El Libro de Urantia no hace uso directo de nuestro sistema de clasificación basado en latín. Sin embargo, hace algunas afirmaciones que no sólo se correlacionan con el sistema de clasificación taxonómica sino que también sugieren formas de refinarlo.
La "procreación (apareamiento) " es un tema que muchas personas no les gusta discutir cuando se trata de la evolución humana. Para algunas personas, el pensamiento de que nuestros antiguos antepasados humanos contaminaron nuestro grupo genético con genética subhumana es un tema incómodo. Sin embargo, no es de extrañar que tal cosa hubiera ocurrido, y esto es exactamente lo que sucedió de acuerdo con El Libro de Urantia.
En su explicación de la evolución humana, el Libro de Urantia proporciona una visión de cómo el plan de Dios hace bien el espectro completo de la vida evolutiva. Los autores indican que si bien nuestro desarrollo hacia el funcionamiento a través de mejores estándares de procreación y límites más claros es ciertamente deseable, nuestra incapacidad de apreciar la sabiduría detrás de un proceso de evolución humana que abarca un espectro tan amplio de expresión es nuestra deficiencia, no de Dios. El Libro de Urantia nos ayuda a salvar ese abismo. Esta es una parte importante del propósito del libro, pero este documento no es el lugar para esa conversación.
El Libro de Urantia enseña que los primeros seres humanos -los individuos cuyas mentes funcionaban con la sabiduría humana- eran un par de gemelos (llamados Andon y Fonta), y dice que eran el origen único de la humanidad, exhibiendo esta cualidad de función mental en la Primera generación de la mutación que los creó hace aproximadamente un millón de años. Respecto a la evolución humana, el Libro de Urantia explica:
Incluso la pérdida de Andón y Fonta antes de que tuvieran prole, aunque habría demorado la evolución humana, no la hubiera impedido. Posteriormente a la aparición de Andón y Fonta y antes de que los potenciales humanos de la mutación de la vida animal se agotaran, evolucionaron no menos de siete mil especies favorables que podían haber logrado alguna suerte de desarrollo del tipo humano. Gran parte de estas especies mejores fueron asimiladas ulteriormente por las distintas ramas de la especie humana que estaba expandiéndose.
En su explicación de la evolución humana, el Libro de Urantia proporciona una visión de cómo el plan de Dios hace bien el espectro completo de la vida evolutiva. Los autores indican que si bien nuestro desarrollo hacia el funcionamiento a través de mejores estándares de procreación y límites más claros es ciertamente deseable, nuestra incapacidad de apreciar la sabiduría detrás de un proceso de evolución humana que abarca un espectro tan amplio de expresión es nuestra deficiencia, no de Dios. El Libro de Urantia nos ayuda a salvar ese abismo. Esta es una parte importante del propósito del libro, pero este documento no es el lugar para esa conversación.
El Libro de Urantia enseña que los primeros seres humanos -los individuos cuyas mentes funcionaban con la sabiduría humana- eran un par de gemelos (llamados Andon y Fonta), y dice que eran el origen único de la humanidad, exhibiendo esta cualidad de función mental en la Primera generación de la mutación que los creó hace aproximadamente un millón de años. Respecto a la evolución humana, el Libro de Urantia explica:
Incluso la pérdida de Andón y Fonta antes de que tuvieran prole, aunque habría demorado la evolución humana, no la hubiera impedido. Posteriormente a la aparición de Andón y Fonta y antes de que los potenciales humanos de la mutación de la vida animal se agotaran, evolucionaron no menos de siete mil especies favorables que podían haber logrado alguna suerte de desarrollo del tipo humano. Gran parte de estas especies mejores fueron asimiladas ulteriormente por las distintas ramas de la especie humana que estaba expandiéndose.
Por supuesto, un enfoque puramente científico no conduce lógicamente a la conclusión de que el proceso evolutivo que produjo los primeros seres humanos se detendría una vez que los primeros evolucionaron. Esto sólo se vuelve lógico cuando la evolución se ve como la técnica de la creación, que es lo que enseña el Libro de Urantia. "La humanidad en Urantia debe resolver sus problemas de desarrollo mortal con las poblaciones humanas que tiene: no más razas evolucionarán de fuentes prehumanas durante todo el tiempo futuro. Pero este hecho no excluye la posibilidad de alcanzar niveles mucho más altos de desarrollo humano a través del fomento inteligente de los potenciales evolutivos que todavía residen en las razas mortales. "Desde el punto de vista de las relaciones interpersonales, es más fácil promover la paz y la armonía entre todas las personas con la creencia de que todos vinieron de la misma pareja original. Si Dios hace que la vida funcione de esta manera, esto es al menos consistente con la lógica del amor.
La sugerencia de que los seres humanos primitivos -los andonitas- pudieron haberse asociado con otras subespecies que no tenían potencial humano es consistente con las dificultades que los antropólogos tienen para tratar de explicar los registros fósiles y establecer una línea clara de evolución hacia el Homo sapiens (" Homo sapiens ") y Homo sapiens sapiens. Debido a que la postura erecta es generalmente apreciada como fundamental para la evolución de los seres humanos y debido a la posición que erectus actualmente sostiene en la taxonomía, este término es una opción obvia para la inclusión en la línea que conduce directamente a sapiens sapiens.
Dentro del marco del Libro de Urantia para definir a la humanidad, la cualidad humana esencial -la sabiduría humana- no puede ser identificada esqueléticamente. Como lo indica la cita anterior, los primeros seres humanos fueron capaces de aparearse con otros de su especie que no exhibían cualidades humanas (aunque algunos de sus descendientes mixtos exhibían sabiduría humana). Además, el Libro de Urantia hace una distinción con respecto a si el fondo genético general de una población es suficiente para apoyar la civilización avanzada.
El Libro de Urantia enseña que no había una base genética suficiente para sostener la civilización en la mutación original que creó un nivel humano de sabiduría. Era suficiente para que un nivel humano de sabiduría se desarrollara en algunos individuos, pero no suficiente para crear un nivel grupal de sabiduría humana: la sabiduría necesaria para salir de la Edad de Piedra y comenzar la creación de una civilización avanzada.
Una taxonomía del ser humano basada en el Libro de Urantia:
El Homo erectus prosapiens: Los andonitas, descendientes de los dos primeros seres humanos, una mutación evolutiva que ocurrió hace aproximadamente 1,000,000 años. Debido a que la humanidad se dice que sólo han evolucionado directamente a través de los andonitas, todos los prosapiens deben tener una cierta cantidad de herencia andonita. Desde un punto de vista esquelético, por supuesto, es imposible decir si un individuo específico estaba funcionando realmente con la sabiduría humana.
Pero, en general, aquellos sitios arqueológicos que presentan fósiles y/u otros artefactos que indican una fabricación de herramientas más avanzada probablemente tuvieron un porcentaje significativamente mayor de sus poblaciones que funcionan con sabiduría humana que sus contemporáneos menos desarrollados. El Libro de Urantia dice:
Una taxonomía del ser humano basada en el Libro de Urantia:
El Homo erectus prosapiens: Los andonitas, descendientes de los dos primeros seres humanos, una mutación evolutiva que ocurrió hace aproximadamente 1,000,000 años. Debido a que la humanidad se dice que sólo han evolucionado directamente a través de los andonitas, todos los prosapiens deben tener una cierta cantidad de herencia andonita. Desde un punto de vista esquelético, por supuesto, es imposible decir si un individuo específico estaba funcionando realmente con la sabiduría humana.
Pero, en general, aquellos sitios arqueológicos que presentan fósiles y/u otros artefactos que indican una fabricación de herramientas más avanzada probablemente tuvieron un porcentaje significativamente mayor de sus poblaciones que funcionan con sabiduría humana que sus contemporáneos menos desarrollados. El Libro de Urantia dice:
Los grupos que se desplazaban hacia el oeste se contaminaron menos con las razas atrasadas de común origen atávico que los que se desplazaban hacia el este, quienes solían mezclarse muy libremente con sus primos animales retrasados. Estos individuos retrógrados fueron emigrando poco a poco hacia el sur y, a la postre, se aparearon con las tribus pobremente dotadas. Más adelante sus descendientes híbridos regresaron al norte y se aparearon con los pueblos andónicos que iban expandiéndose con rapidez; y tales uniones aciagas, indefectiblemente, deterioraron la raza mejor dotada.
El Homo erectus subsapiens: Esta clasificación abarca toda la gama de tipos que son capaces de reproducirse con Homo erectus prosapiens pero no tienen la base genética necesaria para soportar la función de la sabiduría humana. Las "siete mil estirpes favorables que podrían haber logrado algún tipo de desarrollo humano" y "posteriormente fueron asimiladas por las diversas ramas de la especie humana en expansión" están en esta clasificación.Sin tener una conexión directa con Andon y Fonta-d el primero Homo erectus prosapiens-ningún individuo, de acuerdo con El Libro de Urantia, puede ser H. erectus prosapiens. Las citas anteriores se refieren al período de tiempo después del desarrollo de H. erectus prosapiens y abarca todo el espectro de H. erectus subsapiens-ones que prácticamente no tienen ninguna posibilidad de producir descendencia que alcanzará la sabiduría humana a través de aquellos cuya descendencia tendría una excelente oportunidad .
Hace 900.000 años las artes de Andón y Fonta y la cultura de Onagar se estaban desvaneciendo de la faz de la tierra; la cultura, la religión y hasta el trabajo del sílex estaban en plena decadencia.
En estos tiempos llegaron a Inglaterra, provenientes de Francia meridional grandes grupos de mestizos pobremente dotados. Tan cruzadas estaban estas tribus con las criaturas simiescas del bosque que casi no llegaban a ser humanas. No tenían ninguna religión, pero eran trabajadores del sílex y contaban con suficiente inteligencia para encender el fuego.
En estos tiempos llegaron a Inglaterra, provenientes de Francia meridional grandes grupos de mestizos pobremente dotados. Tan cruzadas estaban estas tribus con las criaturas simiescas del bosque que casi no llegaban a ser humanas. No tenían ninguna religión, pero eran trabajadores del sílex y contaban con suficiente inteligencia para encender el fuego.
Además, aunque el Libro de Urantia no es específico sobre el tema, es presumible que las especies estuvieran evolucionando hacia seres humanos que no estuvieran en la línea directa del Homo erectus, pero sin embargo reproductivamente compatibles con Homo erectus prosapiens. Lo que actualmente se define como Homo ergaster es un ejemplo de Homo erectus subsapiens existente antes de Homo erectus prosapiens.
Homo neanderthalensis: La raza de los neanderthales según se define en El libro de Urantia:
Hace 850.000 años las tribus superiores de Badonán [Homo Erectus prosapiens viviendo en la región de Afganistán] comenzaron una guerra de exterminio contra sus vecinos pobremente dotados similares a los animales...Esta campaña de exterminio de los seres pobremente dotados hizo que se mejoraran un poco las tribus de las colinas de aquella edad. Los descendientes mezclados de esta estirpe mejorada de los badonitas aparecieron en el escenario de la acción aparentemente como una raza nueva, la raza Neandertal.
Este ascenso de Homo erectus mientras suficiente para justificar una clasificación en la evolución hacia el Homo sapiens, es todavía insuficiente para apoyar la civilización. Además, debido a la propagación relativamente rápida de estos andonitas escalonados y la mezcla inmediata con el espectro completo del Homo erectus prosapiens a Homo erectus subsapiens, funcionalmente, el Homo neanderthalis necesita ser clasificado más adelante como prosapiens o subsapiens. Debido a la mezcla extensa, en general, Homo neanderthalis estaba retrocediendo.
