Escuche

viernes, 30 de junio de 2017

El hombres ya habitabá en las tierras altas de los Andes hace 7.000 años



Dice el Libro de Urantia:


78:5.4 (872.8) Hacia 12.000 a. de J.C., residía en Europa septentrional y oriental tres cuartos de la descendencia andita del mundo, y más tarde, cuando se produjo el éxodo final de Mesopotamia, entraron en Europa el sesenta y cinco por ciento de estas olas finales de emigración.

78:5.5 (873.1) Los anditas emigraron no sólo a Europa, sino también al norte de la China y la India, en tanto que muchos grupos penetraron en los apartados rincones de la tierra como misioneros, maestros y mercaderes. Contribuyeron considerablemente a los grupos de pueblos sangik del norte del Sahara. Pero nunca penetraron sino pocos maestros y mercaderes en África más al sur que las cabeceras del Nilo. Más adelante, anditas mestizos y egipcios siguieron las costas oriental y occidental de África hacia abajo, llegando bastante más allá del ecuador, pero no alcanzaron hasta Madagascar.

78:5.6 (873.2) Estos anditas eran los llamados conquistadores dravidianos, y posteriormente arios, de la India; y su presencia en Asia central mejoró grandemente la descendencia de los turanianos. Gran parte de esta raza se trasladó a la China a través de Xinjiang así como el Tíbet y añadió cualidades deseables a la cepa china más reciente. De cuando en cuando pequeños grupos se abrieron camino hacia el Japón, Formosa, las Indias Occidentales y el sur de China, si bien muy pocos entraron en el sur de la China por la ruta costanera.

78:5.7 (873.3) Ciento treinta y dos miembros de esta raza, que se embarcaron en una flotilla de barcas pequeñas desde el Japón, llegaron a la larga hasta América del Sur y, uniéndose por matrimonio con los nativos de los Andes, establecieron el linaje de los futuros emperadores de los Incas. Atravesaron el Pacífico por etapas fáciles, quedándose en las múltiples islas que encontraban en el camino. Las islas del grupo polinesio eran más numerosas y más grandes que lo que son actualmente, y estos marineros anditas, junto con otros que les siguieron, de paso modificaron biológicamente a los grupos nativos. Como resultado de la penetración andita se desarrollaron muchos florecientes centros de civilización en estas tierras, hoy día sumergidas. La Isla de Pascua duró mucho tiempo a fuer de centro religioso y administrativo de uno de estos grupos perdidos. Pero de los anditas que navegaron el Pacífico en los tiempos pasados, con excepción de los ciento treinta y dos, no pudo llegar ninguno más al continente de las Américas.

78:5.8 (873.4) Las conquistas migratorias de los anditas continuaron hasta sus dispersiones finales, desde 8000 a 6000 a. de J.C. A medida que salían a raudales de Mesopotamia, agotaban continuamente las reservas biológicas de sus tierras natales a la vez que fortalecían marcadamente a los pueblos circunvecinos. A todas las naciones a donde llegaban, contribuyeron con humor, arte, aventura, música y manufactura. Eran expertos domesticadores de animales y peritos agricultores. En un principio, por lo menos, su presencia tendió a mejorar las creencias religiosas y prácticas morales de las razas más antiguas. De este modo la cultura de Mesopotamia se propagó silenciosamente por Europa, la India, la China, África del norte y las Islas del Pacífico.




Artículo:

El ser humano ya vivía en las tierras altas andinas hace 7.000 años

Cinco enfoques científicos diferentes tuvieron que ser combinados para que un equipo de la Universidad de Wyoming, junto a otras casas de estudio e instituciones peruanas, pudiera concluir que los primeros asentamientos humanos permanentes en los Andes datan de hace más de 7.000 años. Ello fue posible gracias al análisis de restos humanos de 16 personas y de cerca de 80.000 artefactos arqueológicos hallados en la zona de Soro Mik'aya Patjxa, en el sureste peruano (Puno), a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar. El documento, publicado en la revista de la Royal Society Open Science, señala que la ocupación permanente de las alturas andinas se inició tentativamente con cazadores-recolectores alrededor de 9.000 años atrás, “según estimaciones arqueológicas actuales, aunque ello actualmente es debatido”, pues no había certeza de si estos asentamientos duraban el año entero o si eran desmontados en épocas frías, para migrar a zonas más cálidas y fértiles. El reciente estudio demuestra que estos hombres y mujeres lograron sobrevivir en estos lugares antes incluso del advenimiento de la agricultura, expuestos a las bajas temperaturas y la falta de oxígeno.



"Esto nos da una base muy sólida para ayudar a entender las tasas de cambio cultural y genético en las tierras altas andinas, una región conocida por la domesticación de la alpaca, patatas y otras plantas, surgimiento de la complejidad política y económica a nivel estatal Adaptación a la vida de alta elevación", 

dice Randy Haas (izquierda), un asociado de investigación postdoctoral en el Departamento de Antropología de la Universidad de Wyoming y el líder del equipo. En el caso de los restos humanos, el equipo estudio sus isótopos de oxígeno y carbono para una datación exacta; asimismo, las distancias de viaje desde el sitio hasta las zonas de baja elevación; la mezcla demográfica de los restos humanos; y los tipos de herramientas y otros materiales encontrados con ellos. Los científicos encontraron bajos valores de isótopos de oxígeno y carbono en los huesos, evidenciando inequívocamente ocupación permanente en la altura; las distancias de viaje revelaron ser demasiado largas para la migración humana estacional; la presencia de mujeres y niños pequeños significaba que esa migración era aún más improbable; y casi todas las herramientas halladas estaban hechas con piedra natural de la zona.


La zona habitada por los primeros pobladores permanentes de los Andes, hace 7.000 años (Foto: Lauren Hayes).

"Estos resultados constituyen la evidencia más fuerte hasta la fecha de que las personas vivían todo el año en las tierras altas de los Andes por lo menos hace 7.000 años", dice Haas. "Tales entornos de altitud elevada estaban entre las últimas fronteras de la colonización humana, y este conocimiento tiene implicaciones para comprender las tasas de adaptación genética, fisiológica y cultural en la especie humana".

Fuente: http://www.historiayarqueologia.com/2017/06/el-ser-humano-ya-vivia-en-las-tierras.html

2 comentarios: