Un estudio genético llevado a cabo por investigadores del Wellcome Trust Sanger Institute (Reino Unido) ha demostrado que los descendientes del pueblo bíblico de Canaán ―que según el sagrado libro fueron exterminados o subyugados por los israelitas― viven en el Líbano. La investigación fue publicada en la revista 'American Journal of Human Genetics'.
De acuerdo con la cadena National Geographic, más del 90 % de la ascendencia genética de los libaneses modernos se deriva de los antiguos cananeos. Para llegar a estas conclusiones, el equipo logró secuenciar el genoma de los restos de 5 cananeos enterrados en la antigua ciudad de Sidón, ubicada en el territorio del Líbano actual, hace unos 3.700 años. Los resultados fueron comparados con el ADN de 99 ciudadanos libaneses de la actualidad.
Asimismo, el análisis genético mostró que ese misterioso pueblo, sobre cuyo destino se sabía muy poco, es una mezcla de poblaciones indígenas que se asentaron en el Levante ―región que abarca gran parte de la Siria actual, el Líbano, Jordania, Israel y Palestina― durante el período neolítico, y de migrantes que llegaron desde el este entre hace 3.550 y 6.600 años.
"Los actuales libaneses son probablemente descendientes directos de los cananeos, pero tienen además una pequeña proporción de ascendencia euroasiática", explicó el doctor Marc Haber, citado por 'The Daily Mail'.
Este estudio es muy importante, dado que obtener el antiguo ADN de los restos hallados en la región es complicado debido a las condiciones climáticas, aseguran sus autores.
Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/245496-gente-canaan-vivir-libano-biblia
https://news.nationalgeographic.com/2017/07/canaanite-bible-ancient-dna-lebanon-genetics-archaeology/
Cita del Libro de Urantia:
96:2.3 (1055.1) Fue sólo después de los días de Maquiventa Melquisedek y Abraham que ciertas tribus de los semitas, debido a sus creencias religiosas peculiares, fueron llamados los hijos de Israel y más adelante, hebreos, judíos y el «pueblo elegido». Abraham no fue el padre racial de todos los hebreos; no fue ni siquiera progenitor de todos los semitas beduinos que fueron mantenidos cautivos en Egipto; es cierto que sus vástagos, al salir de Egipto, formaron el núcleo del futuro pueblo judío, pero la vasta mayoría de los hombres y mujeres que se incorporaron en los clanes de Israel no habían vivido nunca en Egipto. Eran simplemente nómadas compañeros que eligieron seguir el liderazgo de Moisés cuando los hijos de Abraham y sus asociados semitas viajaron de Egipto, a través del norte de Arabia.
https://news.nationalgeographic.com/2017/07/canaanite-bible-ancient-dna-lebanon-genetics-archaeology/
Cita del Libro de Urantia:
96:2.3 (1055.1) Fue sólo después de los días de Maquiventa Melquisedek y Abraham que ciertas tribus de los semitas, debido a sus creencias religiosas peculiares, fueron llamados los hijos de Israel y más adelante, hebreos, judíos y el «pueblo elegido». Abraham no fue el padre racial de todos los hebreos; no fue ni siquiera progenitor de todos los semitas beduinos que fueron mantenidos cautivos en Egipto; es cierto que sus vástagos, al salir de Egipto, formaron el núcleo del futuro pueblo judío, pero la vasta mayoría de los hombres y mujeres que se incorporaron en los clanes de Israel no habían vivido nunca en Egipto. Eran simplemente nómadas compañeros que eligieron seguir el liderazgo de Moisés cuando los hijos de Abraham y sus asociados semitas viajaron de Egipto, a través del norte de Arabia.
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Otro Artículo:
Los cananeos son condenados rotundamente en el Antiguo Testamento - eran los habitantes de Sodoma y Gomorra, dos ciudades destruidas con fuego y azufre directamente por Dios, según el Libro del Génesis.
Mientras que la Biblia dice que fueron aniquilados por los israelitas bajo Josué en la tierra de Canaán, pasados posteriores sugieren que eran al menos algunos sobrevivientes. Algunos eruditos bíblicos han argumentado que los pasajes son hipérboles, pero la investigación genética parece indicar que la masacre fue mucho menos extensa de lo que se describió.