El Homo neanderthalensis prosapiens: Los mejores Badonanitas superiores (Homo neanderthalensis) se mezclaron con los andonitas (Homo erectus prosapiens).
El Homo sapiens secundarius: Los Sangiks secundarios; Las razas naranja, la verde y las razas índigo.
Aun la estatura mortal tiende a disminuir desde el hombre rojo hasta la raza índiga, aunque en Urantia aparecieron rasgos inesperados de gigantismo entre los pueblos verde y naranja.
El Homo neanderthalensis subsapiens: El Homo neanderthalensis se apareo con el Homo erectus subsapiens.
El Homo sapiens: El Libro de Urantia relata:
Hace 500.000 años las tribus de Badonán de las
tierras altas del noroeste de la India se involucraron en otra gran lucha
racial. Durante más de cien años se libró esta guerra sin tregua y cuando la
prolongada lucha llegó a su fin, sólo quedaban alrededor de cien familias. Pero
estos sobrevivientes fueron los más inteligentes y más deseables de todos los
descendientes de Andón y Fonta que se encontraban a la sazón vivos.
En este momento, aconteció algo novedoso y extraño entre estos
badonitas de las tierras altas. Un hombre y una mujer que vivían en la parte
nordeste de la región que estaba habitada en ese entonces, comenzaron repentinamente a
producir una progenie singularmente inteligente. Ésta fue la familia
sangik, los antepasados de las seis razas de color de Urantia.
Estos hijos sangik, diecinueve en total, no sólo eran más
inteligentes que sus semejantes, sino que su piel manifestaba una tendencia
insólita a volverse de colores distintos al exponerse a la luz del sol. Entre
estos diecinueve hijos figuraron cinco rojos, dos anaranjados, cuatro amarillos,
dos verdes, cuatro azules y dos índigos. A medida que crecían los hijos, estos
colores se volvían más pronunciados, y al aparear estos jóvenes, más adelante,
con otros de la tribu, la prole tendía a manifestar el color de piel del
progenitor sangik.
En los planetas evolutivos medianos las seis razas evolutivas de color van apareciendo una por una; el hombre rojo es el primero en evolucionar, y durante edades vaga por el mundo, antes de que aparezcan por primera vez las razas sucesivas de color. El surgimiento simultáneo de las seis razas en Urantia, y dentro de una sola familia, fue de lo más insólito.
En aquellos mundos que tienen las seis razas evolutivas, los pueblos superiores son la raza primera, la tercera y la quinta —la roja, la amarilla y la azul. Las razas evolutivas en consecuencia alternan en su capacidad para el crecimiento intelectual y el desarrollo espiritual, siendo la segunda, la cuarta y la sexta de alguna manera menos dotadas.
A medida que estos progenitores se mezclaban con el Homo neanderthalensis prosapiens de su tribu crearon las razas de diversos colores. A medida que este patrón continuaba desarrollándose, se mezclaba cada vez más con el Homo neanderthalensis prosapiens. Funcionalmente, el Homo neanderthalensis prosapiens se mezcla con las razas Sangik primarias o secundarias.
El Libro de Urantia indica que Homo sapiens no tenía la tendencia de aparearse; No es de extrañar que la civilización dependa de una base genética que no tenga tendencia a aparearse.
El Homo sapiens primarius: Los Sangiks primarios; Las razas rojas, amarillas y azules.
En cuanto a la estructura esquelética en general y las razas naranja y verde, en particular, El Libro de Urantia dice:
Aun la estatura mortal tiende a disminuir desde el hombre rojo hasta la raza índiga, aunque en Urantia aparecieron rasgos inesperados de gigantismo entre los pueblos verde y naranja.
Los sobrevivientes de los hombres verdes victoriosos fueron absorbidos posteriormente por la raza índigo, el último de los pueblos de color en desarrollarse y emigrar desde el centro original de dispersión racial de los sangik.
Homo sapiens transerectus: Los noditas. El Libro de Urantia relata dos casos de visitas extraterrestres que involucraron contribuciones al fondo genético humano; Ocurrieron hace aproximadamente 200.000 años y hace 38.000 años. Dice que estos acontecimientos se han confundido y distorsionado con el tiempo, pero que nuestras tradiciones religiosas todavía los conservan en un grado muy limitado. Los noditas se mencionan, por supuesto, en la Biblia.
Cain se dice que ha ido a la "tierra de Nod". Nuestras tradiciones religiosas acerca de Adán y Eva se relacionan con la segunda aparición de la contribución genética extraterrestre, de acuerdo con El Libro de Urantia.
Según la cosmología del Libro de Urantia, recibir una mejora genética de los extraterrestres (un orden de seres conocidos como Adanes y Evas) es una parte normal del desarrollo evolutivo del planeta y tal plan se lleva a cabo de una manera que es universalmente apreciada y anticipada. Nuestro mundo no sigue el curso normal de los acontecimientos; Tanto la mejora genética como nuestra comprensión de la misma se han visto seriamente comprometidas. Las tradiciones religiosas relativas a la rebelión espiritual de Lucifer, Satanás, el Diablo, etc. y la infración del designio divino de Adán y Eva reflejan el impulso básico de la explicación del Libro de Urantia. Se supone que estas visitas extraterrestres están coordinadas y acompañadas por el cuidado continuo, sabio y amoroso de los inmortales.
La cosmología del libro de Urantia incluye una explicación de la sobrecarga celestial que llega con el desarrollo de Homo sapiens. Esta administración incluye a 100 miembros de personal extraterrestre de apariencia humana, mezclando algunas genéticas avanzadas con "plasma germinal andónico", lo que puede significar el Homo neanderthalensis prosapiens más evolucionado.
