro de los circuitos de energía física universal que están distribuidos por todo el cosmos y pueden desarrollar velocidades tres veces mayores que la velocidad de la luz. Ellos no atraviesan el espacio como una bala. Durante un período después de la muerte física, hasta su transporte interplanetario, las almas de los supervivientes dormidos están guardadas por los serafines guardianes. Las resurrecciones de los mortales se llevan a cabo en las salas de resurrección en el primer mundo de estancia, “el primer cielo”, donde se reconstruye un nuevo cuerpo morontial para el alma superviviente. Esta alma se despierta en la presencia de su serafín guardián y de su Ajustador. Al nuevo cuerpo, el serafín devuelve su alma y el Ajustador su personalidad, la matriz de la mente y la memoria seleccionada que será útil para su vida futura. Luego, al nuevo ser morontial, le asignan residencia permanente y un período de diez días de libertad personal para consultar los registros de los seres vivientes en este mundo y encontrar a sus familiares y amigos terrestres que llegaron antes a este planeta morontial. [12]

La ascensión de un ser superviviente en nuestro universo local tiene el siguiente camino; después de la vida terrenal, el sobreviviente tendrá 7 vidas en los planetas del 

sistema local que se llaman “los siete cielos” y una vida en Jerusem, que es la capital de 
nuestro sistema local. 
Después, este ser morontial será transportado a los planetas de constelación, donde vivirá 71 vidas en diferentes planetas arquitectónicos. Lo que sigue son las 491 vidas en los planetas que rodean a Salvington, la sede central de nuestro universo local. En total un ser humano vivirá 570 vidas en el estado morontial en nuestro universo local. Después el superviviente vivirá miles de millones de vidas en el estado espiritual pasando de un planeta a otro hacia el centro del gran universo donde se encuentra la Isla del Paraíso. 


4. SALIDAS DEL PLANETA 
La vida terrenal de todos los seres humanos es evaluada por medio de una técnica que se llama los siete círculos cósmicos de logro evolutivo. La evaluación comienza a partir del séptimo círculo, y un ser humano, en su progreso evolutivo puede llegar al primer círculo, si la muerte física no interrumpe su vida terrestre. Una criatura humana está en permanente progreso siempre y cuando logra dominarse a sí misma, cuando cumple la tarea de autocomprensión, la autoconquista y el autodominio. 


Los seres humanos que están en el círculo inicial, el séptimo cuentan con un ángel guardián que cuida a mil mortales, en realidad son dos serafines guardianes uno positivo, otro negativo, y 144 pares de querubines que les colaboran en su trabajo. En el sexto círculo, un par de serafines cuida a quinientas personas. En el quinto círculo, los seres humanos se agrupan en cien personas, cuidadas por un par de serafines. Al conseguir el cuarto circulo los seres mortales son reunidos de a diez personas y se les cuida por un par de serafines guardianes. A los serafines les ayudan los querubines y sanobines. Cuando una mente mortal alcanza a llegar al tercer circulo de la intelectualidad humana y de la espiritualidad adquirida, un ángel personal se dedica exclusivamente al cuidado de este mortal ascendente. [13] 


Para las almas humanas que lograron la supervivencia eterna, existen varios planes 
para la salida del planeta Tierra: 
1. Dispensación grupal milenia. Cada mil años de tiempo planetario se realiza el juicio celestial de las almas dormidas, cuando el “Angel de Mikael” toca la trompeta. Todas las almas que lograron la vida eterna se agrupan y se les traslada a los mundos de estancia. 
2. Dispensación grupal epocal. Otro despertar grupal se produce a la llegada de un Hijo Magistrado del Paraíso, un Avonal, asignado para el juicio del planeta. Esto ocurre aproximadamente de veinticinco a
cincuenta mil años. Nuestro planeta nunca ha recibido un Hijo Avonal. 
3. Salida Individual. Los mortales que alcanzaron el tercer circulo cósmico de progreso humano aparecen en los mundos de estancia “al tercer día” después de su muerte. Los seres más avanzados pueden comenzar su carrera morontial en cualquier mundo de estancia, de acuerdo con su progreso planetario, algunos pueden empezar su experiencia morontial a partir del séptimo mundo de estancia. 
4. Niños en período de prueba. Los niños que mueren a temprana edad y todavía no alcanzaron a tener un Ajustador de Pensamiento despiertan en el primer mundo de estancia en el momento cuando llega uno de sus padres. Otros niños y jóvenes en los que habita un Ajustador viven en las guarderías probatorias, y aparecen allá en el tercer día de su muerte, o en una dispensación milenaria. 