"La Biblia informa de la destrucción de las ciudades cananeas y la aniquilación de su pueblo; Si es cierto, los cananeos no podrían haber contribuido directamente genéticamente a las poblaciones actuales ", escribieron los investigadores.
"Sin embargo, hasta ahora no se ha encontrado ninguna evidencia arqueológica que apoye la destrucción generalizada de ciudades cananeas entre la Edad del Bronce y la Edad de Hierro: ciudades en la costa de Levante como Sidón y Tiro muestran continuidad de ocupación hasta el día de hoy.
"Mostramos que los libaneses actuales obtienen la mayor parte de su ascendencia de una población cananea, lo que implica una sustancial continuidad genética en el Levante desde al menos la Edad del Bronce".
“Destruirás completamente a los hititas, a los amorreos, a los cananeos, a los ferezeos, a los heveos, y a los jebuseos. Este es el mandamiento del SEÑOR tu Dios.” (DEUTERONOMIO 20:17,
Sin embargo, un nuevo estudio genético ha encontrado que los cananeos realmente lograron sobrevivir a esta purga de su patria tradicional, pasando su ADN a lo largo de los siglos a sus numerosos descendientes en el Líbano moderno.
Los científicos lograron extraer suficiente ADN de los restos de cinco personas - halladas en la antigua ciudad cananea de Sidón y fechadas hace unos 3.700 años - para secuenciar todo su genoma.
Fuente: http://www.independent.co.uk/news/science/bible-canaanites-wiped-out-old-testament-israelites-lebanon-descendants-discovered-science-dna-a7862936.html
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Citas del Libro de Urantia:
9. La Historia Hebrea
(1071.7) 97:9.2 La conciencia israelita se originó en la tierra colinosa de Efraín; la conciencia judía posterior se originó en el clan sureño de Judá. Los judíos (judaítas) siempre intentaron difamar a los israelitas del norte (efrateos).
(1072.1) 97:9.3 La historia hebrea pretenciosa comienza con la unión de los clanes del norte por acción de Saúl para resistir a un ataque de los amonitas contra la tribu de los galaaditas, al este del Jordán. Con un ejército de poco más de tres mil derrocó al enemigo, y esta empresa fue la que condujo a las tribus de las colinas a hacerle rey. Cuando los sacerdotes exilados reescribieron esta historia, aumentaron el ejército de Saúl a 330.000 personas y agregaron «Judá» a la lista de las tribus que habían participado en la batalla.
(1072.1) 97:9.3 La historia hebrea pretenciosa comienza con la unión de los clanes del norte por acción de Saúl para resistir a un ataque de los amonitas contra la tribu de los galaaditas, al este del Jordán. Con un ejército de poco más de tres mil derrocó al enemigo, y esta empresa fue la que condujo a las tribus de las colinas a hacerle rey. Cuando los sacerdotes exilados reescribieron esta historia, aumentaron el ejército de Saúl a 330.000 personas y agregaron «Judá» a la lista de las tribus que habían participado en la batalla.
...
96:7.1 (1060.1) Bajo el liderazgo de sus jeques y sacerdotes, los hebreos se volvieron vagamente establecidos en Palestina. Pero pronto volvieron a las oscuras creencias del desierto y se contaminaron con las prácticas religiosas menos avanzadas de los cananeos. Se volvieron idólatras y licenciosos, y su idea de la Deidad cayó muy por debajo de los conceptos egipcios y mesopotamios de Dios que estaban siendo mantenidos por ciertos grupos salemitas sobrevivientes, y que están registrados en algunos de los salmos y en el así llamado libro de Job.
97:9.7 (1072.5) David, con su pequeño ejército, se estableció en la ciudad no hebrea de Hebrón. Dentro de poco sus compatriotas le proclamaron rey del nuevo reinado de Judá. Judá estaba formado principalmente de elementos no hebreos: los ceneos, los calebitas, los jebuseos y otros cananeos. Eran nómadas —pastores— y por consiguiente creían en la idea hebrea sobre la propiedad de la tierra. Mantenían las ideologías de los clanes del desierto.
97:9.12 (1073.2) Pero Yahvé debía, por fuerza, compartir parte de esta gloria con los dioses cananeos, porque la mayoría de los componentes del ejército de David no era hebrea.