Más específicamente, con respecto a la raza nodita, el Libro de Urantia dice:
La era posterior a la rebelión en Urantia presenció muchos acontecimientos insólitos. Una gran civilización —la cultura de Dalamatia— se desmoronaba. «Los Nefilim (Noditas) estaban en la tierra en aquellos días, y cuando se llegaron estos hijos de los dioses a las hijas de los hombres, les engendraron hijos, estos fueron ‘los valientes de antaño', ‘los varones de renombre'». Aunque eran difícilmente «hijos de los dioses», el séquito y sus primeros descendientes fueron considerados como tales por los mortales evolutivos de aquellos días distantes; incluso su estatura vino a ser magnificada por las versiones tradicionales. Éste, pues, es el origen del cuento folclórico casi universal de los dioses que descendieron a la tierra y ahí, con las hijas del hombre, engendraron una antigua raza de héroes. Esta leyenda se confundió más aún con las mezclas raciales de los adanitas quienes aparecieron posteriormente en el segundo jardín.
Ya que los cien miembros corpóreos del séquito del Príncipe llevaban germoplasma de las cepas humanas andónicas, al practicar ellos la reproducción sexual, se esperaría naturalmente que su prole se parecería mucho a los hijos de otros progenitores andonitas. Pero cuando los sesenta rebeldes del séquito, los seguidores de Nod, de hecho se entablaron en la reproducción sexual, sus hijos resultaron muy superiores a los pueblos andonitas así como a los sangik en casi todos los aspectos. Esta superioridad inesperada caracterizó no sólo las cualidades físicas e intelectuales, sino también las capacidades espirituales.
Estos rasgos mutantes que aparecieron en la primera generación de noditas resultaron de ciertos cambios que se habían forjado en la configuración y los componentes químicos de los factores hereditarios del plasma germinal andónico. Estos cambios fueron ocasionados por la presencia de poderosos circuitos de mantenimiento vital del sistema de Satania en el cuerpo de los miembros del séquito. Estos circuitos vitales hicieron que los cromosomas del modelo especializado de Urantia se reorganizaran más al estilo de los modelos inherentes en la especialización estandarizada sataniana de la manifestación de vida ordenada nebadónica. La técnica de esta metamorfosis del plasma germinal por acción de las corrientes vitales del sistema es parecida a aquellos procedimientos por los cuales los científicos de Urantia modifican el plasma germinal de las plantas y animales mediante los rayos X.
Ya que los cien miembros corpóreos del séquito del Príncipe llevaban germoplasma de las cepas humanas andónicas, al practicar ellos la reproducción sexual, se esperaría naturalmente que su prole se parecería mucho a los hijos de otros progenitores andonitas. Pero cuando los sesenta rebeldes del séquito, los seguidores de Nod, de hecho se entablaron en la reproducción sexual, sus hijos resultaron muy superiores a los pueblos andonitas así como a los sangik en casi todos los aspectos. Esta superioridad inesperada caracterizó no sólo las cualidades físicas e intelectuales, sino también las capacidades espirituales.
Estos rasgos mutantes que aparecieron en la primera generación de noditas resultaron de ciertos cambios que se habían forjado en la configuración y los componentes químicos de los factores hereditarios del plasma germinal andónico. Estos cambios fueron ocasionados por la presencia de poderosos circuitos de mantenimiento vital del sistema de Satania en el cuerpo de los miembros del séquito. Estos circuitos vitales hicieron que los cromosomas del modelo especializado de Urantia se reorganizaran más al estilo de los modelos inherentes en la especialización estandarizada sataniana de la manifestación de vida ordenada nebadónica. La técnica de esta metamorfosis del plasma germinal por acción de las corrientes vitales del sistema es parecida a aquellos procedimientos por los cuales los científicos de Urantia modifican el plasma germinal de las plantas y animales mediante los rayos X.
Así los pueblos noditas surgieron de ciertas modificaciones particulares e inesperadas que se produjeron en el plasma vital que fue trasplantado por los cirujanos de Avalón del cuerpo de los contribuidores andonitas al de los miembros del séquito corpóreo.
...Los cuarenta y cuatro andonitas modificados que se unieron a los miembros rebeldes del séquito también se procrearon entre sí y contribuyeron mucho al mejoramiento de las cepas del pueblo nodita.
Estos dos grupos, que comprendían 104 individuos quienes llevaban el plasma germinal andonita modificado, constituyen el linaje de los noditas, la octava raza que apareció en Urantia...
...Los cuarenta y cuatro andonitas modificados que se unieron a los miembros rebeldes del séquito también se procrearon entre sí y contribuyeron mucho al mejoramiento de las cepas del pueblo nodita.
Estos dos grupos, que comprendían 104 individuos quienes llevaban el plasma germinal andonita modificado, constituyen el linaje de los noditas, la octava raza que apareció en Urantia...
Los noditas de pura estirpe fueron una raza magnífica, pero se mezclaron gradualmente con los pueblos evolutivos de Urantia, y al poco tiempo se produjo gran deterioro. A los diez mil años de la rebelión, habían perdido mucho terreno, hasta tal grado que su vida promedio no duraba mucho más que la de las razas evolutivas.
Homo sapiens ultrasapiens: Los adanitas y los adansonitas, la raza violeta. (Adanson fue el primer hijo de Adán y Eva.)
Ellos [Adán y Eva] medían alrededor de los ocho pies de altura
Las declaraciones en el Libro de Urantia sobre sus hijos indican que hubo un grado de descenso con generaciones sucesivas. Se menciona específicamente la disminución de la edad, así como los "sentidos especiales" (físicos y espirituales). Debido a que el Libro de Urantia no habla jamás de los adanitas como "una raza de gigantes" o algo así, presumiblemente su estatura derivó hacia la de Homo sapiens primarius con el tiempo.
No sufrió Eva dolores de parto; tampoco los sufrieron las primeras razas evolutivas. Sufrieron las punzadas del parto únicamente las razas mezcladas que habían sido producidas por la unión del hombre evolutivo con los noditas y, posteriormente con los adanitas.