5. Mortales de la segunda orden modificada de ascensión. Estos son los seres 
humanos progresivos de los planetas antiguos. No son inmunes a la muerte natural, 
pero están exentos de pasar a través de los siete mundos de estancia. Se despiertan 
en la sede central de su sistema local, o en los mundos de la constelación, y de allí 
comienzan la ascensión al Paraíso. Pero, antes de ir adelante, deben regresar como 
instructores a los mundos donde no estuvieron y lograr experiencia como maestros 
en las escuelas de progreso morontial. 
6. Mortales de la primera orden modificada de ascensión. Estos seres 
glorificados están exentos de pasar a través de las puertas de la muerte. Se fusionan 
con el Ajustador en su vida terrenal y junto con el atraviesan el espacio libremente 
sometidos a la atracción del Hijo Creador Soberano. “Son trasladados de entre los 
vivos y aparecen inmediatamente en la presencia del Hijo Soberano en la sede 
central del Universo Local. En general esto ocurre en los planetas antiguos que 
entraron al estado de luz y vida hace mucho tiempo”. [14]
En El Libro de Urantia está escrito que el primer ser humano de nuestro planeta 
que logró este privilegio fue Enoc, el nieto de Adám. Otro humano quien logró este 
privilegio fue “el profeta Elías quien subió en el carro de fuego que lo llevó por el 
torbellino al cielo”, como está escrito en la Tanaj. [15] 

5. LA SUPERVIVENCIA DEL YO HUMANO 
Cuando preguntamos a una persona si quiere sobrevivir o no, la mayoría responden 
que sí, pero la decisión acerca de su supervivencia depende del comportamiento del ser 
humano durante toda su vida y se determina por la capacidad de sus progresos materiales, 
mentales y espirituales. La persona debe aprender a perfeccionarse, es decir, vivir una vida 
en permanente progreso, evolucionando paso a paso, día tras día. Lo más importante de 
toda la vida humana es ganar el juicio final, que se realiza cada mil años. 
El libro dice que uno mismo escoge sobrevivir o no, pero la decisión acerca de la 
vida eterna de la persona la toman unos jueces celestiales que analizan tu interior. Existen tambien diferentes registros celestiales donde se guarda la información sobre cada ser 
humano, y cuando llega la hora, los jueces celestes nos juzgan no necesariamente por los hechos, 
sino mas bien por las intenciones verdaderasy las circunstancias. 
Existen los ángeles que se llaman santidad del servicio, y que son verdaderos 
lectores de la mente, investigadores del corazón y reveladores del alma. “Los mortales 
pueden emplear palabras para ocultar sus pensamientos, pero estos altos seconafines 
desnudan los motivos profundos del corazón humano”. [16] 

Lo que pone obstáculo y no permite obtener la perfección o la comprención amorosa es el egoísmo humano. El egoísmo es un defecto muy grave que dificulta el progreso del alma para desarrollarse 
por un camino espiritual y no permite que la persona viva su vida con alta moral:“La 
inteligencia por sí sola no puede llevar a una persona a vivir su vida con una moral elevada. 
La moralidad y la virtud son unos atributos de la personalidad humana que lo hacen 
progresar y lo distingue del mundo animal”. “En su vida terrenal el hombre debe aprender 
a diferenciar los propósitos de sus luchas diarias, saber distinguir entre el bien y el mal. 
Mucha gente no logra llegar a este nivel del progreso moral por razones de la ignorancia, la 
inmadurez, la educación y la ilusión”. [17] 

La rectitud es la virtud que está conforme con la moralidad cósmica. “La moralidad 
nunca se puede promover ni por ley ni por la fuerza. Es un asunto personal y de libre 
albedrío que debe propagarse por el contagio entre las personas con alta moral y aquellas 
que son menos sensibles a la moral, pero tienen, en cierta medida, el deseo de hacer la 
voluntad del Padre”. [18]

En nuestra vida terrenal hacer la voluntad del Padre Universal es perfeccionarse 
cada día en la verdad, en la bondad, en la belleza y en el servicio sincero. El servicio 
siempre debe ser sincero, debe salir espontáneamente del corazón. 
Es necesario aprender a sentir el dolor del prójimo, y también es muy importante 
aprender a compartir su alegría. Para un ser humano es mucho más difícil compartir la 
alegría que la tristeza de un amigo. Es el egoísmo humano el que no le permite compartir la 
alegría, porque el egoísmo produce envidia en un alma primitiva. Algunos seres humanos 
tratan de ocultar el egoísmo utilizando su mente creativa, pero nunca logran engañar a los 
jueces celestiales. 
“Los seres humanos de elevada inteligencia siempre buscan la conducta correcta 
con fines superiores, así como también seleccionan los medios morales para conseguir estos 
fines. Dicha conducta es virtuosa y lleva a la persona a cumplir la voluntad del Padre”. [18] 