97:9.13 (1073.3) David explicó la derrota de Saúl en Gilboa señalando que Saúl había atacado una ciudad cananea, Gabaón, cuyo pueblo tenía un tratado de paz con los efrateos. Por ello, Yahvé le abandonó. Aún en los tiempos de Saúl, David había defendido la ciudad cananea de Keila contra los filisteos, y luego hizo su capital en una ciudad cananita. De acuerdo con la política de compromiso con los cananeos, David entregó a siete de los descendientes de Saúl a los gabaonitas para que los ahorcaran.
97:9.15 (1073.5) La maquinaria política corrompida de David empezó a tomar posesión personal de las tierras al norte, violando las costumbres hebreas establecidas, y pronto ganó control de las tarifas de las caravanas, anteriormente recolectadas por los filisteos. Luego se produjo una serie de atrocidades que culminaron con el asesinato de Urías. Se adjudicaban todas las apelaciones judiciales en Jerusalén; ya no podían «los ancianos» administrar la justicia. No es de extrañar que estallara una rebelión. Hoy en día, Absalón podría ser llamado demagogo; su madre era cananita.
3. Yahvé y Baal
(1064.5) 97:3.1 La prolongada controversia entre los creyentes en Yahvé y los seguidores de Baal era un choque socioeconómico de ideologías más que una diferencia en creencias religiosas.
(1064.6) 97:3.2 Los habitantes de Palestina diferían en su actitud hacia la propiedad privada de la tierra. Las tribus sureñas o errantes de Arabia (los yahveítas) consideraban la tierra como inalienable —como un don de la Deidad al clan. Sostenían que la tierra no se podía vender ni hipotecar. «Yahvé habló y dijo: ‘La tierra no se venderá, porque la tierra es mía'».
(1064.7) 97:3.3 Los cananeos norteños y más establecidos (baalitas) compraban, vendían e hipotecaban libremente sus tierras. La palabra baal significa propietario (amo o dueño). Se fundó el culto de Baal sobre la base de dos doctrinas principales: La primera, la validación del intercambio de propiedad, contratos y pactos —el derecho de comprar y vender tierra. La segunda, se suponía que Baal enviaba lluvia —era el Dios de la fertilidad del suelo. Las buenas cosechas dependían del favor de Baal. El culto se ocupaba en su mayor parte de la tierra, su propiedad y su fertilidad.
(1065.1) 97:3.4 En general los baalitas poseían casas, tierras y esclavos. Eran terratenientes aristócratas y vivían en las ciudades. Cada Baal tenía un lugar secreto, un sacerdocio y sus «mujeres sagradas», las prostitutas rituales.
(1065.2) 97:3.5 De esta diferencia básica respecto de la tierra, evolucionaron los amargos antagonismos de las actitudes sociales, económicas, morales y religiosas exhibidas por los cananeos y los hebreos. Esta controversia socioeconómica no se volvió asunto definitivamente religioso hasta los tiempos de Elías. A partir de los días de este agresivo profeta el asunto fue peleado en un campo más estrictamente religioso —Yahvé contra Baal— y terminó con el triunfo de Yahvé y el subsiguiente impulso hacia el monoteísmo.
(1065.3) 97:3.6 Elías trasladó la controversia Yahvé-Baal del asunto tierra al aspecto religioso de las ideologías hebrea y cananea. Cuando Acab asesinó a los Nabot en una intriga para obtener posesión de sus tierras, Elías tornó las viejas costumbres de la posesión de tierra en un factor moral y lanzó su campaña vigorosa contra los baalitas. Ésta fue también la lucha de los campesinos contra la dominación de las ciudades. Fue principalmente bajo Elías que Yahvé se tornó Elohim. El profeta comenzó como reformador agrario y terminó exaltando la Deidad. Había muchos Baal, Yahvé era uno — el monoteísmo triunfó sobre el politeísmo.
Conclusión: Vemos como nunca se cumplió el total exterminio que dice la Biblia, y como vemos el Libro de Urantia nos muestra que no fueron expulsados y siguieron viviendo aun en las épocas de David.
97:9.7 (1072.5) David, con su pequeño ejército, se estableció en la ciudad no hebrea de Hebrón. Dentro de poco sus compatriotas le proclamaron rey del nuevo reinado de Judá. Judá estaba formado principalmente de elementos no hebreos: los ceneos, los calebitas, los jebuseos y otros cananeos. Eran nómadas —pastores— y por consiguiente creían en la idea hebrea sobre la propiedad de la tierra. Mantenían las ideologías de los clanes del desierto.