...La raza violeta, comienza con Adán, alrededor de 35.000 a. de J.C., a través del período de la amalgama con las razas noditas y sangik, que dio como fruto los pueblos anditas alrededor de 15.000 a. de J.C., hasta desaparecer totalmente de las tierras natales mesopotámicas, alrededor de 2000 a. de J.C.
1. La raza violeta —Adanitas y Adansonitas. El centro principal de cultura adanita se encontraba en el segundo jardín, ubicado en el triángulo de los ríos Tigris y Éufrates; ésta en efecto fue la cuna de las civilizaciones occidental e india. El centro secundario o septentrional de la raza violeta era la sede adansonita, situado al este de la orilla meridional del Mar Caspio, cerca de los montes Kopet. De estos dos centros salieron a las tierras circunvecinas la cultura y plasma vital que aceleraron de forma tan inmediata a todas las razas.
2. Los presumerios y otros noditas. También presentes en la Mesopotamia, cerca del delta de los ríos, estaban los restos de la antigua cultura de la época de Dalamatia. Con el paso de los milenios, este grupo se mezcló completamente con los adanitas al norte, pero nunca perdieron del todo sus tradiciones noditas. Varios otros grupos noditas que se habían asentado en el Levante fueron, en general, absorbidos por la raza violeta que se expandió posteriormente.
3. Los andonitas mantenían cinco o seis asentamientos bastante representativos al norte y al este de la sede adansonita. También estaban dispersos por Turquestán, a la vez que perduraban algunos en zonas aisladas de Eurasia, sobre todo en las regiones montañosas. Estos aborígenes seguían ocupando las tierras del norte del continente eurasiático, así como Islandia y Groenlandia, pero hacía mucho tiempo que habían sido expulsados de las llanuras de Europa por el hombre azul y de las cuencas fluviales de Asia lejana por la raza amarilla que se expandía.
4. Los hombres rojos ocupaban las Américas, pues habían sido expulsados de Asia más de cincuenta mil años antes del advenimiento de Adán.
5. La raza amarilla. Los pueblos chinos estaban bien establecidos con dominio sobre el este de Asia. Sus asentamientos más avanzados estaban situados al noroeste de la China moderna, en regiones que colindaban con el Tíbet.
6. La raza azul. Los hombres azules estaban dispersos por toda Europa, pero sus mejores centros de cultura estaban ubicados en los entonces fértiles valles de la cuenca del Mediterráneo y en el noroeste de Europa. La absorción neandertal había retrasado considerablemente la cultura de los hombres azules; pero, por lo demás, eran los más agresivos, aventureros y exploradores de todos los pueblos evolutivos de Eurasia.
7. La India pre-dravidiana. La mezcla compleja de razas de la India, que englobaba todas las razas de la tierra, pero más aún la verde, anaranjada y negra, mantenía una cultura ligeramente superior a la de las regiones limítrofes.
8. La civilización sahariana. Los elementos superiores de la raza índiga tenían sus asentamientos más progresivos en lo que hoy día es el gran desierto del Sahara. Este grupo índigo-negro llevaba considerable sangre de las razas anaranjada y verde ya sumergidas.
9. La cuenca del Mediterráneo. La raza más mezclada fuera de la India ocupaba lo que es actualmente la cuenca mediterránea. Aquí los hombres azules del norte y los saharianos del sur se encontraron y se casaron con los noditas y adanitas del este.
Éste era el panorama del mundo antes de comenzar las grandes expansiones de la raza violeta, hace alrededor de veinticinco mil años.
Tras haberse establecido en el segundo jardín junto al Éufrates, Adán optó por dejar atrás tanto plasma vital como le fuera posible para beneficiar el mundo después de su muerte. Como corresponde, se convirtió Eva en jefa de la comisión de doce miembros sobre el perfeccionamiento de las razas; antes de morir Adán, esta comisión había seleccionado a 1.682 mujeres del tipo superior en Urantia, y éstas fueron impregnadas con el plasma vital de Adán. Todos sus hijos llegaron a la madurez excepto 112, de modo que el mundo, de esta forma, fue beneficiado por la adición de 1.570 hombres y mujeres superiores. Si bien estas madres candidatas fueron seleccionadas de todas las tribus circundantes y representaban la mayoría de las razas de la tierra, fue escogida la mayoría de los elementos superiores de los noditas, y constituyeron las semillas de la poderosa raza andita. Estos hijos nacieron y se criaron en el contorno tribal de su madre respectiva.
4. Los Anditas
Las razas anditas representaron las mezclas primarias de la raza violeta de pura cepa con los noditas, más los pueblos evolutivos. En general, cabe considerar que los anditas contaban con un porcentaje de sangre adánica mucho mayor que el de las razas modernas. Principalmente se emplea el término andita para designar a aquellos pueblos cuya herencia racial fue de una sexta parte a una octava parte violeta. Los urantianos modernos, incluso las razas blancas del norte, contienen un porcentaje de sangre de Adán mucho menor que el de ellos.
Los primeros pueblos anditas tenían origen en las regiones adyacentes a la Mesopotamia hace más de veinticinco mil años y consistían en una mezcla de adanitas y noditas. El segundo jardín estaba rodeado de círculos concéntricos de elementos con cada vez menos sangre violeta, y nació la raza andita en la periferia de este crisol de razas. Más adelante, los adanitas y noditas migratorios entraron en las entonces fértiles regiones de Turquestán, seguidamente se mezclaron con los habitantes superiores, y la mezcla racial que resultó extendió el alcance del tipo andita más hacia el norte.
Los anditas constituyeron la mejor y más completa cepa humana que apareció en Urantia desde los tiempos de los pueblos violetas de línea directa. Comprendían la mayoría de los tipos superiores de sobrevivientes de las razas adanita y nodita y, más tarde, algunas de las mejores cepas de los hombres amarillos, azules y verdes.
Estos anditas primitivos no eran arios; sino prearios. No eran blancos; sino preblancos. No eran un pueblo occidental ni oriental. Pero, a la mezcla políglota de las así llamadas razas blancas, le da la herencia andita aquella homogeneidad generalizada que se ha llamado Caucasoide.
Las cepas más puras de la raza violeta habían conservado la tradición adánica de buscar la paz, lo cual explica por qué los desplazamientos de la raza primitiva se habían hecho más bien con carácter de migraciones pacíficas. Pero a medida que los adanitas iban uniéndose con las cepas noditas, quienes eran ya una raza beligerante, sus descendientes anditas llegaron a ser, para su época, los militaristas más hábiles y sagaces que jamás hubiera vivido en Urantia. Desde ese momento en adelante, los desplazamientos de los mesopotámicos se fueron volviendo de carácter cada vez más militar y se fueron asemejando más a las verdaderas conquistas.
Estos anditas eran aventureros; tenían disposición de los itinerantes. Una mayor infusión de sangre sangik o andonita tendió a estabilizarlos. Mas así y todo, sus descendientes más recientes no pararon nunca hasta haber circunnavegado el globo y descubierto el último continente remoto.
5. Las Migraciones Anditas
Persistió durante veinte mil años la cultura del segundo jardín, pero sufrió un declive ininterrumpido hasta cerca de 15.000 a. de J.C., cuando el renacimiento del sacerdocio setita y el mando de Amosad inauguraron una era espléndida. Las masivas olas de civilización que se propagaron posteriormente por Eurasia siguieron inmediatamente al gran renacimiento del Jardín, el cual fue resultado de la unión en gran escala de los adanitas con los noditas mestizos circunvecinos; y esto dio origen a los anditas.
Estos anditas introdujeron nuevos adelantos en Eurasia y África del norte. Desde Mesopotamia hasta Xinjiang [Sinkiang], la cultura andita dominó, y la migración constante hacia Europa fue continuamente contrapesada por los recién llegados de Mesopotamia. Pero no es completamente conveniente referirse a los anditas como raza en Mesopotamia misma hasta aproximadamente cuando comienzan las migraciones finales de los descendientes de Adán. A esta altura incluso las razas que se encontraban en el segundo jardín se habían mezclado de tal forma que ya no se podían considerar como adanitas.
La civilización de Turquestán se veía constantemente resucitada y renovada por los recién llegados de Mesopotamia, máxime por los jinetes anditas más recientes. La así llamada lengua materna aria estaba en trance de formarse en las tierras altas de Turquestán; fue una mezcla del dialecto andónico de esa región con la lengua de los adansonitas y los anditas posteriores. Muchas lenguas modernas se derivan de este lenguaje primitivo de estas tribus de Asia central quienes conquistaron Europa, la India y las extensiones superiores de las llanuras mesopotámicas. Esta lengua antigua dio a las lenguas occidentales todas las similitudes que se designa bajo el rubro de ario.
Hacia 12.000 a. de J.C., residía en Europa septentrional y oriental tres cuartos de la descendencia andita del mundo, y más tarde, cuando se produjo el éxodo final de Mesopotamia, entraron en Europa el sesenta y cinco por ciento de estas olas finales de emigración.
Los anditas emigraron no sólo a Europa, sino también al norte de la China y la India, en tanto que muchos grupos penetraron en los apartados rincones de la tierra como misioneros, maestros y mercaderes. Contribuyeron considerablemente a los grupos de pueblos sangik del norte del Sahara. Pero nunca penetraron sino pocos maestros y mercaderes en África más al sur que las cabeceras del Nilo. Más adelante, anditas mestizos y egipcios siguieron las costas oriental y occidental de África hacia abajo, llegando bastante más allá del ecuador, pero no alcanzaron hasta Madagascar.
Estos anditas eran los llamados conquistadores dravidianos, y posteriormente arios, de la India; y su presencia en Asia central mejoró grandemente la descendencia de los turanianos. Gran parte de esta raza se trasladó a la China a través de Xinjiang así como el Tíbet y añadió cualidades deseables a la cepa china más reciente. De cuando en cuando pequeños grupos se abrieron camino hacia el Japón, Formosa, las Indias Occidentales y el sur de China, si bien muy pocos entraron en el sur de la China por la ruta costanera.
Ciento treinta y dos miembros de esta raza, que se embarcaron en una flotilla de barcas pequeñas desde el Japón, llegaron a la larga hasta América del Sur y, uniéndose por matrimonio con los nativos de los Andes, establecieron el linaje de los futuros emperadores de los Incas. Atravesaron el Pacífico por etapas fáciles, quedándose en las múltiples islas que encontraban en el camino. Las islas del grupo polinesio eran más numerosas y más grandes que lo que son actualmente, y estos marineros anditas, junto con otros que les siguieron, de paso modificaron biológicamente a los grupos nativos. Como resultado de la penetración andita se desarrollaron muchos florecientes centros de civilización en estas tierras, hoy día sumergidas. La Isla de Pascua duró mucho tiempo a fuer de centro religioso y administrativo de uno de estos grupos perdidos. Pero de los anditas que navegaron el Pacífico en los tiempos pasados, con excepción de los ciento treinta y dos, no pudo llegar ninguno más al continente de las Américas.
Las conquistas migratorias de los anditas continuaron hasta sus dispersiones finales, desde 8000 a 6000 a. de J.C. A medida que salían a raudales de Mesopotamia, agotaban continuamente las reservas biológicas de sus tierras natales a la vez que fortalecían marcadamente a los pueblos circunvecinos. A todas las naciones a las que viajaron, contribuyeron con humor, arte, aventura, música y manufactura. Eran expertos domesticadores de animales y peritos agricultores. En un principio, por lo menos, su presencia tendió a mejorar las creencias religiosas y prácticas morales de las razas más antiguas. De este modo la cultura de Mesopotamia se propagó silenciosamente por Europa, la India, la China, África del norte y las Islas del Pacífico.