La personalidad de un ser humano junto con su libre albedrío, bajo la dirección del 
Ajustador del Pensamiento, se ocupa de desarrollar las siguientes habilidades de un ser 
humano: 
1. Sabiduría superior, que es una decisión moral 
2. La verdad, que es la elección espiritual 
3. Amor altruista, es el servicio de hermandad 
4. Comprensión de los significados universales 
5. Búsqueda sincera de valores divinos 
6. Acercamiento a la mente cósmica 
7. Realización incondicional de la voluntad del Padre Universal 

El altruismo no es un mérito natural; un ser humano no ama al prójimo por el 
instinto, se requiere la comprencion amorosa, el discernimiento de la razón, de la moralidad y el impulso de la religión-espiritualidad. Para generar el altruismo es necesario el conocimiento de Dios. “La conciencia 
social altruista de un ser humano debe ser religiosa, si no lo es, es una abstracción filosófica 
subjetiva y por lo tanto carente de amor”. [19] 

Hay que aprender a vivir la vida terrenal en permanente servicio a los demás, no basta con hablar bonito acerca del servicio, hay que practicarlo sinceramente. Esta habilidad innata de conciencia humana para reconocer y comprender la realidad y la necesidad de otras personas, se extiende desde lo humano a lo divino, y solo el individuo que conoce al Padre puede amar a otra persona como se ama a sí mismo. 
El servicio debe tener un fin determinado y no debe ser esclavizante. El servicio a la humanidad debe ser variado y debe ampliarse día a día. “El servicio, más servicio, servicio difícil, servicio venturoso, y por fin servicio divino y perfecto, es la meta de los seres del espacio y tiempo”. [20] 

Los seres celestiales no son egocéntricos y es importante tener una diversidad de seres humanos sin egoísmo, para que ellos puedan más adelante en otras vidas futuras servir al progreso de todo el universo. Nuestro Hijo Creador dijo: “El que quiere ser más grande entre vosotros, debe ser el servidor de todos”, “Es más noble dar que recibir”. [20] Potencialmente o parcialmente (segun el limite del mundo material), todos los seres humanos pueden llegar a la perfección en este planeta Tierra-Urantia, pero todo depende de su libre albedrio. 
La primera vida humana que vivimos nosotros en el estado material es determinante y hay que vivirla por la altura y la grandeza de la moralidad. “La grandeza es el sinónimo de Divinidad, Dios es supremamente grande y bueno. La grandeza y la bondad son por siempre una sola cosa en Dios, son cualidades de la Divinidad, ser grande es ser semejante a Dios”. [21] 
Cuando los jueces celestiales nos juzgan para el veredicto final de la supervivencia, ellos analizan la calidad del alma, su capacidad de dar, que es la medida del amor. La bondad debe ser desinteresada y dirigida a los propios semejantes merecedores en la necesidad y en el dolor; esta es la verdadera medida de la grandeza de un ser humano. Para la supervivencia humana también es indispensable el desarrollo de su autocontrol. El gran hombre no es el que “conquista una ciudad o derrota una nación”, sino más bien “el que domina su propia lengua”. Un ser humano debe aprender a superar sus defectos y desarrollar la inteligencia para poder manejar su propio yo. [21]

“Cuando más contemplas y más persigues los conceptos de la bondad divina, más crecerás en la grandeza, en verdadera magnitud de carácter genuino de supervivencia. El hombre es el responsable de su propio destino”. [22] 

BIBLIOGRAFÍA 
LU – EL LIBRO DE URANTIA 
[1] www.urantia.org 
[2] LU p.3 Prólogo 
[3] LU p.2 Prólogo 
[4] LU p.108, doc. 10 
[5] LU p.118, doc. 11 
[6] LU p.1176, doc. 107 
[7] LU p.1185, doc. 108 
[8] LU p.9 Prólogo 
[9] LU p.1232 -1235, doc. 112-5. 112-6 
[10] LU p.530, doc. 47 
[11] LU p.438, doc. 39-5 
[12] LU p.533, doc. 47-3 
[13] LU p.1242, doc. 113-2 
[14] LU p.570, doc. 49-6 
[15] Biblia, 2 Reyes 2:1-11 
[16] LU p.316, doc. 28-6 
[17] LU p.192 -194, doc. 16-7 
[18] LU p.193, doc. 16-7 
[19] LU p.196, doc. 16-9 
[20] LU p.316, doc. 28-6 
[21] LU p.317, doc. 28-7 
[22] LU p.1232, doc. 112-5 

Fuente: http://www.urantiabook.org/Spanish/Estudios/pdfs/REALIDADES COSMICAS.pdf

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