97:9.12 (1073.2) Pero Yahvé debía, por fuerza, compartir parte de esta gloria con los dioses cananeos, porque la mayoría de los componentes del ejército de David no era hebrea.
97:9.13 (1073.3) David explicó la derrota de Saúl en Gilboa señalando que Saúl había atacado una ciudad cananea, Gabaón, cuyo pueblo tenía un tratado de paz con los efrateos. Por ello, Yahvé le abandonó. Aún en los tiempos de Saúl, David había defendido la ciudad cananea de Keila contra los filisteos, y luego hizo su capital en una ciudad cananita. De acuerdo con la política de compromiso con los cananeos, David entregó a siete de los descendientes de Saúl a los gabaonitas para que los ahorcaran.
97:9.15 (1073.5) La maquinaria política corrompida de David empezó a tomar posesión personal de las tierras al norte, violando las costumbres hebreas establecidas, y pronto ganó control de las tarifas de las caravanas, anteriormente recolectadas por los filisteos. Luego se produjo una serie de atrocidades que culminaron con el asesinato de Urías. Se adjudicaban todas las apelaciones judiciales en Jerusalén; ya no podían «los ancianos» administrar la justicia. No es de extrañar que estallara una rebelión. Hoy en día, Absalón podría ser llamado demagogo; su madre era cananita.
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3. Yahvé y Baal
(1064.5) 97:3.1 La prolongada controversia entre los creyentes en Yahvé y los seguidores de Baal era un choque socioeconómico de ideologías más que una diferencia en creencias religiosas.
(1064.6) 97:3.2 Los habitantes de Palestina diferían en su actitud hacia la propiedad privada de la tierra. Las tribus sureñas o errantes de Arabia (los yahveítas) consideraban la tierra como inalienable —como un don de la Deidad al clan. Sostenían que la tierra no se podía vender ni hipotecar. «Yahvé habló y dijo: ‘La tierra no se venderá, porque la tierra es mía'».
(1064.7) 97:3.3 Los cananeos norteños y más establecidos (baalitas) compraban, vendían e hipotecaban libremente sus tierras. La palabra baal significa propietario (amo o dueño). Se fundó el culto de Baal sobre la base de dos doctrinas principales: La primera, la validación del intercambio de propiedad, contratos y pactos —el derecho de comprar y vender tierra. La segunda, se suponía que Baal enviaba lluvia —era el Dios de la fertilidad del suelo. Las buenas cosechas dependían del favor de Baal. El culto se ocupaba en su mayor parte de la tierra, su propiedad y su fertilidad.
(1065.1) 97:3.4 En general los baalitas poseían casas, tierras y esclavos. Eran terratenientes aristócratas y vivían en las ciudades. Cada Baal tenía un lugar secreto, un sacerdocio y sus «mujeres sagradas», las prostitutas rituales.
(1065.2) 97:3.5 De esta diferencia básica respecto de la tierra, evolucionaron los amargos antagonismos de las actitudes sociales, económicas, morales y religiosas exhibidas por los cananeos y los hebreos. Esta controversia socioeconómica no se volvió asunto definitivamente religioso hasta los tiempos de Elías. A partir de los días de este agresivo profeta el asunto fue peleado en un campo más estrictamente religioso —Yahvé contra Baal— y terminó con el triunfo de Yahvé y el subsiguiente impulso hacia el monoteísmo.
(1065.3) 97:3.6 Elías trasladó la controversia Yahvé-Baal del asunto tierra al aspecto religioso de las ideologías hebrea y cananea. Cuando Acab asesinó a los Nabot en una intriga para obtener posesión de sus tierras, Elías tornó las viejas costumbres de la posesión de tierra en un factor moral y lanzó su campaña vigorosa contra los baalitas. Ésta fue también la lucha de los campesinos contra la dominación de las ciudades. Fue principalmente bajo Elías que Yahvé se tornó Elohim. El profeta comenzó como reformador agrario y terminó exaltando la Deidad. Había muchos Baal, Yahvé era uno — el monoteísmo triunfó sobre el politeísmo.
Conclusión: Vemos como nunca se cumplió el total exterminio que dice la Biblia, y como vemos el Libro de Urantia nos muestra que no fueron expulsados y siguieron viviendo aun en las épocas de David.
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