6. Las Últimas Dispersiones Anditas
Las tres olas finales de anditas surgieron de Mesopotamia entre 8000 y 6000 a. de J.C. Las presiones de las tribus de las colinas en el este y el hostigamiento de los llaneros en el oeste lanzaron afuera de Mesopotamia estas tres grandes olas de cultura. Los habitantes del valle del Éufrates y el territorio adyacente emprendieron su éxodo final por varios rumbos: Sesenta y cinco por ciento entró en Europa por la ruta del Mar Caspio, llegando a conquistar y amalgamarse con las razas blancas que acababan de aparecer —la combinación de los hombres azules con los primeros anditas.
Diez por ciento, incluyendo a un numeroso grupo de sacerdotes setitas, se trasladó hacia el este por las tierras altas elamitas hasta la altiplanicie irania y Turquestán. Más tarde muchos de sus descendientes fueron empujados desde las regiones del norte hacia la India con sus hermanos arios.
Diez por ciento de los mesopotámicos que iban camino del norte viraron hacia el este, entrando en Xinjiang, donde se mezclaron con los habitantes amarillo-anditas. La mayoría de la capaz prole de esta unión racial entró posteriormente en la China y contribuyó mucho al mejoramiento inmediato de la división norteña de la raza amarilla.
Diez por ciento de estos anditas que huían se abrieron camino a través de Arabia y entraron en Egipto.
Se negó a abandonar sus hogares cinco por ciento de los anditas que se había abstenido casarse con las tribus vecinas inferiores y que contaba con cultura muy superior del distrito costero alrededor de la desembocadura de los ríos Tigris y Éufrates. Este grupo representó la supervivencia de muchas cepas superiores de noditas y adanitas.
Para 6000 a. de J.C. los anditas casi habían evacuado por completo esta región, si bien sus descendientes, mezclados en gran parte con las razas sangik circunvecinas y los andonitas de Asia Menor, permanecieron ahí para batallar mucho más tarde con los invasores del norte y este.
La infiltración cada vez mayor de las cepas inferiores circundantes acabó con la edad cultural del segundo jardín. La civilización se desplazó hacia el oeste hasta el Nilo y las islas del Mediterráneo, donde continuó medrando y progresando mucho tiempo después de que había decaído su fuente en Mesopotamia. Este influjo sin obstáculos de los pueblos inferiores preparó el terreno para la conquista posterior de la Mesopotamia entera a las manos de los bárbaros del norte quienes expulsaron a las cepas capaces restantes. Incluso más tarde, los elementos cultos restantes siguieron guardando rencores con la presencia de estos invasores ignorantes y toscos.
Homo sapiens sapiens: Pueblos mezclados modernos, los diversos grados de mezcla entre Homo sapiens supersapiens, Homo sapiens y Homo erectus prosapiens. La siguiente cita proporciona la totalidad de la sección "Las razas mixtas":
Al hacer contacto con los albores de los tiempos históricos, toda Eurasia, el norte de África y las islas del Pacífico están pobladas de las razas compuestas de la humanidad. Estas razas de hoy son el resultado de una mezcla y remezcla de cinco estirpes humanas básicas de Urantia.
Cada una de las razas de Urantia fue identificada por ciertas características físicas distintas. Los adanitas y noditas eran de cabeza alargada; los andonitas eran de cabeza ancha. Las razas sangik eran de cabeza de tamaño mediano, y los hombres amarillos y azules tendían hacia un tamaño ancho de cabeza. Las razas azules, cuando se mezclaban con la estirpe andonita, eran decididamente de cabeza ancha. Los sangik secundarios eran de cabeza mediana a alargada.
Aunque estas dimensiones del cráneo ayudan para descifrar los orígenes raciales, el esqueleto completo es más confiable. En el desarrollo primitivo de las razas de Urantia había originalmente cinco tipos distintos de estructura esquelética:
1. Andónico, los aborígenes de Urantia.
2. Sangik primario, rojo, amarillo y azul.
3. Sangik secundario, anaranjado, verde e índigo.
4. Noditas, descendientes de los dalamatianos.
5. Adanitas, la raza violeta.
Puesto que estos cinco grandes grupos raciales se entremezclaron ampliamente, la mezcla continua tendió a oscurecer al tipo andonita por la dominación hereditaria sangik. Los laponios y los esquimales son mezcla de andonita y raza sangik azul. Su estructura esquelética es la que más se acerca a preservar el tipo aborigen andónico. Pero los adanitas y los noditas se han mezclado tanto con otras razas que tan sólo se los puede detectar como una orden generalizada caucasoide.
En general, por consiguiente, a medida que se van desenterrando los restos humanos de los últimos veinte mil años, será imposible distinguir claramente los cinco tipos originales. El estudio de tales estructuras esqueléticas revelará que la humanidad ahora está dividida en aproximadamente tres clases:
1. La caucasoide — la mezcla andita de las estirpes nodita y adánica, modificada adicionalmente por la mezcla con sangik primario y (parte) de sangik secundario y por considerable cruce andónico. Las razas blancas occidentales, juntamente con algunos pueblos de la India y turanianos, se incluyen en este grupo. El factor unificador en esta división es la proporción mayor o menor de herencia andita.
2. La mongoloide — el sangik primario, que incluye las razas originales roja, amarilla y azul. Los chinos y los amerindios pertenecen a este grupo. En Europa el tipo mongoloide ha sido modificado por mezcla con sangik secundario y andónico; aún más todavía por una infusión andita. El pueblo malayo y los demás indonesios se incluyen en esta clasificación, aunque contienen un porcentaje alto de sangre sangik secundaria.
3. La negroide — el tipo sangik secundario, que originalmente incluía las razas naranja, verde e índiga. Éste es el tipo mejor ilustrado por el negro, y se le encuentra a lo largo y a lo ancho de África, India e Indonesia en dondequiera se encuentren localizadas las razas sangik secundarias.
En la China del norte hay cierta mezcla de los tipos caucasoide y mongoloide; en el Levante se han entremezclado los caucasoides y los negroides; en la India así como en América del Sur los tres tipos se encuentran representados. Y las características esqueléticas de los tres tipos sobrevivientes aún persisten y ayudan a identificar la herencia posterior de las razas humanas de hoy en día.
Cada una de las razas de Urantia fue identificada por ciertas características físicas distintas. Los adanitas y noditas eran de cabeza alargada; los andonitas eran de cabeza ancha. Las razas sangik eran de cabeza de tamaño mediano, y los hombres amarillos y azules tendían hacia un tamaño ancho de cabeza. Las razas azules, cuando se mezclaban con la estirpe andonita, eran decididamente de cabeza ancha. Los sangik secundarios eran de cabeza mediana a alargada.
Aunque estas dimensiones del cráneo ayudan para descifrar los orígenes raciales, el esqueleto completo es más confiable. En el desarrollo primitivo de las razas de Urantia había originalmente cinco tipos distintos de estructura esquelética:
1. Andónico, los aborígenes de Urantia.
2. Sangik primario, rojo, amarillo y azul.
3. Sangik secundario, anaranjado, verde e índigo.
4. Noditas, descendientes de los dalamatianos.
5. Adanitas, la raza violeta.
Puesto que estos cinco grandes grupos raciales se entremezclaron ampliamente, la mezcla continua tendió a oscurecer al tipo andonita por la dominación hereditaria sangik. Los laponios y los esquimales son mezcla de andonita y raza sangik azul. Su estructura esquelética es la que más se acerca a preservar el tipo aborigen andónico. Pero los adanitas y los noditas se han mezclado tanto con otras razas que tan sólo se los puede detectar como una orden generalizada caucasoide.
En general, por consiguiente, a medida que se van desenterrando los restos humanos de los últimos veinte mil años, será imposible distinguir claramente los cinco tipos originales. El estudio de tales estructuras esqueléticas revelará que la humanidad ahora está dividida en aproximadamente tres clases:
1. La caucasoide — la mezcla andita de las estirpes nodita y adánica, modificada adicionalmente por la mezcla con sangik primario y (parte) de sangik secundario y por considerable cruce andónico. Las razas blancas occidentales, juntamente con algunos pueblos de la India y turanianos, se incluyen en este grupo. El factor unificador en esta división es la proporción mayor o menor de herencia andita.
2. La mongoloide — el sangik primario, que incluye las razas originales roja, amarilla y azul. Los chinos y los amerindios pertenecen a este grupo. En Europa el tipo mongoloide ha sido modificado por mezcla con sangik secundario y andónico; aún más todavía por una infusión andita. El pueblo malayo y los demás indonesios se incluyen en esta clasificación, aunque contienen un porcentaje alto de sangre sangik secundaria.
3. La negroide — el tipo sangik secundario, que originalmente incluía las razas naranja, verde e índiga. Éste es el tipo mejor ilustrado por el negro, y se le encuentra a lo largo y a lo ancho de África, India e Indonesia en dondequiera se encuentren localizadas las razas sangik secundarias.
En la China del norte hay cierta mezcla de los tipos caucasoide y mongoloide; en el Levante se han entremezclado los caucasoides y los negroides; en la India así como en América del Sur los tres tipos se encuentran representados. Y las características esqueléticas de los tres tipos sobrevivientes aún persisten y ayudan a identificar la herencia posterior de las razas humanas de hoy en día.
Las subcategorías taxonómicas para estas tres divisiones serían incongruentes con el uso que hace el Libro de Urantia de la palabra "aproximado" para describirlas y numerosas otras declaraciones sobre la mezcla racial que ha ocurrido en este punto de la historia humana. Además, El Libro de Urantia dice:
Pero es un error pretender clasificar a los pueblos blancos como nórdico, alpino y mediterráneo. Ha habido en general demasiada mezcla como para permitir tal agrupación. En cierta época existía una división relativamente bien definida de la raza blanca en tales grupos, pero la mezcla que ha ocurrido desde entonces, hace que ya no sea posible identificar estas distinciones con claridad alguna. Aun en el año 3000 a. de J.C. los antiguos grupos sociales no pertenecían a una sola raza más que los habitantes actuales de América del Norte.
El Homo sapiens neanderthalensis: Homo sapiens (las razas Sangik) mezclado con Homo neanderthalensis prosapiens (las tribus Badanonitas superiores que surgieron hace 850.000 años). Esta mezcla se produjo aproximadamente 300.000 años atrás y es lo que la taxonomía actualmente designa el Homo neanderthalensis o el Homo sapiens neanderthalensis. Lo que en la actualidad se denomina sapiens sapiens -un desarrollo en la evolución humana que ocurrió hace aproximadamente 200.000 años y que comenzó con los noditas- en esta taxonomía basada en el libro de Urantia sería referido como Homo sapiens transerectus.
El Homo heidelbergensis prosapiens: El registro fósil hasta la fecha combinado con información encontrada en numerosas partes de El Libro de Urantia indica que Homo heidelbergensis es probablemente el resultado de un ascenso evolutivo mutativo similar al que ocurrió con el salto del Homo neanderthalensis prosapiens a Homo sapiens . La diferencia es que el Homo neaderthalensis prosapiens que mutó en Homo heidelbergensis tuvo una calidad genética inicial menor que el Homo neanderthalensis prosapiens que dio lugar a Homo sapiens. El salto no alcanzó una mutación del tipo Homo sapiens que produce las razas de color. Parece que probablemente fueron exterminados y algo absorbidos por alguna combinación de interacciones con el Homo neanderthalensis (andonitas mejorados) y Homo sapiens.
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